Una larga espera

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Estaban todos en la sala de espera, Leiva se acercó a Javiera, luego de decirles a todos que aún no les podía explicar lo sucedido, ya que aún habían cosas que tenían que descubrir y aclarar, -Es por esa razón que usted Joaquín o usted Teresa, deben de acompañarme a la Brigada, con Mateo, el cual debe de ser revisado por un especialista y un psicólogo, piensenlo un momento y me avisan, les había dicho.

-Javiera- esta lo miró, tenía los ojos llenos de lágrimas. -Está mal, se puede morir, si ella se muere... no, no lo voy a soportar ella, ella...- No da más y abraza a su Jefe y amigo. -No puede estar pasando, no se puede morir, entiendes... si, eso pasa que va a ser de mi, que va a ser del amor que le tengo...  ¿Quién fue? ¿lo tienen? Es que lo voy... Aaaaah!-  grito y golpeo la pared del hospital, acción que atrajo la atención de los que estaban presentes que no entendían nada, ni  siquiera el porque la inspectora estaba tan triste. Leiva, volvió a abrazarla, -Tranquila, Javiera ella es fuerte y saldrá de esta.- Al separarse, se dieron cuenta de que a su  lado estaba Miranda, quién se había percatado del estado de Javiera. La mira y le dice: -tranquila, mi mamá estará bien, con lágrimas también en los ojos, toma- le extiende un vaso de agua. -podemos, hablar y mira al subcomisario, quién entiende la indirecta y se despide. -Hablame cuando hayan buenas noticias y apenas puedas ve a la Brigada- le dijo, Leiva se apartó de las chicas y se dirigió hasta los padres de Mateo, quienes le dijeron que ambos irían, no volverían a dejar solo a su hijo.

-Javiera, tranquila ella se pondrá bien- Miranda intentaba creer en sus palabras, pero tenía miedo no quería perder a su madre. -Mi mamá me contó lo de ustedes dos, ella se enamoró de ti, me dijo que eras una de las mejores cosas que le habían pasado en la vida... pero, piensa que tú no sientes lo mismo- Miri, la miro y supo que su mamá se había equivocado, esa mujer la amaba y mucho, otra no estaría en una sala de espera aceptando las miradas de curiosidad de todo el que la miraba. -La amo, la amo tanto que duele- Miró a Miranda, -deje a Mayra por estar con ella, no, no puede ser, está pensando en que la creo culpable, piensa que no la amo- El lugar comenzó a tener un aire denso, le costaba respirar todo le pesaba. Miri, la observo y le pedía que se calmara le dio de beber otro poco de agua, cuando estuvo más tranquila, le pidió que le explicará lo último que dijo. -Hoy en la mañana, mi jefe, me dijo que hay pruebas que inculpaban a tú mamá en lo del secuestro, de Mateo, y hoy cuando fuimos a hacer la redada al lugar del suceso, tu madre estaba ahí, estaba ahí junto a tu primo, yo la mire, la culpe y, y, y... ¡ay, no, no puede ser! le apunte con un arma- Javiera, puso sus codos en sus piernas y su cabeza entre sus manos. -soy una estúpida, una estúpida, debí confíar en esa voz que me decía que ella no tenía nada que ver, en cambio la rabia e ira se apoderaron de mi y la culpe... no me lo perdonará y no me lo perdonaré, nunca.- Miri, solo la Miraba, hasta que le preguntó algo que  la inquietó -entonces, ¿el disparo...- se paro la encaró y elevó un poco la voz, atrayendo la atención  de todos- Fuiste tú? ¿tú fuiste?- Esta se sentía culpable, pero levantó la cara y le respondió: -¿Cómo se te puede ocurrir, algo así? Jamás, le haría daño... es verdad yo le apunté con un arma pero no fui yo quién disparó, el disparo vino de otra persona y creeme que no sé quién fue, porque a estas alturas estaría muerto.- Todos estaban pendientes de la discusión entre Javiera y Miri, Emiliano se  acercaba cuando, aparece el médico aparece por el pasillo: - ¿Familia de Flavia Betancourth? todos se acercaron a escuchar las noticias que el doctor tenía para darles -Bueno, ella está muy delicada perdió mucha sangre  y estuvo  mucho tiempo inconsciente, la bala no perforó ningún órgano importante, lo cuál nos da esperanza pero aún no sale de riesgo vital... Ahora, solo una persona puede pasar a verla unos cinco minutos, -Yo- dijo Javiera, alzándo la vos entre los presentes. -Y usted, ¿es?- Preguntó el Doctor. -Soy, su pareja- dijo segura, Emiliano iba a desmentir esa afirmación, pero Miranda le ganó, -Sí, es su pareja... a mi mamá, le hará bien escucharla.- Miri, miro a su tío y este que ya sabía que a su hermana le gustaban o le gusto alguna vez una mujer, hizo conexiones entre la información que tenía y comprendió todo.

I can't anymoreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora