Capítulo 1

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Los problemas siempre han estado en mi vida. Vaya donde vaya, siempre están a mi alrededor. Gracias a ellos, hoy camino otra vez por un pasillo de un instituto nuevo, sin saber dónde está el aula 3.14. Este instituto parece un laberinto, me he memorizado el plano, además, del horario y no me da la gana sacarlo por si me estoy equivocando.

Miro el reloj y faltan cinco minutos para que toque el timbre. Tampoco quiero que se note que soy nueva, ya destaco suficiente por empezar casi a mitades del primer semestre.

<< ¿Dónde está la maldita aula? >>

Al final, como es de suponer, busco el plano en la mochila y como soy así de gafe y por no mirar por donde voy, me doy un golpe en las costillas, que resulta que le quedaban entre dos y tres semanas para acabar de curarse. Me tengo que tranquilizar. Pero, ¡Quién coño fue el que hizo esta chapuza en el medio de un instituto!

Respiro hondo y saco el maldito plano de una vez. Como me imaginaba, voy en la dirección correcta, pero no encuentro la puñetera aula. Suena el timbre y decido caminar un poco más deprisa por el pasillo que se está empezando a llenar de alumnos y alumnas. Hoy se puede decir que es un buen día, ya que soy yo y repito, soy gafe, pues al destino se le ha ocurrido que me choque otra vez, pero esta vez caigo al suelo.

Me muerdo la lengua para no soltar cuatro frescas. Delante de mí me encuentro a un tío alto y musculoso de ojos grises, con el pelo color rubio sucio y una mandíbula perfecta para mi gusto que me mira con cara de pocos amigos. Decido por el bien común, levantarme y me hacerme la tonta, ya que soy una persona de mecha corta y no soporto las injusticias.

- Lo siento – digo con la sonrisa falsa, si le puede llamar sonrisa a eso.

- Mira por dónde vas, joder – dice el tío con el que he cochado.

- Es que me he perdido y no sé por dónde voy – digo falsamente apretando un poco los dientes.

- No es mi problema. La próxima vez te apartas – dice el sujeto.

Como esta persona puede ser tan gilipollas, es que me dan unas ganas de darle un puñetazo. ¿Quién se cree que es? Si se piensa que le voy a hacer caso la tiene buena. Si nunca he hecho caso a mis padres, le voy a hacer caso a él.

- ¿Estás sorda o qué? – dice acercándose. Cierro el puño inconscientemente –. Te apartas de una vez o tengo que indicarte como se hace.

Como he comentado, soy de mecha corta y este adolescente, por así decirlo, me está sacando de mis casillas. Mi pobre autocontrol para estas situaciones ha decidido ponerse en huelga. Encima este personaje se piensa que es el Rey del Mambo y que le hare caso. Tremendo error.

- No estoy sorda, pedazo de gilipollas – empiezo.

- Mira niñata, escúchame bien ... – acercándose a mí y eso ya me molesta.

- Primero de todo te callas, lo segundo me vas a escuchar tu mejor porque no te lo repetiré más que una sola vez, Primero de todo deja de invadir el espacio personal de las personas que no quiero olerte la mierda de tu boca – digo apartándolo de mí –. Después de paso, deja de mirarte el ombligo que no eres el puto centro del mundo y si encima te crees que puedes ir llevándote por delante a la gente, estás muy equivocado. Podrías hacer un favor al instituto y sacar la cabeza del culo para ver la realidad y de paso deja tus malditos problemas a casa porque no le interesan a nadie. Si no te ha quedado claro lo que te he dicho te lo puedo indicar con pelos y señales como irte a la mierda. Muchas gracias por indicarme el aula gilipollas.

El muy gilipollas se me queda mirando y con una sonrisa de burla me abro paso por su lado. Entonces me fijo en la cantidad de gente que hay mirando el espectáculo que acabo de hacer. Me da que este tío es de las personas de la que no hay que meterse.

Camino un poco deprisatapándome la cara con mi pelo gris ceniza y salgo de allí. << Mierda>>, pienso apretando los dientes. Para que me he puesto unas normas paraseguir y cumplir, básicamente para nada porque voy y las rompo todas o casitodas en solo cinco minutos. No me costaba mucho no abrir la boca y pasar unpoco desapercibida.

El secreto de AmberDonde viven las historias. Descúbrelo ahora