"Escena Fuera del Diario" "Parte: 36"

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“Narra Madisson”
Estaba a punto de cortar la soga cuando escucho que alguien viene, guardo rápidamente las cosas, escondiendo la mochila bajo la cama.
Respire agitadamente y fingí estar dormida, sé que no sirve de nada pero por lo menos no hay una sospecha visible de que intentaba escapar.
Escucho los zapatos de alguien rozar contra el suelo de madera, de pronto la cama se hunde y alguien se sienta junto a mí. 
Mi cuerpo comienza a temblar y las lágrimas se acumulan…
De pronto escucho como una bala  hace contacto contra un garrón de vidrio, generando que se rompa en pedazos, abro los ojos con pánico.
- Al fin despiertas… - dijo observando su pistola.
Yo lo mire atónica, mi débil cuerpo temblaba al compas de que las lágrimas se desvanecían en mis pálidas mejillas…
- No llores… - susurra quitándome las lagrimas con sus frías manos.
El quita rápidamente el pañuelo de mi boca y comienzo a respirar agitadamente.
- Ahora prepárate… - dijo levantándose de la cama.
- ¿Para…que? – pregunte temblando.
- Pues… esta noche vendrá alguien muy importante, así que alístate.
- No, tengo ropa… - susurre
- Aquí tienes. – dijo arrugándome un hermoso vestido color rosa.
- Allí tienes el baño con todas las cosas que te servirán para arreglarte, Max pasara a buscarte a las 20:00, donde te reúses a ir, veras las consecuencias… - dijo saliendo rápidamente de la habitación.
Me quede pensativa unos segundos, ¿alistarme?, ¿Para quién o para qué?, ¿Quién sería la persona “tan importante” que precisará de mi presencia?.
Pare de pensar, si no me volvaria loca me levante de la cama y comencé a “arreglarme”, sinceramente era lo que menos quería hacer, pero no permitiría que le hagan daño a mis seres queridos....

Siento que alguien abre la puerta, escondo a Mishi rápidamente y me siento en la cama, fingiendo estar nuevamente dormida.
Entra un chico alto y joven aparentaba tener unos veinte años, seguramente era ese tal “Max”, que venía a buscarme.
Me sacude rápidamente y me hace un gesto para que salga.
Sin decir nada, me paro y él se coloca detrás mío. Caminamos por un largo pasillo que parecía no tener fin, hasta encontrarnos con una hermosa sala, era enorme tenía una larga mesa de madera con todo tipo de alimentos.
Sinceramente tenía hambre, pero no comería nada

"El Diario de Madisson"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora