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Eran las cinco de la mañana cuando Mikasa se despabiló un poco sobresaltada, la preocupación la había despertado varias veces durante la noche y ahora ya no podía dormir, se levantó y se dirigió a la pequeña cocina del apartamento para prepararse un café ahí se encontró a Ymir ya lista para el nuevo día, la saludó y siguió en sus labores. Después de ese desayuno incompleto volvió a su habitación para tomar un baño y prepararse para trabajar.

Antes de salir tomó su teléfono para llamar a Jean, ya iban a dar las siete por lo que supuso que su pequeño ya estaría despierto para ir a la escuela.

-Mikasa al fin, ¿Tuviste problemas con el vuelo? ¿Por qué no me habías llamado?.- preguntó desesperado.
-Oh sí buenos días Jean.- dijo ella un poco irritada.
-Claro, buenos días, lo siento es que me preocupaste ¿Estás bien querida?
-No importa, ayer no pude llamar estaba ocupada y sí estoy bien, sólo algo cansada ¿Dan está listo para la escuela?
-Sí, está terminando de cepillarse los dientes ¿Quieres hablar con él?
-Por favor.

Mikasa esperó pacientemente por unos segundos hasta que una voz chillona le habló. 

-¡Hola mami!.- dijo un niño emocionado.
-¡Hola cariño!.- la voz de la pelinegra había cambiado por completo a un tono más dulce, escuchar a su pequeño hijo era todo lo que necesitaba. -Lo siento ayer no pude llamar para desearte dulces sueños.
-Está bien mami no te preocupes, papá me leyó un cuento antes de dormir.
-¿Oh enserio?
-¡Sí, sí! Mami ¿Vas a tardar mucho en regresar de tu viaje?
-Lo más seguro es que sí cariño pero no te preocupes te prometo que te llamaré todas las noches y cuando pueda te leeré algún cuento para que duermas.
-¡Sí!.- a lo lejos Mikasa pudo escuchar como Jean apresuraba al pequeño para que no llegara tarde al colegio.
-Tu papá tiene razón, llegarás tarde, anda te llamaré en la noche, pórtate bien y no le des problemas a las maestras ni pelees con tus compañeros, te amo.
-Si no me molestan no les haré nada, yo también te amo mami adiós.

Al terminar la llamada salió de su habitación y luego del apartamento acompañada de Ymir para dirigirse al estacionamiento donde ya la esperaba un lujoso auto negro y claro su chófer Eren.

-Buenos días Mikasa.- dijo el ojiverde sonriendo en cuanto ella entró al auto.
-Buenos días.- contestó secamente mientras rezaba por que sus mejillas no se tiñeran de rojo debido a esa sonrisa que aún después de tanto la seguía poniendo nerviosa. 

Esa fue la dinámica de los dos durante semanas, Eren trataba de acercarse y Mikasa se cerraba completamente pues no quería hablar de nada con él. Su relación era estrictamente de trabajo, siempre se veían y hablaban únicamente para eso; había días en los que el castaño sentía que lo mejor sería dejarla tranquila pero sabía que no podía, de alguna u otra forma debía explicarle lo que sucedió, sentía esa responsabilidad, no permitiría que el amor de su vida tuviera una mala imágen de él para siempre y sí eso era Mikasa, el amor de su vida la mujer que siempre estaría presente en su mente y en su corazón. No tenía idea de cómo pero de alguna manera encontraría el momento para explicar y pedir perdón.

El caso estaba por terminar, sólo faltaban un par de días para recibir el veredicto final  y todo apuntaba a que Mikasa saldría  victoriosa y hundiría a ese ex presidente, habían pasado casi tres meses pues se había complicado más de lo que esperaba pero al fin después de tanto tiempo acabaría y ella podría regresar a Paradise para reunirse con su familia y amigos, aunque la idea la llenaba de felicidad eso también la preocupaba un poco debido a que no sabía qué es lo que Eren haría.
Esa noche llamó como de costumbre a su pequeño hijo para desearle dulces sueños y darle la noticia de que pronto regresaría a casa, su llamada fue más larga de lo habitual pero no importaba pues era fin de semana y ella no tendría ningún pendiente al día siguiente, después de despedirse del pequeño Dan y cuando estaba a punto de ir a dormir Mikasa recibió una llamada de su mejor amiga.

-Hola Sasha, es tarde ¿Pasa algo?
-Hola Mika.- hablaba nerviosa. -En realidad sí, hoy en el buffet me enteré de algo que probablemente te moleste.
-¿De qué se trata?
-Bueno, es que hoy cuando fuí a la oficina de Hange para entregarle unos papeles que me pidió por accidente escuché una conversación que tenía con Levi…

Levi además de ser uno de los socios mayoritarios de la firma también era el medio hermano mayor de Mikasa por parte de su padre.

-¿Y bien?.- preguntó la pelinegra preparándose.
-Pues es que… Hange y Levi planearon lo de contratar a Eren… todo para acercarlo a ti.
Después de un pequeño rato de silencio la mujer lo rompió con un tono normal aunque en el fondo se podía escuchar lo molesta que estaba. -Gracias por decírmelo, llamaré a ese enano.

Colgó la llamada con su amiga e inmediatamente llamó a su hermano quién después de casi un minuto contestó.

-¿Qué pasa?.- dijo con su característico tono de voz serio.
-Eso es lo que yo quiero saber Levi ¿¡Por qué demonios planeaste junto a Hange reunirme con Eren!? 
-Vaya, te demoraste bastante en descubrirlo.- dijo despreocupado. -Enfadate conmigo yo arrastré a la cuatro ojos a esto.
-¿¡Por qué!?, ¿Acaso no fuiste tú el primero en querer matarlo por lo que me hizo?
-Veo que no has hablado con él, sí, yo de verdad quería asesinarlo pero luego me enteré de algunas cosas y por eso armé todo esto.- Levi se escuchaba sincero. -Conociéndote estoy seguro de que has sido tú la que se opone a hablarle así que como tu hermano mayor sólo puedo aconsejarte que le des la oportunidad, será lo mejor para ti y para… todos, o bueno casi todos ya que no creo que a Jean le favorezca.
-No te entiendo.
-Mikasa sólo deja tu maldito orgullo a un lado y habla con Eren.

Levi colgó la llamada dejándola con muchas dudas que seguramente no la dejarían dormir.

Quebrantado (EreMika)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora