II.

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—¡Maheeee!—

—Hola Rubiuh'— saludó simpático.

Acababa de llegar de su viaje con Lolito, no tenía planeado que regresaran pero al parecer aún habían cosas que arreglar por acá, por lo que decidieron volver juntos. Al llegar, Lolito inmediatamente fue a buscar a Auron y lo dejó a su suerte, por lo que decidió que él también iría a visitar a un amigo suyo.

Fue con Rubius, tenía entendido que se estaba quedando en casa de Vegetta, así que era el que le quedaba más cerca. Además, por las circunstancias en las que vive ahora, una visita estaría mal. 

Pero ahora que estaba ahí, sentía algo extraño.

—Adelante, pasa pasa— se apartó permitendole pasar.

Ni siquiera dio tres pasos, apenas puso un pie dentro notó el cambio. Ese lugar parecía que en ningún momento fue de Vegetta.

—Parece que te gusta mucho— le dijo detrás de él.

—Bueno, yo recordaba que era diferente— admitió.

Él sólo se rio —¡Que va! Llevaba mucho tiempo esperando, ya era hora de cambiar la imagen— comentó divertido —adelante, vamos a sentarnos—.

Mangel asintió y comenzó a seguirlo.

A medida que avanzaban notó que, efectivamente, todo había cambiado. No había nada de color morado, violeta, o colores así, había de todos los colores menos morado; no había cuadros o pinturas que tenía Vegetta, había sólo muebles cambiados, etc. Especialmente, daba vista como si fuera un hogar adinerado.

Hablando de Vegetta, no veía una cara suya en ninguna parte. Habían fotos de Rubius o de otras personas, pero a Vegetta nunca lo vio. Decidió no mencionarlo, quizá era un efecto de amnesia disociativa. *

Tomó asiento en una enorme sala de color amarillo, Rubius se sentó tranquilamente frente a él e incluso le ofreció una copa de vino, cosa que rechazó, no se le apetecía para nada.

—Y bien, ¿qué te trae por aquí?— preguntó sonriente, mientras daba pequeños tragos a la copa que tenía entre sus manos.

—Pues naá', sólo quería saber cómo estás, imagino que no has estado muy bien. . .—

—¡Para nada!— exclamó —estoy mejor que nunca. Mira lo bella que es mi casa, no me falta dinero y puedo darme lujos cuando yo quiera.—

—Pero, ¿de dónde sacaste tanto dinero?— se le hacía extraño verlo tan cómodo, no era alguien millonario. Era una persona normal, que tenía el dinero para poder vivir, pero no para lucirse.

—Mmm. . .— pareció pensarse lo que iba a decir —digamos que trabajo con alguien, me consigue cosas y luego las revendemos. No es nada malo.— soltó a la ligera.

—Ya veo— asintió, no muy seguro —y. . . ¿cómo has estado. . .? ya sabes, con lo de Veget-—

—¡SHH!— Rubius en seguida lo cayó, cosa que le sorprendió muchísimo —ni me hables de él, recordarlo me trae dolores de cabeza.—

—Pero qué dices—

—¡De verdad!, vivir con él me desesperaba, escucharlo todos los días era estresante. Gracias a los dioses que ya no está.— suspiró de alivio.

Mangel lo miraba estupefacto, ¿qué era lo que estaba diciendo? Estaba hablando de la persona que se supone que amaba.

—No me mires así— lo regañó —tu no sabes lo que tuve que hacer para llegar a donde estoy—

—¿Qué cosas?—

No le respondió. Eso se le hizo sumamente raro, algo no estaba bien.

Quiso cambiar de tema, sólo se sentía más incómodo; mientras miraba alrededor tratando de no ver a Rubius, vio que en una mesita al lado de donde él estaba sentado, había un anillo con una brillante piedra morada. Le recordaba al anillo que Vegetta siempre presumía como su tesoro, pues decía que era la prueba de que el ojiverde lo amaba.

¿No había sido enterrado con él cuando falleció?

Pero no mencionó nada.


[. . .]


Unos días después, mientras iba al mercado a comprar víveres, vio a Rubén.

Él estaba en un puesto un poco lejos de los demás, al parecer, era uno de compra y venta de oro y plata. No se le acercó, y al cabo de un rato este se fue. 

Entonces se acercó al puesto y preguntó que era lo que estaba haciendo, el señor que lo atendía contestó que había ido a venderle un precioso anillo, que aunque no pudo decirlo, fue a un precio realmente alto.

Y días después, se enteró que el anillo con el que Vegetta había sido enterrado había sido robado.


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*: La amnesia disociativa es un tipo de trastorno disociativo que involucra una incapacidad para recordar una información personal importante que en forma típica no se olvidaría. Generalmente es causada por un traumatismos o estrés.

Este capítulo ocurre al mismo tiempo que ocurre el anterior.

Relativamente corto, perdón 😭🤙

L'oportunitat que vaig perdre - Vegeplay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora