Temática: Incubo Yosetsu, humana Momo.
Palabras: 1000.
Advertencias: ¿+16? Solo son insinuaciones y proposiciones.[🌙]
Sintió unos besos recorriendo su cuello, dejando marcas húmedas en su piel sensible, unos manos frías la sostuvieron por la cadera con algo de fuerza, y Momo sentía una respiración cerca de ella.
Abrió los ojos, unos irises grises le devolvieron la mirada, ella paseó su vista por el rostro que estaba cerca, tenía el cabello negro más brillante que había visto cayendo por su frente, la piel clara ligeramente tostada, y unos dientes de envidiable color blanco.
¿Quién era ese hombre?
Abrió la boca para preguntar, pero solo logro salir un suspiro cuando él paseó sus labios por su clavícula, rozando sus dientes con ligeras mordidas.
—¿Qui...? ¿Quién er...? —suspiró entrecortado, él estaba paseando sus manos por su espalda enviándole escalofríos por todo su columna. -¿Quién eres?
Su voz sonaba opacada y contrariada por las sensaciones que el hombre enviaba a su cuerpo, se sentía muy bien, y eso le asustaba.
¡Era un desconocido! ¡No debía sentirse bien!
El hombre elevó su cuerpo ligeramente apoyando sus manos a los lados de la cabeza de Momo, usando sus brazos como soporte la miró desde su posición con una sonrisa traviesa en su boca, ella notó que él tenía unos colmillos ligeramente más afilados de lo normal.
—Uh, ¿Sigues consciente? ¿Aún no te has dejado llevar? —El paseó su mano por el costado derecho de su rostro. —Había escuchado rumores pero nunca había visto una real. Creía firmemente que no existía humano capaz de resistirse a mis encantos.
—¿Humano...? ¿Qué? —Estaba completamente confundida.
—Pero veo que no te resistes del todo, así que caíste en mi encanto aunque sea un poco. —respondió con la voz baja, cerca de su oído apretando con sus labios el lóbulo de su oreja. —¿Quieres seguir, preciosa?
—¿Qué?
—¿Qué si quieres seguir? —Él se elevó de nuevo, mirándola con superioridad pero algo más, otra cosa brillaba en sus ojos, pero estaba tan aturdida que no sabía qué era. -Puedo llevarte a la cima del placer, hacerte tocar el cielo pero el precio a pagar es alto.
—¿Qué tan...? ¿Qué tan alto?
—Tu vida. —respondió, y su voz sonó mucho más profunda, más aterradora, sus ojos parecían arder en llamas, brillando y siendo visibles por sobre la oscuridad que los rodeaba. —Me alimento de las almas, y con placer es que yo pago, no es algo que me enorgullece pero es lo que me ha tocado, me gusta decir que conservo un poco de decencia y por eso siempre pregunto antes de tomar lo que quiero, pero admito que están siempre tan mareados que aceptan sin sopesar las consecuencias.
—¿Qué eres?
—Un ser del infierno, venido de la oscuridad para cumplir los deseos carnales de los mortales. —respondió tan cerca de su oído que Momo no pudo evitar temblar. Cuando se alejó de nuevo, podían verse en su cabeza un par de cuernos de un color de azúl tan oscuro que casi parecía negro. —Soy un íncubo, preciosa. Podrías ser mi amante en esta noche si así lo deseas.
—¿Amante o alimento? —preguntó sarcástica, y ni siquiera sabe de dónde nacía esa valentía.
—Creo que víctima es la palabra correcta. —contestó él o eso, con una sonrisa de completo deleite por la situación. —¿Qué opinas entonces? ¿Quieres hacer un trato?
—¿Un trato? No, ni hablar. No estoy tan desesperada.
El demonio se rió a viva voz, la morena se encogió en su lugar avergonzada de pronto y algo preocupada de que alguno de los sirvientes lo oyera.
—No trates de engañarme. Eres jodidamente hermosa, pero sé que ese cuerpo jamás fue tocado. No siquiera por tí misma.
Momo levantó la mano dispuesta a abofetear a este hombre, demonio, lo que fuera, porque no tenían ningún derecho de hablarle así, pero por alguna razón su cuerpo de sentía débil, y el azabache no hizo casi ningún esfuerzo en tomar su muñeca derecha y empujar está contra el colchón, tomó el brazo izquierdo que se mantenía a un lado de su cuerpo, y elevó ambas manos por sobre su cabeza sosteniendolas con mucha fuerza.
—¿No quieres hacerlo conmigo? Bien, lo acepto. Tienes tus razones, pero yo también tengo mis razones para hacer esto, preciosa.
—¿Cuáles...? —Momo sonaba agotada como si hubiera corrido un maratón, cuando no se había movido en toda la noche de su cama.
—Las mismas que tienes tú para rechazarme. —contestó, mirándola a los ojos, y ella vió algo, más allá de la picardía que tenían antes, como una tristeza o un arrepentimiento escondido. —Vivir, o en mi caso, la palabra correcta, sería existir, porque hace mucho que estoy muerto.
El demonio la soltó, se levantó de la cama y se quedó a un lado de esta, viéndola. Yaoyorozu se sentía cansada, muy cansada, pero movió la cabeza para verlo, con la tristeza marcada en su postura, en su cuerpo, en sus ojos.
—Te dejaré tranquila, preciosa. Eres tan jodidamente hermosa, que... —suspiró, se echó el cabello hacia atrás, y de esa forma sus cuernos parecían más grandes. —No sé si me duele, o me alivia el hecho de no poder tenerte.
Él la miró un par de segundos más, se movió en su lugar, y miró a la ventana, se volvió a acomodar el cabello, y pareció mandar al diablo sus dudas porque sin vacilar, y ganándose un respingo de la chica, se acercó rápido, y besó sus labios con pasión, separando y uniendo sus labios cada pocos segundos.
—Lo siento, soy un demonio de la lujuria, literalmente no sé cómo besar con "cariño". —Se rió apenado con una mano en la nuca, ¿Los demonios se apenan? ¿Eso es un sonrojó? —Y de verdad, lo siento mucho. No debí besarte sin permiso, no volveré a molestarte.
La miró una última vez, sus ojos parecieron azules por un momento y sonrió con la misma sensualidad que al principio.
—Adiós, Momo.
Y desapareció entre un montón de llamas azules. Yaoyorozu tocó sus labios, preguntándose si era una pesadilla, un sueño o qué, pero estaba segura de que los sueños no dejaban una sensación hormigueante en los labios, y humedad en el cuello.
—¡¿Qué rayos pasó?!
[🌙]
Esto lleva escondido desde septiembre y estuvo completo mucho tiempo, no lo publique, sin razón aparente.
Estuve en un bloqueo muy fuerte, además de dominado por muchas ideas y ganas de escribir para otra historia con un universo muy grande, mi cabeza solo se iba para allá.
Sin razón aparente hoy decidí volver, y además liberar la primera parte de este gran proyecto que se acerca.
¡Si estás leyendo esto muchas gracias!
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AwaMomo Zone.
FanfictionSus corazones laten al mismo compás, enamorándose más cada vez que sus ojos se encuentran, entre sonrisas y manos entrelazadas. Porque Awase ama a Momo y Yaoyorozu ama a Yosetsu. •Créditos a Kohei Horikoshi creador de Boku No Hero Academia. •Edición...