A pesar de su corta edad, Agustín había aprendido muchas lecciones que le ayudarían en su nueva vida, aunque no era exactamente la mejor de las vidas, al menos ahora era libre y podría comenzar a buscar a sus padres. Pese a su corta edad Agustín sabía que el mundo no era un lugar de ensueño, había sido abandonado cuando apenas tenía dos años, aunque sólo habían pasado tres años desde entonces el tiempo comenzaba a borrar el rostro que aquellos que le habían dado la vida.
No podía recordar sus nombres, y cada vez era más difícil recordar como lucían, lo único que podía recordar de ellos era lo mucho que lo querían, estaba seguro de que ellos no lo habían abandonado, no podrían haberlo hecho, ellos lo amaban y por eso quería encontrarlos. Con cinco años de edad había escapado del orfanato y aunque no tenía un plan, sabía que había sido lo mejor.
Se detuvo frente a la puerta de aquel gran recinto lleno de luces y risas, no tenía donde pasar la noche y aquel lugar tan mágico era mejor opción que pasar la noche en una banca del parque, al menos aquí no estaría solo. Tomo su improvisada maleta con sus escasas pertenencias junto a aquella vieja guitarra y se adentró a aquel lugar, ese lugar que sería su nuevo hogar, y aunque no tenía nada, al menos tenía un sueño, encontrar a sus padres.
Carolina vivía una vida llena de lujos, rodeada de todo aquello que pudiese necesitar e incluso mucho más, sin embargo, su vida no era muy diferente a la de Agustín. Envuelta en lindos vestidos y con una linda sonrisa, Carolina era tratada como una muñeca, con solo cuatro años de edad vivía una vida de cuento de hadas, al ser hija única sus padres enfocaban todo su esfuerzo en ella, debía ser la hija perfecta, la clave para obtener la herencia del abuelo.
Pese a tenerlo todo, Carolina se sentía sola. Todos los días eran iguales, sus padres salían a trabajar dejándola sola en casa con su nana y los empleados, ellos eran su familia y se esforzaban por cuidarla y llenar ese vacío, sin embargo, era difícil conseguirlo. Carolina necesitaba a alguien de su edad, un amigo con el cual jugar y compartir aventuras, alguien que pudiese brindarle un honesto y cálido abrazo capaz de borrar sus miedos.
Una noche de otoño, dos vidas opuestas juntarían sus caminos descubriendo la verdad oculta, una verdad que destruiría sus vidas y los separaría para siempre. Un mapa marcaba el destino, un destino desafortunado, su historia no tendría un final feliz.
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Te encontraré
FanficUn amor que está destinado a no ser, dos almas que a pesar de la distancia no pueden olvidarse. Para él, ella sólo era una ladrona, la chica que había robado su tesoro más grande, para ella él era una estrella brillante en el frio y oscuro cielo noc...