Desde el primer día en esa clínica supe que sería un infierno, cuando tuve mi primer encuentro con el diablo, según el "doctor" se inventó que tenía que evaluarme y pues cualquiera podría pensar en qué necesitaba análisis o test psicológicos pero nadie se imaginaba que ese asqueroso me recorrería con sus sucias manos, metiendo su boca donde le apetecía, invadiendo mi cuerpo con su asqueroso órgano reproductor, cuántas veces quería.
Esto no paso una o dos veces; para el, la "evaluación" que duraba 20 minutos ya era rutina, para mi una eternidad, porque esos episodios atormentaban mi mente todas las noches.
Ese pedófilo tocaba mi cuerpo cuando quería, según le decía a los demás necesitaba dar seguimiento directo a mi tratamiento, era su justificación para encerrarse conmigo y satisfacer sus más asquerosas fantasías.
Paso un año y mi padre nunca me visitó, no supe de él en mucho tiempo, al parecer su idea de deshacerse de mi le había funcionado. Al maldito doctor lo trasladaron a otra clínica y por fin pude descansar de el.
En ese horrible lugar, también conocí al alma más pura que ha podido existir, mi amiga Ángela, quien le hacía honor a su nombre, ella venía de una familia adinerada al igual que yo, en realidad era huérfana de ambos padres, su tutora era su abuela, una señora con una mirada muy dulce, nos traía libros, golosinas y accesorios para el pelo, gracias a Ángela y a su abuela, volvió la ilusión a mi vida, tenía con quien platicar y despejar mi mente de lo que el asqueroso doctor me hacía.
Ángela estaba en ese lugar, por los traumas causados por la muerte de sus padres, pero eso no era lo peor, Ángela tenía una horrible enfermedad de la que no encontraron nunca la cura.
Nos hicimos las mejores amigas, nos hacíamos compañía una a la otra, en aquel lugar también recibíamos educación, me eduqué a estudiar con la esperanza de salir algún día de la clínica, con Ángela volví a ver el rostro de la bondad, su abuela nos visitaba todas las semanas y así pasaron tres años y nos convertimos en dos señoritas.
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Pero tanta felicidad no podría durar mucho y fue interrumpida por la muerta de Ángela aquella enfermedad acabó con su vida, su abuela y yo sufrimos mucho por su muerte pues Ángela era lo único que ambas teníamos y de ahí surgió nuestro gran plan.
