Capitulo 13

10.1K 682 78
                                    

Desperté rodeada por las extremidades de Nash, recuerdo haber oído “nada ocurrirá mientras estés conmigo, ______”, como sus últimas palabras luego de quedarme profundamente dormida.

–– Nash—Comencé a tocar su rostro—. Nash.. —canté su nombre y llevé mis manos a su ondeado cabello para jugar con él.

Exhausta de esperar a que despertara, tiré una de sus ondas.

–– ¡Hey! —Se quejó—. ¡Dolió!
–– Lo siento, pero no despertabas y creo que ya es hora de irse.

No tenía reloj, pero por costumbre, no lo necesito para despertar durante las mañanas. Nash volteó y miró su móvil o iPhone, lo que sea.

–– Tienes razón —bostezó—. ¿Cómo te sientes?
–– Creo que... ¿mejor? —sonreí.
–– ¿Estás en condiciones de ir al instituto? —asentí—, bien, me daré un baño, luego sigues tú, ¿vale? 
— Vale.
— Descansa un tiempo más.
–– Claro, gracias.

Mientras Nash se daba un baño, me recosté en la cama, me sentía sucia y tocada por ese horrible cerdo de ayer. No tuve la oportunidad de asearme antes, ya que tenía las mínimas fuerzas posibles.

–– Puedes darte un baño ahora —dijo Nash entrando a la habitación con tan solo una toalla en su parte baja, mis mejillas comenzaron a tomar color rojo carmesí.
–– Cla.. claro.. 
–– ¿Te vuelvo nerviosa? —sonrió de lado.
–– ¿Qué? —reí irónicamente—. No, en un millón de años —bufé.

Claro que estaba nerviosa con él en tan solo una simple y delgada toalla.

Se acercó más a mi rostro, haciendo que comenzara a temblar.

–– Debo.. debo ir a ducharme.. —musité bajando la mirada y retirándome de su habitación, pero antes de aquello, sentí unas grandes manos rodearme por la cintura—. Duele —mordí mi labio inferior. Ahí había un morado.
–– Lo siento —me soltó—, no.. no fue mi intención.. puedes ir a darte un baño —bajó la mirada.
–– No te preocupes.

Intenté sonreír pero el dolor era insoportable y aún me tenía nerviosa que solo una toalla cubriera el cuerpo desnudo de Nash.

— Si me disculpas... —murmuré caminando por su lado.

Quité prenda por prenda, me tomé el cabello en una coleta y finalmente me adentré en la bañera. Sentía como el agua caliente bajaba por mis senos hasta mis pies, era relajante, pero el hecho de que no fuese mi hogar, no lo convertía en un baño de relajación. 

Pasé el jabón cuidadosamente por donde se encontraban mis morados y en lo demás, lo hice normalmente.

Salí del cuarto de baño con tan solo una toalla color azul, seguramente de Nash.

–– Hey, entraré —informé tocando tres veces su puerta.
–– Vale —gritó.

Giré el pomo de ésta, y, al entrar a la habitación me tomé la gran sorpresa de que Nash aún no tenía los vaqueros en sus piernas.

–– Oh, mierda —dije dando la media vuelta.
–– ¿Qué?
–– No era mi intención verte así...
–– ¡Oh! claro, los vaqueros, siempre los olvido —bufó.
–– ¿Cómo olvidas tus vaqueros? —reí divertida.
–– Tengo alzheimer —bromeó—. Ya está. Puedes voltear.
–– Gracias —volteé y solté un leve suspiro—. Ahm.. 

Movía mis ojos de un lado a otro dándole la señal de que podía irse.

–– Uh, claro, lo entiendo. Ya me voy —rió.
–– Nash...
–– ¿Eh? —volteó—. Oh, el atuendo lo dejé sobre la cama.
–– Gracias —sonreí, sonrió de vuelta y se retiró de la habitación.

Me dirigí a su cama y observé la vestimenta de reojo, una camisa color azul claro, un top negro y unos pantalones ajustados femeninos color blanco.

