Inocencia Pasional - kookmin

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Supermercado

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—¿Y cómo harás para hacer eso que dijiste que harias ayer?

—¿Hacer qué?

—Tirarte a Taehyung.

El rostro de Hoseok se oscureció enseguida. Tosio un par de veces, volviendo su rostro hacia la ventana lateral del vehículo, irguiéndose sobre el asiento. Jungkook elevó ambas cejas, chasqueando los dedos sobre su rostro, apresurando la respuesta.

—Pienso fingir que lo quiero y que quiero algo serio con él.

¿Querer? ¡Eso era lo más estúpido que habia escuchado! Contuvo una carcajada, mientras se mordía el labio con fuerza y presionaba el acelerador. Querer era una palabra solo incluida en el diccionario de los imbéciles. Era tan ridículo que podría echarse a reír una semana y media y seguir riendo después de que la vuelva a escuchar.

—¿Ah, en serio? ¿Como harás eso?

—¿A qué viene esa pregunta ahora, Jungkook?

—Solo escúpelo.

Jungkook observo como su antiguo compañero de "caza" se removía sobre su asiento y se encogía de hombros, lanzándole una mirada incómoda.

—Pienso conquistarlo, ¿qué otra cosa puedo hacer?

—¿Como vas a hacer eso?

—Yo... no sé, la verdad... —dijo, frunciendo el ceño de forma extraña —En serio, Jungkook, ¿a qué demonios vienen estas preguntas?

—Curiosidad, simple curiosidad.

Aceleró incluso más la velocidad del maldito deportivo, manteniendo una sonrisa discreta en su rostro, mientras se llevaba una bebida energética a su boca. Se la terminó de un solo trago y miró directamente a Hoseok, que parecía estar más tieso que muerto en ataúd. ¿Por qué carajos estaba así? ¿Tanto le cabreaba hablar de su estúpido plan de cómo tirar?

—Pienso ser amable con él, decirle cosas cursis, regalarle chocolates, invitarlo a cenar y todas eso y luego que logre lo que quiero, romperé con él...

La maldita carcajada salió de sus labios, así que solo optó por dar una palmada sobre el hombro de Hoseok y girar el auto hacia la izquierda con brusquedad. Un puto camión se estaba interponiendo en su via cada diez segundos.

—Qué putada, loco —soltó con sinceridad, mientras intentaba no romper en risas.

El aludido le lanzó otra mirada incómoda, quizá, debido al sarcasmo de sus palabras y luego extendió la mano, apuntando la otra calle con su dedo índice.

—Jungkook, bajo acá, en la esquina. Te veo luego, no te pierdas mucho y si haces reuniones, me timbras.

Jungkook detuvo el auto frente a la vereda de la nueva calle, notando cómo el otro salía de volada y cerraba la puerta de un solo porrazo. Aceleró nuevamente, soltando todas las risas que había contenido y se perdió entre la ciudad, moviendo el auto de derecha a izquierda, incapaz de detenerlo en algún lado. En realidad, la idea de Hoseok sonaba como mierda para él.

¿Como diablos podía alguien hacer todas las estupideces que había mencionado?

Y de repente algo llamó su atención en las puertas de un supermercado. Entrecerró sus ojos, escudriñando todo con la mirada, mientras una sonrisa se formaba en sus labios. Su atractivo criado estaba saliendo con unas bolsas en sus manos y se dirigía hacia algun lugar en particular. Movió el auto hacia la derecha, apegándolo hacia la acera.