Capítulo 13: Una vida juntos

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El cosquilleo que recorría su brazo era sumamente agradable. Desnudo dentro del futón, Bakugo ladeó el rostro para observar a Shoto a su lado. Le observaba y no dejaba de deslizar las yemas de sus dedos por su brazo en esa caricia tal sutil y dulce que le enamoraba.

— Ey – susurró Bakugo torciendo el codo para poder levantar sólo su antebrazo y mostrarle la palma de su mano a Shoto como si reclamase su atención.

Shoto sonrió al verla. Con suavidad, desplazó la mano con la que acariciaba su brazo hasta llevarla a la mano de Bakugo y entrelazar sus dedos con las del rubio. ¡Shoto sonreía! Y aquello era lo único que le importaba a Bakugo en ese momento. Desde que le arrebataron su quirk, Shoto había estado demasiado serio y deprimido, así que ver su sonrisa una vez más era una gran satisfacción para él.

— ¿Estás bien?

Shoto afirmó moviendo la cabeza ligeramente pero sin pronunciar palabra. Algo sonrojado como estaba, Bakugo intuía que se debía a por lo que acababan de hacer. Ninguno de los dos era bueno en conversaciones o expresando sentimientos, sin embargo, en aquel instante, tampoco necesitaban hablar. Todo estaba muy claro.

— Tu familia no tardará en venir, ¿verdad?

— Mi padre es posible que trabaje hasta tarde. Están investigando sobre los Nomu. En cuanto a mis hermanos, no sé lo que pueden tardar. Supongo que tienes razón y no deberían de tardar mucho.

— Entonces será mejor que nos vistamos.

Tal y como Bakugo se incorporó para quedar sentado sobre el fino colchón del futón, los ojos de Shoto se desviaron a la herida de su espalda. A la altura de la cintura, la cicatriz era perfectamente visible. Ver la herida sólo le provocaba malos recuerdos a Shoto. Aquella herida había sido su culpa.

Con todo lo sucedido en mente y sintiéndose culpable de ello, Shoto se incorporó también y rodeó la cintura de Bakugo entre uno de sus brazos para impedir que se levantase. En la posición en la que estaba, arrastró su pecho por el colchón hasta acercar su rostro a la espalda de Bakugo. En la herida, depositó un dulce beso como si eso fuera a curar todo el daño recibido.

Bakugo se giró al sentir sus labios en la herida de su espalda. Amaba a ese chico pese a que no era capaz de decirlo todavía con soltura. Sonrió y colocó su mano sobre el cabello de Shoto. Lo acarició con dulzura en un intento por calmarle.

— Ya no me duele – susurró Bakugo.

¡Irreconocible! Así era como Shoto veía a ese chico. Bakugo siempre era gritón y gruñón, insultaba con facilidad, pero hoy, estaba completamente diferente.

— ¿Por qué sonríes, bastardo? – preguntó Bakugo regresando a un tono gruñón mucho más reconocible.

— Por nada – sonrió Shoto antes de apoyar su mejilla sobre la espalda de Bakugo y permanecer unos segundos en total calma a su lado.

Fue inevitable que Bakugo se sonrojase ante esa acción. Sentir su rostro sobre su espalda y las suaves caricias de los dedos de Shoto sobre su pecho le hacía sentirse realmente bien. Sin duda alguna, hablar las cosas con él de forma directa había sido la mejor opción.

— ¿Ha sido por mi vocabulario?

— Extrañaba tu "bastardo" – susurró Shoto con los párpados cerrados y su mejilla apoyada en la espalda desnudo de su chico.

— Al menos ya sonríes.

Shoto alzó la cabeza para poder mirar a Bakugo que ya se giraba en su dirección pese a estar sentado aún en el futón.

Quirk (Boku no hero: Baku-Todo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora