Cuidar a: Sasuke

¿Estas celoso?

Decir que no sentía celos por la Hyuga era una vil mentira.

Itachi miraba a su próximamente novio caminar junto a la azabache muy risueño.

Con él ni siquiera sonreía aunque sea un poco. Siempre serio y enojado.

La Hyuga desde hace rato se había percatado de la presencia que los seguía.

—Naruto-Kun —El rubio dejó de reír y miró a su amiga —Itachi nos sigue.

—¿Me ayudas en algo? —Sonrió de manera traviesa provocando también una sonrisa en Hinata.

—Sin besos en los labios, sabes que estoy con Kiba-Kun.

Naruto asintió y sin esperar mucho tomó de la mano a la chica para después depositar un beso en su mejilla.

Preparate Itachi, que te harán sufrir de celos.

Y luego que no ande de chillón por que el quizo hacerla de espía celoso.

—Eres tan linda Hina-Chan. —La ojiperla rio levemente mientras negaba sutilmente con la cabeza— Yo si te daba y no consejos.

—Ay Naruto-Kun, me sonrojas. —Dijo la chica llevandose la mano libre a su mejilla y fingiendo nerviosismo.

Ambos querían partirse de la risa. Sólo esperaban que Kiba no malinterpretará la situación.

El pelinegro apretó los puños tanto que sus nudillos ya estaban blancos.

¿Cómo Naruto podía hacer eso en su presencia?

Nomás que llegué a la casa lo iba a castigar de una manera muy suculen... ¡Lo dejaría sin comer! Si eso mero.

—Mi linda princesa. ¿Me dejaría darle un abrazo? —Preguntó mientras de detenía al igual que Hinata.

—Ay pero que caballeroso eres, cualquiera estaría encantado de tenerte como pareja.

Se dejó abrazar por el rubio hasta que decidieron que era momento de separarse y seguir su caminata.
Naruto sonreía con altanería,
fue la mejor idea que pudo haber tenido en tanto tiempo (la idea en realidad fue de Sasuke), fingir ir con la Hokage para despertar en Itachi la sensación de curiosidad.

Hinata era tan buena en esos temas del amor, atraer parejas y hacer amarres.

—¡Alto ahí! —La pareja de amigos se detuvo repentinamente a la exclamación que escucharon por aquel guapísimo hombre.

Naruto fingió sorpresa mientras que por dentro se reía del Uchiha, neta que no se esperaba que se presentara así ante ellos.

—¿¡Qué quieres Itachi-baka!?

El pelinegro apretó los dientes hasta se escucho el rechinodo que hacían, aunque también se sentía dolido por la manera en la que le habló el rubio.

¿Qué hizó él para ganarse tanto desprecio?

—Y-yo... Verás— ¿por qué jueputa tartamudeaba y estaba nervioso?, era cierto que no tenia una excusa para la pregunta pero no por eso él siendo un diosito se tendría que poner así. —¡Sasuke está enfermo!
No lo culpen, fue lo primero que se le pasó por la mente. Aunque el problema con esa excusa se hiciera más grande.

—Ya Itachi, acepta que estas celoso de que salga con la bella princesa del Byakugan.

—¿¡QUÉ!? ¿CÓMO QUE SALES CON MI HINATA?

Weno... Como que ora si la hokage le estaba hablando, con eso de que vio una babosa pasando frente a él, ¡seguro que era una de las babosas de Tsunade!