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Mikasa no podía creer lo que estaba pasando, había quedado paralizada por el extraño sentimiento de miedo y angustia que la envolvía en ese momento ¿De verdad era él?, ¿Había vuelto?, ¿Era una ilusión?

 No nada de eso, era muy real, la persona frente a ella era Eren Jaeger su amor de juventud, el primero en su vida… 

Habían pasado años desde la última vez que lo vio, en ese entonces ella comenzaba su trabajo como abogada y el ojiverde el suyo como piloto aviador, habían tenido una relación de años pues se conocían desde la adolescencia pero un día él simplemente se fue, por su trabajo tuvo que salir a un viaje a una nación lejana y desde ese día la abandonó, no recibió ni un mensaje o una llamada explicándole, no supo nada hasta que semanas después de su repentina desaparición ella decidió visitar su casa pues necesitaba verlo con urgencia. Ahí encontró únicamente a su madre, la señora Carla, quién le informó que Eren había decidido irse a vivir a Marley debido a una oferta de trabajo excelente que no podía rechazar, luego de recibir la dura noticia ella había quedado destrozada, no podía explicarse como su más grande amor, su querido Eren la había hecho a un lado como si no significará nada para él. 

Siete años pasaron desde entonces, en ese tiempo ella se enfocó en su trabajo convirtiéndose en la mejor abogada de toda su firma, de Paradise entera por decir lo menos, y extendiendo su fama internacionalmente; además de su exitosa carrera ahora también había formado una familia, estaba casada con Jean Kirschtein un reconocido arquitecto considerado uno de los 10 mejores del mundo entero, lo había conocido en la universidad era uno de sus amigos más cercanos y aunque se habían distanciado después de graduarse se reencontraron y terminaron uniendo sus vidas, la familia de Mikasa no terminaba ahí ya que también tenía un hijo pequeño llamado Dan. 

Hacía algunos días había recibido la información de un caso contra un ex presidente de Hizuru, su tierra natal,  que era acusado por varios delitos entre esos fraude y asesinato, era una oportunidad muy buena y al mismo tiempo era arriesgado por lo que su marido se había opuesto totalmente, sin embargo al consultarlo con sus socios, Erwin, Hange, Levi, Sasha y Armin, ellos le aseguraron que tendría todo un equipo para su protección comenzando por otorgarle total control en un viaje privado. 
Hange le comento que el piloto del avión que usaría sería alguien de gran confianza para ella y que además este mismo se encargaría de su protección como guardaespaldas y chófer ya que al parecer el hombre había tenido entrenamiento militar, Mikasa no se molestó en preguntar algo del tipo ni siquiera su nombre y es que confiaba en el juicio de su socia pero jamás se imaginó que el hombre del que hablaba sería Eren. 

Después de unos minutos de incredulidad ella al fin recuperó el aliento. -Buena tarde, supongo que es usted la persona contratada por la Señora Hange Zoe. 
El castaño la miraba pasmado, sus ojos verdes profundos se clavaban en ella de una manera que la hacía sentir cosas que nadie más, estaba completamente cambiada no quedaba nada de ese particular estilo gótico que tenía y que la hacía ver muy sexy pero aún así seguía siendo increíblemente hermosa con su cabello negro como la noche tan corto como acostumbraba, su piel de porcelana y una pequeña cicatriz que resaltaba en su pómulo derecho. 
-Mi-Mikasa… No lo puedo creer ¡Eres tú! Ha pasado tanto tiempo, yo...
-Señor Jaeger le pido que por favor comencemos el viaje.- dijo mientras avanzaba para abordar el avión. 
-¿¡Qué!? Mikasa por favor ¿Después de tantos años no me dejarás hablar contigo?, ¿Qué te sucede? 

La pelinegra se detuvo en seco, él había logrado lo que siempre podía hacer, sacarla de sus casillas a pesar de tener una gran habilidad para calmar sus emociones. 

Se giró sobre su eje para mirarlo a la cara. -¿Qué me sucede? Veamos, oh sí ¡Un día de la nada la persona que más amaba se fue sin darme una maldita explicación!.- alzó la voz. -Te busqué Eren, fuí a tu hogar ¿Y qué encontré? A tu madre igual o peor de confundida diciéndome que recibió un mensaje tuyo dónde le explicabas que habías tomado la decisión de quedarte en Marley, que ya tenías la documentación necesaria y que no se preocupara por ti. Eso fue todo, a mi no me mencionaste para nada, no llamaste y no escribiste ¡Te importó una mierda mi existencia y mis sentimientos, me dejaste en el peor momento! ¡Te fuiste cuando más te necesitaba!.- su vista comenzó a hacerse borrosa por las lágrimas pero las contuvo, su orgullo jamás le permitiría llorar enfrente de ese hombre. 

Quebrantado (EreMika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora