Pérdida de tiempo

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                                                                                                      - ¿Cómo llegaste al trabajo, de dónde vienes?

Esa es precisamente la pregunta que siento que he estado fallando últimamente. Si es que en un trabajo con bajos estándares se puede fallar una pregunta. Ayer a esta misma hora me entrevistaba una mujer de mi edad. Clase media alta. El trabajo pintaba para darme un ascenso social. Seguro ella tenía un carro mejor que el mío. No soy un pervertido, así que me rascaba tranquilamente los pezones mientras respondía a sus preguntas. Ella claramente se sintió en confianza y no tardó en responder con carcajadas a cada una de mis conclusiones. Previa a despedirse, rosó las yemas de sus dedos sobre mis triceps y me dijo que fue un placer la entrevista. Que le contaría todo a su hermano.

Su hermano, un hombre moreno de pectoral robusto, me ofreció ir al baño, así que accedí a orinar. Ese hombre claramente vivía en el sistema de los actos por sobre las cosas. Es el sistema en el que vivimos. Desde que entré al baño, me percaté de que estaba orinando en una mansión disfrazada de oficina. Cruzando la puerta veías espacios abiertos con mesas rectangulares, saturadas de hombres en sus treintas luciendo jugosos bíceps y camisetas apretadas en colores infantiles. El riesgo está en el contraste de las venas con el color de la blusa. Incipientes calvas difuminados por cortes fresco el pana y miradas concentradas, como si se supieran dominantes de un juego mental infinito. Fasting, se llama. Por si no lo conocías, consiste en sólo tomar una taza de café y trabajar durante varias horas antes del desayuno. Está demostrado que aumenta la eficiencia porque trabajas en ayunas.

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