MIDNIGHT LUST ━ draco malfoy +18

nine.

Me desperté de un sueño intranquilo al ver que todos seguían durmiendo menos Draco que estaba sentado afuera en el balcón con una taza de café y un libro.

De repente, todos los recuerdos de la noche anterior se agolparon en mi cerebro. Los apasionados besos que compartimos hicieron que se me revolviera el estómago sólo de pensarlo.

Me puse de pie, casi acercándome a él mientras leía con atención, sin ser molestado.

Pasando por delante de Blaise y Fallon abrazados, sé con certeza que discutirían por eso justo cuando se despertaran.

Mientras tanto, Killian tenía la cabeza metida debajo de Andrea mientras los dos dormían plácidamente en el sur.

Theo en el suelo desmayado mientras también roncaba.

Llegué a la puerta que daba al balcón cuando algo me detuvo justo al tocar el pomo.

Los recuerdos completos de la noche anterior entraron en mi lóbulo frontal hasta el fondo de mi cerebro haciéndome detener mis pasos.

Las yemas de mis dedos abandonaron el pomo y de repente me encontré incapaz de moverme.

"¿Ahora me acechas, Dumbledore?" Continúa pasando las páginas de su libro mientras habla en voz baja y monótona.

Abrí la puerta y salí al balcón apoyándome en la silla que estaba a mi lado.

El silencio.

"No deberías dejar que lo que te he dicho te afecte". Afirma aún sin girar la cabeza.

"Cómo no va a afectarte Draco, no es que básicamente casi me cojas cada vez y luego actúes como si no pasara nada justo después". Le respondo bruscamente mientras miro al cielo en voz alta.

"No entiendes-"

"No Malfoy creo que sí lo entiendo. Eres un maldito egoísta".

"Dianna, lo hago por tu puto bien". Draco estalló de su asiento empujándome contra la barandilla del balcón casi cerrando la brecha entre nosotros.

Me dejó sin que salieran palabras de mi boca.

"Aléjate de mí, joder". Escupió mientras me agarraba del cuello.

En ese momento algo en mí se rompió.

El atrevimiento de que me tocara de una forma que no debería poder me hizo enfurecer, joder. Y lo más molesto es que aunque quisiera detenerlo... no podía.

Llevé mi mano derecha libre y le di una bofetada en la mejilla, sabiendo que dolía.

Su cabeza se giró hacia un lado lentamente mirando de nuevo a la mía y luego mirando al suelo.

Luego sonrió de forma odiosa mientras volvía a mirar a mis ojos, apretando un poco más mi garganta.

"No sabes las cosas que soy capaz de hacerte Dianna. Así que te sugiero que me obedezcas antes de que grites con tus malditos pulmones".

Nada salió de mi boca.

Absolutamente nada.

No podía encontrar ninguna palabra para describir lo que sentía...

"Deberías tapar esos chupetones, no quiero que nadie piense que se me ocurriría tocarte, putita asquerosa". Aflojó su agarre y se apartó de mí.

Sentí como si me arrancaran el corazón del pecho. Por una vez, la forma en que me tocó me hizo sentir vacía por dentro.

Esta vez su toque... me asustó.