Fruncí el ceño; ¿por qué poseía una prenda femenina?. 

Nuevamente los celos regresaron, pero yo no me sentía atraída ni nada por el estilo de Nash, no sabría explicar el por qué de los celos repentinos.

Tras terminar de vestirme, me dirigí a un pequeño espejo que se encontraba en un costado de la habitación, me veía muy bien a pesar de que la camisa y el top fueran realmente grandes. Coloqué mis converse en los pies y salí de la habitación, solo faltaría arreglar mi cabello.

Fui nuevamente al cuarto del baño, donde dejé caer mi cabello en pequeñas ondas. Estaba lista para ir al instituto.

–– ¿Nash? 
–– ¿Hmm? —musitó agitado.
–– ¿Por qué estás tan agitado? —interrogué enarcando una ceja.
–– Tss, por nada —habló algo frío—. ¿Estás lista?.
–– Sí —salí por completo del cuarto de baño, hace poco solo tenía la cabeza asomada—. Por cierto... ¿De quién son estos pantalones? —los indiqué–. Porque no creo que utilices esto por las noches —reí.

Su rostro continuó inexpresivo.

–– Son de una familiar
–– Oh.. —suspiré.
–– Te .. te lucen bién...
–– ¿Sí? —me observé alegre—, entonces... gracias.
–– Bien, vamos rápido —ordenó.
–– Nash Grier, ¿preocupado por llegar tarde? —me burlé.
–– No es por mí —dijo cerrando la puerta de su apartamento—. Es por ti, por lo que sé, no acostumbras llegar tarde. 

Nos dirigimos al ascensor y marcó el botón 1, por lo visto nos encontrábamos en el piso número seis.

Al llegar abajo, me guió la gran puerta de su edificio.

–– ¿Qué hay Andy? —musitó Nash abriéndo ésta..
–– No mucho Nachito—respondió el guarda.
–– ¿Nachito? —le dije con una expresión confundida, ¿qué diablos es eso?
–– Es como me nombraron mis amigos —respondió—. Sube

Indicó una motocicleta mientras me hacía entrega del casco protector.

–– ¿Estás demente? no subiré a esa cosa.
–– No ocurrirá nada.
–– Pero.. jamás eh subido a una y pienso no hacerlo.
–– Usarás protección, y te protegeré de las cosas malas que puedan ocurrir.

Por inercia, me sonrojé de inmediato. 

–– Agh, está bien —bufé no muy convencida.
–– Bien —ayudó a que subiera—, tu irás delante y yo atrás, así no caerás.
–– Claro.

En el momento en que comenzó a avanzar la motocicleta, temblé, pero Nash posó su mano sobre la mía y eso me calmó. 

La pregunta era, ¿por qué lo hizo?.

El “viaje” se tornó silencioso y cuando Nash estacionó el transporte, todas las miradas se centraron en nosotros.

Las opciones de el por qué de que fuésemos el centro de la atención podrían ser: Grier llegó al instituto o El “bad boy” trae a una chica en su motocicleta con su mano sobre ella. Sí, debía ser la segunda opción.

–– ¿Por qué siempre me observan al llegar? —interrogó con el ceño fruncido.
–– Ahm, no... no lo sé.
–– Bien, vamos.
–– Sí.

Pasamos como si nada entre la bola de estudiantes que se encontraban observándonos. A medida que avanzábamos se oían susurros a penas audibles, como: “Grier trae a una chica y es Parker, se odiaban ayer ¿Por qué vienen juntos?”, “esa chica usa prendas de Grier, ¡¿Tuvieron sexo anoche?!” y el más estúpido: “a que Grier violó a ______ por la noche y ahora le hace ser su esclava”. Dios, ¿No dejaban de inventar tonterías?.

–– ¿Tienes algo extraviado? —interrogó frío volviéndose.
–– No —contestó un chico de cabellos dorados.
–– Entonces no observes a mi chica —musitó Nash.

Quedé helada, Nash Grier me llamó... ¿su chica?...

Comenten & Voten 

No me asustas Grier -Nash Grier-Terminada-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora