Capítulo I: La llegada

824 52 0
                                    

Pasos. Eso era lo primero que escuchó. Se acercaban con lentitud y pesadez. Por el sonido de los mismos, dedujo que era de alguien adulto que tendría entre 20 y 30 años. Eso, o era un espía de 50 años. Todo podía ser.

Sintió como esa misma persona se arrodillaba a su lado y respiraba en su oído. Tuvo que contener un escalofrío antes tal sensación para poder seguir fingiendo que permanecía dormida.

–Está frita – oyó que decía.

–Ya déjala –le replicó otra–.

»Cógela y vámonos. Tengo hambre.

"Espera, ¿que qué?"

Abrió los ojos asustada y miró a su alrededor. Justo frente a su cara, un hombre la miraba fijamente.

–Te dije que funcionaría –se carcajeó otra detrás de ella, era la misma que había dicho que tenía hambre.

Era una broma. Ella se lo quedó mirando, procesando la información. Ese hombre sabía que estaba despierta. ¿Tan mal se le daba fingir? Pero lo importante era que le había tomado el pelo.

–Déjala, Caleb –le silenció uno con coleta–, ¿no ves que está desorientada?

El susodicho rodó los ojos pero no quito su sonrisa. Mientras, el hombre que estaba justo frente a ella la ayudó a levantarse con amabilidad. Sus ojos denotaban nostalgia, se podía apreciar. Tal vez fue eso lo que le hizo apoyarse en él para levantarse de aquel cómodo suelo. En su mirada vio cómo ese brillo de nostalgia le transportaba a un recuerdo que parecía feliz debido a la sonrisa tímida y pequeña que había esbozado de repente.

Y, de la nada, negó efusivamente, sorprendiéndola. 

–Me llamo Mark Evans –se presentó–. ¿Y tú eres?

Se quedó callada. Le habían dicho que debía tener cuidado con todo el mundo. Era peligroso vivir fuera de casa. Ella lo sabía. Al igual que también sabía que no debía hablar con extraños.

"Dile tu nombre. Díselo. ¿Por qué no se lo dices?", le instó la voz dentro de su cabeza.

"¿Y cómo sé que es de confianza?", preguntó nerviosa. "A lo mejor quiere vender mis órganos al mercado negro"

"Confía en mí, díselo"

La chica suspiró. Siempre tenía que hacerle caso a esa voz. Pero algún día se revelaría. Algún día...

"Sigue soñando, querida"

El tal Caleb volvió a reír, sacándola de su ensimismamiento. Parpadeó confundida y lo fulminó con la mirada. No sabía quién era, pero ya le caía mal. Odiaba ser el centro de burla.

–Yo... me llamo Aurora –titubeó–, Aurora Branisa.

Mark miró a Nathan y éste asintió. A su vez, Caleb seguía con esa sonrisa petulante que tenía desde hace 10 años. Algunas cosas no cambiaban.

Con cuidado, Mark la llevó hasta un saliente de piedra, donde se sentó de golpe.

–¿Estás bien, Aurora Branisa? –Nathan tocó su hombro cuando vio una mirada de desconfianza en la joven.

–Sí...

De repente, Jack y Shawn llegaron con muchas ramas en sus brazos. Les había tocado a ellos ir a buscar leña para la fogata.

–¿Quién es ella?

El hombre que llevaba un abrigo frunció el ceño.

–No me digáis que habéis secuestrado a una niña –susurró con la furia retenida.

Charmed [IEGO]✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora