Bala

12 1 0
                                    

La tenía envuelta en mis brazos, poco a poco sentía que le costaba más respirar.

-Por favor, quédate conmigo, por favor...

Decía llorando de la desesperación.

-Adiós, te amo querido, siempre lo hice.

Dice para después simplemente dejar de respirar, ella... se había ido. Es increíble como una simple bala le quitó su hermoso brillo de los ojos, aquellos que tanto me encantaban.

-Yo también te amare por siempre, te lo prometo, querida.

Tomo su mano para entrelazar su dedo meñique con el mío, después solo la sigo abrazando con fuerza y llorando sin consuelo. Adiós amada mía...

Escritos de un adolescenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora