Volumen 1: Capítulo 2

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Capítulo 2: Más de uno

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- Aquí estamos –

Kazuhiko abre la puerta a su pequeño apartamento, se encuentra en el primer piso de un edificio largo, no es una casa como Sana conocía, ni siquiera en la ciudad donde ella vivía, pero cambiar ahora era lo mejor.

La primera habitación es una sola, varios sillones apuntando a una televisión junto a la puerta de entrada, detrás una mesa con seis sillas para comer y a la derecha de esta una pequeña cocina con algunas masadas, un refrigerador, un microondas y un horno. Hay un pasillo al fondo con tres puertas, la del medio es el baño y Sana asume que las otras dos son habitaciones.

- Algunos lo llaman pequeño – Dice él, rascándose la barba – Yo lo llamo acogedor –

Sana entra lentamente, tiene una valija en su única mano, ahora mismo usa una sudadera de su tamaño color blanca y unos jeans, no logra ocultar el hecho de que una manga está completamente vacía. Ella camina mirando a su alrededor y pronto se dirige a las puertas del pequeño pasillo.

- Izquierda es tuyo, derecha es mío – Comenta su tío – Déjame que...- De un rápido paso eléctrico él se pone frente a ella y abre la puerta.

El cuarto es pequeño, una cama contra la pared, del lado contrario hay una biblioteca y varios anaqueles vacíos y al fondo un escritorio con luz y una silla.

- ¿Mio?-

- Todo tuyo, era mi estudio antes, tuve que... mover algunas cosas – Él señala el escritorio – Puedes poner tu ropa en alguno de esos cajones entre que consigo algo más adecuado –

- Gracias, Tio Kazu –

La respuesta es corta y sin mucha emoción, han pasado días desde la muerte de sus padres, claro, Kazuhiko no esperaba una reacción menos arisca, sin embargo se siente mal, apenas conocía a su sobrina pero ahora podría ser un momento donde debería decir algo.

- ¿Sana?-

La chica lo mira fijamente, desempaca su ropa mientras lo hace.

- Siento lo que pasó, pero quiero que sepas que de ahora en adelante seremos una familia, tu y yo, nadie nos detendrá... arreglaremos todo – Él sonríe, su gruesa y masculina voz intenta sonar feliz, pero es difícil.

- Las baterías –

- ¿Eh?-

- La bolsa de baterías que intenté traer conmigo – Ella agita lo que queda de su hombro izquierdo, la señal para índica que no puede llevar ambas cosas.

- Claro –

Kazuhiko se aleja de la habitación, esa no era la reacción que esperaba, pero era solo el primer día conviviendo, se pondría mejor eventualmente, debería ponerse mejor al menos. Ahora mismo había muchas preguntas en su mente, la más reciente es ¿Cómo ha conseguido tantas baterías una niña de su edad?


Pasaron unos días hasta que Sana pudo reincorporarse en la escuela del distrito, por suerte queda a unas cuadras del apartamento de Kazuhiko y Sana puede ir caminando hasta allí, no es que su tío tenga alguna otra manera de llevarla. La ciudad de Musutafu tiene varias escuelas y ellos decidieron por la que estaba más cerca por esa razón.

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