《□■12 Días- Volkway■□》

《004》

○Canción para ambiente○
2/2

Conway

Mierda, mierda, y más mierda.
Ya sabía que ese ser llamado Dios no me quería, pero hoy me demostró que se caga en mi.
¿Que fue? ¿No se supone que faltan dos meses?

Puto ruso.

Su beso, ahora entiendo.... Mi bebé logró que se adelantara.

Ahora bien, se estarán preguntando que es lo que tenía que pasar en dos meses pero se adelantó y por qué el ruso es puto.... Bueno, resulta que si desde que nací estaba meado por un tiranosaurio, a mis doce años todo se jodió más.

Resulta que en el mundo existen tres razas que, en definitiva, nos clasifican como humanos.
Están los beta, que serían los humanos bendecidos, osea que no pasan ninguna mierda y siguen con su vida como todos conocemos. Y después dos razas que la pasan un poco mal.

En primer lugar están los Omega, son la raza de humanos que sin importar si son hombres o mujeres pueden embarazarse. Los hombres, por lo general no sobreviven a ese acto, dado que no hay clínicas especializadas en el cuidado de esta raza, porque hay miles de mafias destinadas a su explotación, los quieren para crear exclavos, básicamente.
Un Omega no nace, se crea. Para que exista uno, lo debe morder la otra raza a la cual yo pertenezco. Los alfas.

Si realizaramos una pirámide entre las razas, los alfa serían la punta. Somos humanos casi inmortales. Tenemos fuerza, resistencia y habilidad absoluta. Otra razón por la que también debemos escondernos. Nos buscan para hacer experimentos y extraer nuestra sangre en busca de la inmortalidad; aunque casi lo seamos, tenemos un gran punto débil: nuestro Omega.
Un alfa no puede completar su inmortalidad sin crear un lazo físico con una persona, es decir, sin convertirlo en Omega. Al no hacerlo, su fuerza se debilita, o, en el peor de los casos, esta aumenta a tal punto de convertirlo en un caníbal sediento de sangre.

La transformación a alfa completo sucede a los 12 años; yo tenía madre alfa, Michelle, y mi amado padre Freddy, un Omega. Como se podrán imaginar, mi papá no resistió mi parto, sus riñones explotaron y sus pulmones se llenaron de líquido por no poder realizar una cesárea en una clínica; y si, me tuvo por el pene.

Mi mamá, me crío hasta los seis años, hasta que su fuerza se apagó completamente por la falta de su dulce Omega. Yo no creo en cosas espirituales o en eso de la reencarnación; pero mi jefa y un compañero tienen sus mismos nombres y son pareja, solo que ellos no sufren lo mismo que mis padres. Es como si hubiesen vuelto a vivir, para enamorarse sin tanto caos como lo es pertenecer a estas razas.

En fin, mi madre era militar (por su gran resistencia) y me dejó en la marina para que fuese entrenado desde pequeño.
En ese escuadrón, todos pertenecían o conocían acerca de las razas especiales y su lucha se centraba en acabar con los que nos explotan; quedando muchos en el camino. Por eso, ella sabía que ahí me iban a enseñar todo lo que debía saber, además de entrenarme.