Unas pequeñas y delicadas manos apretaron mi antebrazo mientras me jalaban hacia dentro del gran edificio con gran emoción. Una sonrisa se formó en mi rostro mientras escuchaba a Ava atacándome con preguntas cada dos segundos. Ella no solo es mi prima sino también mi mejor amiga y confidente, por lo tanto sabe cada detalle de mi vida y yo la de ella, o bueno eso creía.
-¡Vamos Phoebe mueve tu hermoso y gran trasero y camina más rápido!- chilló mientras me seguía arrastrando hacia lo que creía que era el interior del instituto pero lo que no fue así cuando me percaté de que me arrastraba hacia otra dirección. Una mueca de confusión se formó en mi rostro mientras me jalaba y me obligaba a caminar y seguirle el paso.
-Ya, ya- dije mientras trataba de caminar más rápido para que la adorable de mi prima no me arrancara un brazo.
Una vez que pasamos por varios bancos y mesas que usualmente eran utilizadas por los alumnos para comer durante el almuerzo, Ava iba deteniendo el paso paulatinamente hasta que paró en seco lo que me hizo tambalearme hacia atrás para luego sentir como mis ojos eran cubiertos por una venta oscura que imposibilitaba que viera hasta la luz que provenía del sol. La venda fue ajustada una sola vez por la persona que se encontraba detrás de mí.
-Ava ¿Qué es lo que sucede?- cuestioné totalmente confundida. Mis hombros fueron jalados hacia atrás lo que me hizo mover mis pasos en reversa para no caerme al suelo.
La respuesta tardo en llegar pero al fin la rubia habló.
-Es una sorpresa, no te quites la venda aún- su tono de voz sonó mandón. Suspiré y asentí con la cabeza esperando "la sorpresa". Pude oír unos pasos que se aproximaban hasta donde nosotras estábamos paradas. Comencé a juguetear con mis manos que se encontraban entrelazadas en ese momento. Estas sudaban.
Debo admitirlo: estaba nerviosa.
Por lo general no me gustan las sorpresas y suelo estar así cuando quieren darme una.
-Ava ¿Falta mucho?- pregunté impaciente mientras rogaba que todo pasara rápido. Oí un suspiro demasiado suave como para que fuera el de Ava. Mi respiración comenzó a acelerarse y mis manos comenzaron a sudar exageradamente al igual que mi rostro.
-¿Ava?- volví a llamar pero al no obtener respuestas, sabía una cosa: me había dejado sola, en medio del campus y vendada como una tonta. Gruñí y luego de soltar mis manos, las dirigí hacia detrás de mi cabeza para desatar el nudo que Ava había hecho con la venda. Lo saqué y parpadeé un par de veces para luego posar mi vista hacia el frente. Allí se encontraba un gran árbol y, posado sobre él se encontraba la persona a quien menos esperaba ver.
-¡Asp!- chillé mientras corría en su dirección y me lanzaba a sus brazos.
Ella me abrazo de vuelta mientras reía conmigo. No podía creerlo. ¡Aspen había vuelto!
-Estas aquí- dije mientras me separaba un poco de ella. -¿Cu-cuando volviste? ¿Por qué? ¿A qué hora llegaste? ¿Por qué no me hab-
-Wow, wow, wow- puso sus manos en frente de su cuerpo- Esas son muchas pregunta y ni siquiera recuerdo la primera.
Reí por sus palabras, Aspen siempre había sido una de las personas más graciosa que jama conocí, su humor siempre suele ser muy bueno y con un toque se sarcasmo que si no lo comprendes podría herirte, aunque eso no fuera su intención.
Sus grandes ojos azules me miraron detrás de esas largas y oscuras pestañas que, conociendo a Aspen, estaban bañadas en capas y capas de rímel, cosa que era ya de costumbre en mi amiga. Sus labios perfectamente pintados de un tono rosa pálido al igual que sus mejillas, lograban que su rostro angelical quedara aún más candoroso* de lo que ya era. Se formó una sonrisa en seste mientras me tomaba del brazo y me daba media vuelta logrando que nos topáramos con Ava y Mason. Ellos corrieron, acortando la distancia que había entre nosotros y abrieron los brazos en señal de un abrazo. Aspyn y yo nos miramos para luego correr a los brazos de nuestros amigos.
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Cincuenta Sombras Y Las Luces de Phoebe Grey
Fanfiction❝ ¿Crees en la suerte y en la casualidad?... Pues deberías volver a reconsiderarlo❞