III

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¿Alguna vez has necesitado estar en un lugar porqué ahí encuentras paz? ¿Haz deseado con fervor poder encontrarte en paz con la simple presencia de alguien?
¿Tus demonios se tranquilizan y te dan tregua cuando estás conmigo?

ça m'arrive avec toi, Jungwon

Todo tú eres mi espacio preferido, tu cuerpo se ha convertido en el templo al que asisto con alegría, para encontrar un poco de tranquilidad y paz. Eres esa fuente oculta en dónde puedo calmar mi insaciable sed. Cada centímetro de tu hermoso cuerpo es tan puro y sagrado, que deseo admirarlo con fervor que rayaría en lo enfermizo, pues todo en mi te pertenece, toda mi existencia está por y para ti.

Jungwon, me encanta tocar tu cuerpo pequeño, esbelto, torneado y fresco. Es cómo sí la Deidad hubiera decidido ser piadoso conmigo y moldearte a mi medida, para que ambos encajáramos a la perfección mientras hacemos el amor, para que nuestras manos se unieran en un gesto sencillo pero significativo, es cómo sí, después de todo lo que hemos vivido ambos, la Deidad finalmente nos hubiera dado esa recompensa por tanto esfuerzo y sufrimiento. Tus sentimientos me llenan en muchos sentidos, haciéndome sentir embriagado, el amor que me profesas sana cada una de las heridas que yo he tenido a lo largo de mi vida, haciéndolas ver como simples cicatrices... Tu cuerpo es tan sincero que exploto de alegría cada que reacciona ante mis caricias, enloquezco cuando tu piel se eriza con el roce de las yemas de mis dedos, ansío pecar cada que tu masculinidad expresa orgullosa tu excitación. Los gemidos que provienen de tu boca, son las melodías más maravillosas y perfectas que mis profanos oídos pudieron escuchar alguna vez, en toda su existencia.

Agradezco a la vida, por haberme cruzado en tu camino.

Conozco cada centímetro de tu piel y estoy seguro de que no existe superficie alguna que no haya sido explorada por mi vista, tocada por mis manos, sentida con mi boca... Eres mío, Jungwon. Jamás me cansaré de tocarte, de tomarte, de sentirte, besarte, saborearte... Pese a que sean las mismas acciones, pese a que me haya grabado a fuego tus reacciones... Pese a que hemos tenido incontables ocasiones relaciones sexuales... Todas y cada una de ellas, se sienten como si fueran la primera vez, reaccionas como sí se tratara de la primera ocasión que mis manos te exploran o que mi boca te besa.

Pronuncio tu nombre como loco, susurro cerca de tu oído cada que puedo lo mucho que te necesito, lo mucho que te amo y te deseo. Ansío escucharte suplicar con desesperación que quieres que te toque más, que te bese más, que te amé y te haga gemir más... Cada que reaccionas ante estas acciones simples de mi parte, me enloqueces.

¿Sabías eso Jungwon? Eres el motivo de mi locura, de mi desenfreno y mis excesos.

Si tú me dices que dedique toda mi vida a ti, lo haré sin pensarlo. Sí me suplicas que entregué todo lo que tengo por quedarme a tu lado; al instante tendrás mi respuesta, te seré tu fiel servidor, estaré ahí para lo que quieras, ordenes y desees; porque no tiene sentido mi existencia, mi razón de vivir sí tú no estás en ella.

Te amaré hasta el final de mis días.

Tu mirada tan pura y dulce que cada vez que te veo haces que las cosas se pongan tentadoras. Tus cicatrices, pese a que son algo que no me gusta ver mucho, por la historia que tuviste... Aún así, las amo y besó con devoción, porque gracias a ella has demostrado ser fuerte, valiente y has logrado salir adelante, permitiéndome disfrutar de tu existencia.

—Te amo, Sunghoon.

—Te amo, Jungwon; con locura lo hago.

—Lo sé —sonreíste enredando tus brazos alrededor de mi cuello desnudo—, sé que me amas... Así que lléname de amor esta noche.

Sonrió, también sabe cómo provocarme y eso me encanta.

Eres solo mío  (Sungwon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora