Capítulo 4: Explosivo

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El chirriante y agudo sonido del despertador rompió el intenso silencio. ¡El corazón le dio un vuelco! Shoto estaba acostumbrado a despertarse con un suave sonido, con música relajante, en cambio, Bakugo tenía puesto un despertador antiguo que martilleaba cada extremo. No pudo evitar agarrar sus manos al colchón y abrir los ojos repentinamente tratando de calmar su desbocado corazón. ¡Un susto de muerte! Era lo que le había dado ese despertar abrupto.

Miró a su izquierda. Bakugo seguía dormido pese a ese intenso ruido. ¿Cómo era posible? En ese mismo instante, como un torbellino, la mano de Bakugo golpeó el despertador con tanta fuerza que lo lanzó al suelo con una pequeña explosión. ¡El ruido cesó!

Aquella reacción y la forma en que Bakugo volvía a cobijarse bajo las mantas le hizo entender a Shoto que jamás de los jamases, debería intentar despertarle. ¡Tenía muy mal despertar! Miró hacia la persiana. Seguía cerrada, pero entraba un poco de luz entre algunas pequeñas aperturas.

Shoto desvió su mirada una vez más hacia Bakugo. Dormía en la esquina de la cama como si intentase dejarle espacio a él. No debió dormir muy bien por su culpa, por compartir una cama tan pequeña con él, pero la verdad era que él apenas había pegado ojo en toda la noche. Se había conseguido dormir casi al final y sentía todo su cuerpo demasiado cansado.

Quizá fuera una tontería, pero si al principio, ese atentado contra el despertador le hizo sonreír, tras ver la explosión y darse cuenta de que él ya no podía hacer nada similar le desanimó nuevamente. Miró su mano izquierda. Durante años se negó a utilizar su habilidad de fuego y ahora que no podía hacerlo, la añoraba. ¡Era absurdo! Pero se sentía tan inmensamente inútil sin su quirk... él era buen estudiante y era bueno usando su habilidad, pero... ahora ya no estaba seguro si tenía alguna otra cualidad que le hiciera destacar.

— ¡Maldita sea! – se quejó Bakugo al escuchar que el despertador iniciaba de nuevo con el chirriante ruido, esta vez, campaneando en el suelo.

De mala gana, se levantó para agarrar el despertador y apagarlo. Shoto le observó hacerlo desde la cama. Él también debería prepararse para ir a clase, aunque había una pega en todo ello. Su uniforme estaba en su casa. No podía entrar al aula vestido de diario. Sería una ofensa para los demás estudiantes e incluso para los profesores.

Shoto mantuvo el silencio hasta que Bakugo se dio la vuelta y le vio tras él. Parecía un poco sorprendido, sin embargo, enseguida resopló como si hubiera recordado que le había invitado a estar allí.

— Vístete rápido, hay clase.

Era consciente de todo lo que tenía que hacer, sin embargo, no sabía cómo decirle a Bakugo que no tenía su uniforme. Cuando quiso abrir la boca para contárselo, su compañero ya se había levantado y buscaba su uniforme en el armario para vestirse. Shoto se incorporó en la cama y le observó. Bakugo estaba malhumorado, pero se vestía igualmente frente a él sin pudor alguno.

— ¿Por qué no te vistes?

— No tengo el uniforme aquí – confesó finalmente Shoto –. Tendré que pedirle a mi padre o a alguno de mis hermanos que me lo traiga más tarde. Quizá sería mejor si no asistiera a clase hoy. Seguramente me pondrán problemas por no llevar el uniforme.

— Shoto, llevas casi una semana sin ir a clase. Vístete de una puta vez con lo que llevabas ayer y andando. No voy a permitir que tus notas bajen.

Por un instante, Shoto dudó y luego, sonrió. Ese chico tenía muy mal genio y podía decir palabras malsonantes, pero en el fondo, se preocupaba por sus compañeros. Era esa clase de héroes con los que siempre podías contar en cualquier situación. Daba confianza.

Quirk (Boku no hero: Baku-Todo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora