Era ya de mañana y como se estaba haciendo costumbre, luego de... bueno ya saben. Miri se levanta temprano a darle desayuno a su mamá, cuando está llegó a la habitación, se dio cuenta que ya no estaba en la cama, pero no alcanzó a preocuparse porque se abrió la purta del baño y Flavia, salía ya vestida con su conjunto amarillo, y con una sonrisa saludo a su hija: -Buenos días, Miri, ¡qué rico se ve eso, hija!- esta, dejó la bandeja en la cama. -Me ganaste, hoy- le dice con una sonrisa. A lo que Flavia, le responde: -sí, es que quería bajar a tomar desayuno contigo, pero ya que está aquí- se acerca a Miranda y le acaricia la cara, -Gracias, hija... por todo.- Luego, se sienta en el sillón y le pide la bandeja a Miri y esta la deja en la mesita, Flavia la invita a sentarse a lo que ella accede... Miranda, agradece cada día el poder estar en buena con su mamá es lindo tener su apoyo y poder ayudarla, ya que antes, ninguna encontraba la forma de comunicarse todo era discusiones, pero pesé a su buena relación, todavía no podía preguntarle sobre la duda que se había despertado en ella, con respeto a su relación con la impectora Cáceres.
Flavia, se dio cuenta de que Miranda, estaba un poco taciturna y ensimismada.
-Miri, ¿qué pasa? ¿estás bien?- le preguntó, preocupada.
-Sí, sí mamá, es que... no nada- Respondió, acomodandose el pelo bajo la oreja y nerviosa. Flavia, entrecerrando los ojos, vuleve a interesarse, -Miri, sabes que puedes confiar en mi, yo estoy para ti en lo que necesites, tú y yo somos familia, tu me lo enseñaste- Flavia, le toma el brazo, -ya dime ¿qué pasá?- Miranda, la mira y le dice: -tranqui, mamá si no es nada mío, es solo que...- ahora es su madre la que habla: -es ¿qué?, vamos Miri- le sonrío.
-Es que hace un tiempo queria preguntarte, por la relación que tienes con la impectora Cáceres- le dijo, ya decidida a saber.
Flavia, por su parte casi se atraganta con un pedaso de pan, lo cual la hace toser. -¿qué pasa con eso?- pregunta nerviosa y limpiando su boca con la servilleta.
-Es que me parece extraño que ella se haya preocupado así, como lo hizo, por ti, sin que ustedes tuvieran una amistad o algo así- Le dijo moviendo sus manos.
-¡Ay, hija no sé, le caeré bien!- le dijo Flavia, intentando distender la conversación. Miri, por el contrario se sintió un poco molesta porque su mamá no estaba siendo sincera con ella y le rebate parandose: -Ya mamá, vamos a empezar de nuevo con las mentiras, eso siempre fue lo que nunca nos permitió conversar antes- Miri con cada palabra levantaba un poco la voz. -Así, que si no me quieres contar está bien, pero no me mientas ma...- Esta vez, Flavia, interrumpe, -No, no es eso- dice entre susurros, intentando controlar sus nervios que ya empezaban a jugarle una mala pasada.
-Si no es eso, entonces ¿qué es? mamá- le dice Miranda poniendose de rodillas frente a ella y tomandole las manos.
Flavia, le dio vueltas a la cabeza buscando las palabras para explicarle a Miri, lo que pasaba y de pronto sin meditar de su boca sale: -Me enamoré- mira a su hija y luego, desvía la mirada sintiendo vergüenza de sí misma.
Miranda con más dudas y preguntas que antes, la observa y se da cuenta de que para ella no es un tema fácil, y le dice: -Mami, mírame, estoy aquí sea lo que sea, yo voy a estar contigo no te voy a dejar sola, ahora si no quieres hablar está bien, lo acepto.-
Flavia, miró a su hija, estaba tan grande y resuelta, estaba orgullosa de ella, por esta misma razón comenzó diciendo: -Yo, yo quise mucho a tu papá, pero nunca pude llegar a amarlo, no sé había algo dentro de mi que no me lo permitía por más que lo intentará- Miri, la escuchaba en silencio no quería que dejara de hablar. -Mi Papá, lo único que quería era que yo me casara y pues Dante en ese entonces era él único que me prestó atención y además era una buena compañía, así que acepté... luego, llegaste tú y eres lo mejor que me pudo haber pasado. Pero, antes que tu papá hubo alguien más, era una chica de la universidad en la que yo estudiaba, ella era hermosa e inteligente, era estudiante de filosofía, pero por ese entonces la relación entre dos mujeres, aún no estaba bien vista así...- Pensó muy bien lo que iba a decir, pues habían cosas que era mejor no recordar, y acariciandole el pelo a Miri, siguió con el relato. -así que no nos pudimos seguir viendo. Yo había enterrado esa parte de mi, no había hablado con nadie jamás, sobre esto.- Flavia, seguía acariciando el pelo de Miri, y esta última seguía escuchando las palabras que su madre pronunciaba.
-Hace un mes más o menos conocí a Javiera, cuando fuimos a poner la denuncia contra de los secuestradores de Mateo, ella nos atendió junto con Leiva... Y nada, pasaron algunos días y metieron preso a tu tío Emiliano y yo fui un día temprano en la mañana a saber de él, pero no pude entrar, ese día vi a la impectora Cáceres, llegar con su pareja, Mayra, a la Brigada. Me impresione, ya que ese beso de despedida que se dieron, me recordó el pasado.
Luego, empecé a sentir curiosidad y Javiera, era quién llevaba el caso de Mateo y siempre fue tan atenta conmigo. Recuedo el día que ella me confesó que efectivamente la chica con la que la vi en aquel entonces era su pareja. Ese día llevaba este mismo traje, ella venía a hacerme preguntas sobre tu abuelo y tu tío Emiliano, del por qué le había dejado más dinero a Joaquín que a nosotros sus hijos y si Emiliano se había enojado... ese día me puse un poco nerviosa y ella se acercó a mi para tranquilizarme, se sento junto a mi y poso su mano sobre mi brazo, sentí una corriente que atravesó todo mi cuerpo tan solo con ese toque quise desfallecer, la mire y salí de la habitación hacia el baño, me sentía rara, sucia, extraña, me lavé el brazo con jabón y me moje un poco la cara y salí nuevamente, ahí la conversación siguió su curso hasta que se molesto por la pregunta qué le hice, sobre la chica y se fue. Luego, pues bueno pasó que tu papá y yo nos peleamos por tu recaída y él me pego una cachetada, fue la noche antes de que me regalará el auto nuevo. Luego, cuando discutimos por tu amigo Pascal, esa noche me empujó y golpeo hasta que apareciste tú y te dijo que yo me había caído... esa noche lloré y llamé a la única persona que se me ocurrió llamar, a Javiera, esa noche estaba dispuesta a denunciarlo, pero tu papá llegó a la Brigada antes de que pudiera decir palabra, al otro día Javiera, fue a ver como estaba y a conversar conmigo, desde ahí comenzó una amistad, la cual fue convirtiéndose, para mí, en algo más, ella siempre estuvo ahí en los momentos más difíciles, después cuando tu papá me golpeo la mano con la puerta fui a casa de Javiera, necesitaba conversar con alguien, ese día aparecieron en mi unas ganas de besarla y pues, fue así como pasó, la bese y fue una de las mejores cosas que he hecho sin pensar.- esta vez Miri, levata la cabeza para mirar a su mamá y decirle en tono de broma, -¡qué atrevida, que eres mamá!- Le sonrió y le dijo: -sigueme contando.-
Flavia, lo pensó, carraspeo un poco para aclararse la garganta y volvió al relato: -A los días Javiera, empezó a sospechar que su pareja Mayra, la estaba engañando, entonces siguió a Izzi, la chica con la que su novia la engañaba supuestamente, esa noche me envió una nota de vos invitandome a salir a beber- dijo sonriendo. -sí, me hubieras visto parecía una quinciañera saliendo a urtadillas, para que tu papá no me escuchará, esa noche me pasó a buscar, fuimos a un local en donde nos bebimos una piscola, conversamos y me vino a dejar, cuando llegamos me pidio el baño, al cual la hice pasar y en el que me hizo la encerrona y me beso, ese fue un beso más largo y profundo, ese beso hizo que mi cuerpo despertará y sentí muchas cosas, pero me paralizó el miedo, nunca había sentido eso antes. Fue un beso mágico que me dejó con ganas de más- Miri, volvió a mirar a su mamá esta vez, en sus ojos había pena, no se podía imaginar que su mamá nunca hubiera sentido placer y nunca se hubiera sentido amada. Se preguntaba ¿por qué las personas no eran capaces de vivir su vida como les parecía o se les venía en gana? -¿Y qué pasó después?- pregunto, con curiosidad.
-Después, ella se fue y tú papá ese día se levato para irse a ese viaje de negocios, ese día, Javiera, llegó a su casa y encontró a su novia metida en la tina, con esa tal Izzi. Discutió con ella, se fue a beber y llegó aquí llorando, ella no tiene amigas y necesitaba que alguien la escuchase así que vino, hablamos ella lloro, se desahogo y estaba muy borracha para manejar, así que la obligue a quedarse.- Ya en esta parte a Flavia, le costaba un poco mantener las lágrimas a raya, estas iban asomandose de apoco.
-Al otro, día se fue más repuesta a trabajar, yo le ofrecí mi casa para que se quedara si así lo necesitaba, intenté apoyar en lo que más pude y para que se distrajera la invité a comprar verduras, fue ese día que saliste con Nicole y la noche de la reunión, familiar, ese día me entregue a ella... perdí la noción del tiempo, tanto así que se me quemó la cena, pero estaba tan feliz que no me importó. Después, de unos días pasó lo de Tere y lo tuyo, ella volvió con Mayra y hasta ahí llegó, creo que no fui suficiente para ella. Esto es lo que pasa hija, tú mamá se enamoró de una mujer- le dice mirandola con sus ojos llenos de lágrimas, y dándose cuenta que era la primera vez que lo reconocía en voz alta y lo hablaba con alguien.
Miranda, no sabía muy bien que decir, se había imaginado otra cosa, pero nunca lo que su mamá le acaba de contar. Esta se levanta y levanta a su mamá y con un abrazo le dice: - te amo, mamá, y siempre voy a estar contigo yo quiero que seas feliz y no me importa con quién.- se quedan abrazadas por un momento, hasta que Flavia, rompe el momento para darle las gracias y decirle que su apoyo significa mucho para ella.
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I can't anymore
FanfictionFlavia y Javiera, llevan días sin hablar, luego de la última discusión que tuvieron y que acabó con un beso, ninguna de ellas se atrevía a llamarse el orgullo, las estaba matando. ¿Qué pasará? ¿se atreverá una a descolgar el teléfono?