1

33 5 21
                                    

Era otro día normal en la casa Stylinson, la brisa recibía a Harry. El viento hacia que su cabello volase. Louis estaba dormido en medio de la cama cubierto con blancas sábanas. El ojiverde estaba viendo el hermoso paisaje de Londres, tenía entre sus manos una taza fría de su café favorito, bebía un poco de él.

Tenía su celular a un lado. Esté comenzó a vibrar, a lo que el ojiverde volteó a ver su contenido. Eran notificaciones de algunos medios de comunicación y de redes sociales. Era trending topic, pues había lanzado su quinto álbum. Este había sido muy apoyado por sus seguidores, todo mundo hablaba de él, y eso al narcisista de Harry le encantaba.

Su mirada se desvió nuevamente a la maravillosa vista que estaba enfrente de él. Sorbió un poco de su café cuando su celular hizo presencia. El ojiverde lo tomo entre sus manos. Era una llamada de Gemma, su hermana. El le contestó.

-H-Harry.... mamá está muerta. -la chica dijo con su voz temblorosa-.

El ojiverde se quedo callado tratando de asimilar lo que que su hermana le había dicho.

-¿M-mamá?, No... ella no. -en su garganta se había hecho un nudo-.

-Si Harry, ella tuvo un accidente automovilístico, intentaron salvarla pero era demasiado tarde. -sus sollozos se escuchaban en la bocina del celular-.

El ojiverde sostuvo su celular pero sus torpes manos comenzaron a temblar, haciendo que su celular cayese al suelo.
Su labio inferior comenzó a temblar. No sabía que hacer o que decir. Sus ojos comenzaron a cubrirse de lágrimas. Estás no tardaron en salir.

Se arrodillo, cayó sobre su peso, sus manos cubrían sus ojos. Una de sus manos comenzó a pegarle al pequeño barandal.

-¡¡No, ella no!!. -sus manos ardían por los golpes que le daba a las rejas-.

Harry había gritado tan fuerte que hizo que el ojiazul se despertara de su reconfortante sueño. Este paso su mano por sus ojos para después lanzar un pequeño bostezo. Cuando al fin Louis pudo ver bien, volteó hacia el balcón y vio a Harry incado golpeando el barandal. El ojiazul se levantó de golpe, corrió hacia él.

-¡Harry, tranquilo!, Dime que pasa.

-N-no Louis, no lo entenderías. -lloro aún más fuerte-.

-Explícame que no entendería. -detuvo las manos de Harry, estás ya estaban lastimadas, con tonos rojos y brotaba pequeñas gotas de sangre saliendo de sus nudillos del ojiverde-.

-¡MI MAMÁ ESTÁ MUERTA! -su grito se combino con pequeños lamentos y sollozos-.

Louis se quedo inmóvil, pues para Harry su mamá era demasiado importante. Quiso llorar pero sus lágrimas no salían.

-O-okey, Harry todo va a estar bien. Tranquilo por favor. -abrazo a Harry, recostó su cabeza sobre su pecho y comenzó a acariciar suavemente el cabello del ojiverde-.

????

Tres meses ya habían pasado, el tiempo en donde a Harry le habían detectado depresión. Louis intentaba sacarlo del hoyo dónde estaba pero le había sido imposible, cada vez que lo intentaba, Harry se ponía peor.

Le habían dado unos antidepresivos y pastillas para dormir. Louis había tirado todo el alcohol que había en el pequeño bar que tenían en casa, pues Harry cada vez que tenía la oportunidad este lo tomaba hasta quedarse completamente tomado. Y al día siguiente despertaba con dolor de cabeza. El ojiazul había llevado a Harry a todo tipo de especialistas, los más reconocidos en la ciudad. Pero el estado de Harry no mejoraba.

????

Medio año había transcurrido, Harry iba a terapias con una de las psicólogas más reconocidas de la ciudad, Kate. Ella había salvado a miles de personas con diagnósticos demasiado graves. Y todos los pacientes habían superado su depresión. Louis tenía las esperanzas de que pudiera salvar a Harry.

NosotrosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora