Joel
Maldición.No puedo creer que este despierto, a causa de Erick.
Son las 2 de la mañana y ¿creen que estoy pensando en unicornios?
Pues no, solo quiero bajarle los bonitos shorts que tiene y follarlo hasta que grite mi nombre.
Pero, eso no sería nada ético.
Tambaleando me levanté de la cama, agarré una toalla y me fui a la ducha.
Era la única solución coherente.
El agua fría, caía por mis hombros, directo a mi erección que no bajaba, la empecé a mover de arriba hacia abajo, pensando en lo bonito que se veía Erick durmiendo, su bonita boquita rosadita, quería besarla hasta que sangre.
Ese pensamiento me puso aún más caliente.
Joder!, que mierda estoy haciendo, masturbarme pensando en el estúpido de mi hermano?.
-Maldito Erick - dije entre dientes-
-J...Joel - escuche que susurraron mi nombre -
-E-Erick, no-no; vuelve a la cama! - grité en un susurro -
Soy un Imbécil.
Ahora como le explico que estaba desnudo, y pensando en él.
Dios, ayúdame.
Erick
No puedo.
Siento que mi hermano no está a gusto conmigo, yo se que él me odia, desde que lo escuché, cuando éramos más pequeños.
Pero ahora. Tengo que dormir con él, deber ser desagradable tener que dormir conmigo.
Estaba durmiendo tan bien, pero escucho gua caer y me doy cuenta que es la ducha.
¿Quien mierda se baña a la 2 de la mañana?
Me levanto a ver.....Mala idea!
Estaba mi precioso hermano, desnudo, masturbando su gran polla.
Me había calentado en solo ver lo que hacía, cerrando sus ojos, y mordiéndose el labio, caía rendido a sus pies.
Que bueno debe ser en la cama. Mi imaginación no ayuda.Pero, escuche como dijo mi nombre, o algo parecido; ahí recién, me atreví a encararlo.
Lo único que gané es un pequeño grito, cuando se acercó a mi, lo único que hice fue temblar y sentía que me iba a correr, eso que solo pude ver lo fuerte que es mi hermanito.
Quiero que me folle.
Joel
Ahora, tengo que inventar una excusa creíble.
- Oye Erick - dije llamando su atención -
- No necesito ninguna excusa, Joel, sé que tienes novia, pero, para otra vez, trata de ir s otro lugar para bajar tu calentura.
-Mierda, dile que esa erección la causó él!. Así lo vas a poder follar. - Eh si pequeño, no pasará otra vez.
- Esta bien Joel, descansa - dije un poco nervioso, ese apodo suena tan bien en sus labios -
[•]
Erick
- J..Joel, que haces! - susurre temblando - N..no puedes desnudar a las demás personas.
- Mira pequeño - habló contra mis labios - anoche, tu y tu lindo culito, me causaron la maldita erección -
-P..pero yo no hice nada
-Yo sé, pero necesito tanto cogerte
-E..eres un pervertido, soy menor que tú, Joel. No puedes toc.... - me quedé sin aliento cuando pasó su lengua caliente por mi glande -
- Vaya, te quedaste quieto, que pasaría si... - no aguanté más y metí su pequeña erección a mi boca, mientras acariciaba sus lindos pezones -
-J..joey basta
- Que dijiste -al escuchar ese sobrenombre, paré lo que estaba haciendo- Repítelo pequeño.
- J..Joey - susurra avergonzado -
No pude seguir articulando palabra alguna, me comenzó a besar. Y yo era tan torpe. Pero se sentía tan bien. Abrí paso a su lengua, y comenzamos una guerra intensa.
Me cogió de la cadera y me sentó en su regazo.Estaba literalmente desnudo, y podía sentir su palpitante erección que chocaba con mis muslos.
-Creo que necesitas ayuda - me anime a hablarle-
-Te doy permiso para que me comas la polla princesa.
- Muy gentil hermanito.
- Y no solo eso, ¿también quieres que te parta el lindo culito que tienes? -
Antes de pueda responder le si un beso y baje mis pantalones, liberando mi dolorosa erección.
- Haz tu trabajo princesa.
Se agachó sin más. Y sentí cuando pasó su lengua por mi palpitante erección.
Pronto cambió a su cavidad bucal, ensalibaba todo el largo, mientras hacia sonidos muy excitantes.- Mírame. Quiero verte cuando me la comes, y a la vez te ves tan tierno. - Abre más.
Y comencé con mis movimientos, follándole la boquita, soltaba unas cuantas lágrimas.
Pero valía la pena.
Estaba apunto de correrme.
Jadeé un poco, soltando chorros de semen.
- Ah Joey - toda su espesa esencia me caía en toda la cara -
La probé, sin saber que me volvería adicto a él.