<<ESTAFA>> | NamKook O.S [+18]

"Estafa"

*Los diálogos escritos en negro y cursiva "de esta forma" ocurren en inglés.
*Ya saben, +18, S&M, Chicoxchico y todas esas kks... Están más que advertidxs... Aunque sé que los menores igual lo leen*
*Sin más, disfruten... UwU*
*Casi 9000 palabras :0*

Ciertamente, París es "La ciudad de las luces", pero esa noche Seúl se veía esplendorosa, tanto que merecía ese sobrenombre. La imagen en su retina no era suficiente para captar todo lo bello, todo lo hermoso de esa ciudad, pero aún así amaba quedarse observándola mucho tiempo y guardar esos recuerdos en su mente.

Era el tercer día que salía a recorrer la ciudad en la noche, momento perfecto para degustar con sus orbes lo que consideraba bello. Era el tercer día en que se dirigía a los distritos más bajos y oscuros de ella, como los ratones que, embelesados con la música, seguían ciegamente al flautista de aquella historia, pero en este caso no era ningún sonido de flauta, sino una fragancia: el aroma de lo obsceno que llenaba aquella urbe. Ese, lleno de clubes nocturnos de mala muerte, prostitutas en las esquinas, vendedores de drogas, olores a tabaco y alcohol, jóvenes teniendo sexo en los callejones a la luz de la luna recibiendo impúdicas miradas de algún que otro voyeur, en otras palabras: el olor de lo prohibido. Anhelaba eso, como siempre lo había hecho.

Lo inmoral era su droga y descubrió algo en esos paseos que le provocó un subidón de dopamina, una excitación fuera de lo común, unas inmensas ganas de saborear la indecencia aún más. Algo que le hizo despertar una faceta suya que muchos aborrecían y otros tantos gozaban. Una que no había sentido hacía mucho tiempo.

Delante de sus ojos se encontró algo, a su parecer, tan bello, que demostró que ese deseo viciado de posesión y dominancia seguía latente en su interior y esa bestia, ahora grandemente hambrienta, despertaba después de una larga hibernación.

Y sonrió con malicia, dispuesto a capturar a su presa.

•••

— Ya te dije que justo como viniste estos últimos tres días puedes seguir viniendo tres mil más y mi respuesta seguirá siendo que no. — Dice un chico peli-menta y de mirada gatuna a la vez que preparaba un cóctel mezclado. — Suficiente con que bebes gratis en mi bar.

— Yoongi hyung~ — Se queja el chico tatuado y de cabello castaño y largo que estaba sentado del otro lado de la barra. — ¿Por qué eres tan malo? El bar siempre está lleno, te debes estar pudriendo en dinero.

— Sí, es cierto, pero no te prestaré ni un centavo, sabes bien que tengo otros planes — Continúa el chico con indiferencia mientras sigue agitando la coctelera en sus manos, ignorando completamente los ojitos de Bambi que el otro ponía a posta. — Y yo no soy Taehyung, así que no te desgastes, no caeré en esos viejos trucos, Jungkook.

El nombrado resopló con resignación para volver a su tono despreocupado acomodándose en el taburete de madera donde estaba sentado: — Entonces seguiré con mis estafas hasta que algún día la policía me atrape y me pudra en una celda mugrienta, todo porque Yoongi-hyung no quiso prestarme el dinero.

— Tampoco me vas a ganar con ese descarado chantaje emocional, te dije que me tienes sin cuidado, tus veintisiete años no son por gusto, ya deberías saber que algún día el karma echará sus cartas en tu contra.

— Si, si, seguro que tú lo conoces muy bien. — Dice con un tono para nada respetuoso al tiempo que levanta las cejas una y otra vez insinuante: — Luego de pretender ser un chico malo, Taehyung te sometió y estás como adolescente enamorada desde hace tiempo.