Say the name! [SEVENTEEN]

Capitulo 1

El lugar estaba sumido en un profundo silencio, la ansiedad y nerviosismo podía sentirse en el ambiente, tan real como para ser un producto de su imaginación. Después de la primera hora comenzó a cuestionarse porque seguía ahí, ¿Qué lo detenía de tomar su celular y llorarle a su padre para que lo fuera a buscar? ¿Era esto lo que quería? Otro nombre fue llamado, haciendo que su corazón latiera como un loco. Intentando centrarse en algo más que no fuesen sus propios pensamientos sobre huidas, su intento de mirada disimulada se posó en el chico a su lado; no parecía mayor que él, cabello y ojos oscuros como la mayoría de asiáticos, con facciones que lo hacían ver tierno incluso con el ceño fruncido. Aunque al parecer no fue tan disimulado como creyó, ya que el chico volteo a verlo con una gran mueca de disgusto que rompió la armonía adorable de su rostro.

- ¿Qué mierda estas mirando? -Okey, eso no fue tan adorable. Pero no fue el insulto lo que lo sorprendió, sino el idioma. El desconocido hablaba en un chino fluido, posiblemente su lengua materna, algo raro siendo que estaban en Corea.

- Bájale una rayita a tu agresividad, ¿quieres? -La sorpresa pintó la cara del chino malhumorado (como mentalmente lo había nombrado) al ver que le contesto en su mismo idioma.

- Hablas chino.

- Oh, no me había dado cuenta, señor obvio. –Y como todo joven maduro que era le sacó la lengua, riéndose internamente de la mirada de enfado que el desconocido le lanzó.

Antes de que el malhumorado chico pudiese confrontarlo, se escuchó un "Joaquín Juárez" con la peor pronunciación que jamás escucho en su vida. Con una mueca de dolor por la deformación de su nombre, se levantó de su asiento dispuesto a ir a la sala donde se realizaban las audiciones.

- Rómpete una pierna. –Intento interpretar aquello como un deseo de suerte, pero la oscura sonrisa que el chico le mando le dio escalofríos.

➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹

Si le hubiesen dicho hace algunas semanas que sería seleccionado como miembro de un grupo de k-pop, Joaquín se hubiese reído en sus caras para luego insultarlos. Jamás se había imaginado en una situación similar, ni siquiera cruzo por su mente la idea de dedicarse a la música o baile, pero ahí estaba, a millones de kilómetros de su país a punto de convertirse en un aspirante a famoso en una cultura desconocida. Porque si bien, él tenía descendencia coreana, nunca estuvo en Corea ni aprendió sobre sus costumbres. Joaquín Juárez nació y creció en Argentina donde fue criado por su madre y vivió la vida normal de un adolescente argentino, jugando futbol y saliendo con sus amigos ¿Quién imaginaría que estaba a punto de volverse parte de un grupo de k-pop?

Porque si, había pasado la última audición. Lo habían reclutado por un video que se hizo viral en internet donde el bailaba y hacia la parte del rap de una canción coreana que estaba de moda, al parecer alguien de la empresa vio el video y lo contactó para que tuviese una audición en Corea y formara parte del nuevo grupo que lanzarían en mayo de ese año. Por lo que le dijeron, el grupo iba a ser de 17 miembros, pero para fin de 2014 cinco de los diecisiete chicos se fueron (o fueron sacados) por lo que debían encontrar quien tomase sus lugares. De 8 chicos que fueron a la última audición solo 2 tenían el nivel suficiente para debutar con tan poco periodo de tiempo de entrenamiento. Joaquín estaba entre aquellos dos.

Se encontraba mirando el techo del modesto hotel donde lo hospedaron hasta que fuese llevado al dormitorio del grupo, cuando la puerta fue abierta por el manager que lo estaba cuidando. Junto a él estaba el chino malhumorado de la audición.

-Tú/Vos. –Ambos se señalaron y gritaron en dos idiomas diferentes.

-Veo que se conocen... - El hombre se removió incomodo ante las palabras desconocidas. Él utilizaba un inglés torpe para comunicarse con los jóvenes extranjeros. – Ahora los llevare a la empresa donde el grupo está entrenando y podrán conocer a quienes serán sus compañeros en el futuro.

El viaje fue corto, pero permitió que los más jóvenes pudiesen hablar entre ellos.

- Me llamo Juárez Joaquín, pero puedes decirme Joaco. –Se presentó en chino, después de todo su madre había educado a un niño respetuoso.

- No pareces alguien de China...

- Mi padrastro es chino por lo que crecí hablando el idioma.

La madre de Joaquín era una políglota que trabajaba de traductora y cuando él tenía 4 años su madre conoció a un chef que venía desde China a dar una conferencia en el país. Ella trabajo en la traducción y fue donde hicieron "clic" (según palabras de su padre) y, después de muchas salidas, su padrastro se mudó a Argentina con sus dos hijos y se casaron. De un momento a otro la pequeña familia de dos pasó a ser una de cinco que hablaba 2 idiomas diferentes en casa.

- Xu Minghao. –La repentina voz del otro chico lo saco de sus pensamientos, pero la pequeña punzada de nostalgia sigo ahí. – Perdón por ser grosero la otra vez solo que...

-Estabas nervioso. –Terminó con una sonrisa amistosa, Minghao le correspondió el gesto y comenzaron a hablar entre ellos, conociéndose un poco más.

➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹➷➹

Cuando le llamaron para la audición, Joaquín se imagina una empresa un poco... más grande. El lugar donde estaban era pequeño y parecía algo viejo, la tentación de tomar la mano de su nuevo amigo y correr lejos del posible lugar donde le sacarían los órganos crecía más y más al acercarse, pero el hombre que los acompañaba les dio un pequeño empujoncito, guiándolos con una amistosa sonrisa. Se aferró al brazo de Hao como solía hacerlo con su hermano mayor cuando estaba incómodo y el mayor se dejó hacer.

Minghao hizo una mueca al ver que eran llevados escaleras abajo "si algo llega a pasar te escondes detrás de mí" fue el susurro que escucho de parte del chino, eso no calmo para nada sus nervios. Se detuvieron en una de las puertas blancas del pasillo y sin verlos el manger abrió la puerta, animándolos a entrar.

Dentro de la habitación la música sonaba muy fuerte, doce adolescentes bailaban al ritmo de una canción movida. Al parecer este era el resto de SEVENTEEN.