Capítulo Único

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La alarma sonó marcando las 6 en punto de la mañana, Albus se retorció en la cama, tenia mucho rato de haber despertado pero aun seguía dando vueltas en las sabanas, pensando.

Otro día mas, otro día de tortura mas, tendría que levantarse y sobreponerse a todo, ocultar su dolor, ocultar sus sentimientos, ocultar su mal estar, ocultar sus ojeras... Ahg! La vida era tan difícil, tan horrible para el.

Estaba cansado, de todo, de las miradas de lástima, compasión, pena, estaba cansado de que la gente le dijera cuanto lo sentían... "Ellos no sienten absolutamente nada, no tienen ni la mas mínima idea de lo que yo siento, ellos no lo entienden". Tendría que levantarse e intentar fingir que nada había pasado, pero fracasaba estrepitosamente.

Abrió las cortinas de su cama, ya todos estaban comenzando a prepararse para una nueva jornada en el colegio, lo primero que vio fue la otra cama, la que aun no habían quitado, la que estaba justo al lado de la suya. Sintió retorcerse en su estomago ese peso helado que hacía ya un tiempo que no lo abandonaba, sintió el nudo en la garganta que se había convertido en el preludio de sus lágrimas, sintió esa espada que se le clavaba en el pecho, justo a la altura del corazón, cada vez que la realidad le golpeaba de frente.

-¡Hey Albus! - uno de sus compañeros de cuarto le distrajo momentáneamente, se notaba en su mirada la lástima, ya para Albus era muy común. Hasta el sentía lástima por si mismo- ¿Te bañas tu primero?.

-Ajá.

Entró con una toalla al baño, se miró en el espejo y ni siquiera se reconoció, ya no era el mismo y nunca mas lo sería. Los ojos se le aguaron, hacía mucho que había perdido hasta la fuerza para resistirse a llorar. Lloró durante todo el tiempo en que se aseó. Cuando salió, peor que como había entrado, los chicos le miraron en silencio, Albus ni cuenta se dio de la tensión en el ambiente. Solo tenia un pensamiento en la mente:

Estaba muerto... su Scorpius estaba muerto y el no podía hacer nada para cambiarlo...

•••

Lily estaba a su izquierda y Hugo a la derecha le habían obligado a desayunar. Solo de ver la comida su garganta se trancaba. En el comedor habían muchas personas y lo único que quería era salir corriendo de ahí, recordaba perfectamente lo que había pasado la semana anterior y no quería que se repitiera.

Un chico de séptimo se le había acercado, era Jackson el chico que desde primero molestaba a Scorpius y a él, el griffindor mas idiota de Hogwarts, había sido una piedra en el zapato durante seis años. El causante de que fuesen unos marginados sociales. Jackson se paro a su lado y todo el comedor se quedo en silencio, expectante. El chico alzó la voz para que todos escuchasen, hasta la profesora McGonagall parecía intrigada y atenta, y le tendió la mano.

- Albus, mi mas sentido pésame, he estado pensando que nunca nos llevamos bien pero ahora... Entiendo por lo que estas pasando y quisiera pedirte disculpas por todo lo que les hice, a ti y a Scorpius y hacer las paces contigo- El chico tenia la cara mas falsa de compasión que Albus jamás hubiese visto.

- debiste pedirle esas disculpas cuando estaba vivo ¿no crees? Dudo que después de sepultado le sirvan de algo- El chico pareció sorprendido e irritado por la repuesta, aun tenía la mano extendida en el aire.

-Tienes razón, debí hacerlo antes pero aun así estoy a tiempo de pedirte disculpas a ti.

-No quiero tus disculpas, puedes limpiarte el culo con ellas.

-Albus- siseo el chico ya furioso- es de mala educación dejar a las personas con la mano extendida ¿no te lo han dicho?

-¡También es de mala educación recordarle a las personas que tan miserable les ha tratado vida ¿no te lo han dicho?!- Exclamó Albus a la vez que se levantaba, lo agarraba por el cuello de la camisa y le clavaba la varita en la garganta.

Puedo escribir cosas mas tristes esta noche...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora