cap1

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Sasuke
Ya han pasado 2 años, todavía recuerdo la promesa que deje por cumplir en konoha. En mi viaje conocí a muchas personas de todo tipo y me di cuenta que la oscuridad que hay en mi interior no solo es cosa mía, todos tienen luz y oscuridad, solo que cada uno decide con que parte vive, lo decide según sus acciones. Yo escogí dejarme segar por la venganza de mi clan y por eso viví en esa oscuridad que solo se veía amenazada por su luz, la luz de esa persona tan especial que me espera. Ella era la única además de Naruto que me hacía replantearme mi objetivo, por eso la aleje siempre y le decía molestia, pero era "mi molestia" la luz que me permitía no enloquecer entre tanta oscuridad que me rodeaba, incluso en la guarida de Orochimaru, solo pensar en ella me mantenía cuerdo.
Estoy sentado en medio de un pequeño bosque de árboles de cerezo, del cual el viento sopla pequeños pétalos que van a parar a mis pies, tomo uno y lo observo con detenimiento, es tan delicado, hermoso y suave como ella. El color de estos pétalos que bailan a mi alrededor me recuerda a sus cabellos, que me traen recuerdos de los exámenes chunnin cuando se los corto, demostrando su fuerza de voluntad por defendernos a mí y a Naruto. Me recuerda también a como perdí el control tras verla de aquella manera en que la dejaron nuestros atacantes, pues ella a pesar de ser débil físicamente lo compensaba con su voluntad. Y como olvidar el día que la deje en esa banca con una gracia, pues lo que ella no sabía era que su confesión me dio la fuerza que necesitaba para pensar más allá de mi venganza y me alegro el corazón el saber que realmente era importante para alguien.
Me levanto y camino inundado por los recuerdos de mi molestia, de mi cerezo y dejo que mis pies me guíen. Sin darme cuenta estoy en el camino que se dirige a konoha y a tan solo medio día de caminata. Me detengo y miro al cielo, creo que ya es hora de volver a casa.
Sakura
Termino mi turno en el hospital temprano, solo son las 2 de la tarde, así que decido hacer la limpieza semanal que hago en el apartamento de Sasuke-kun desde que se marchó pues sé que en cuanto regrese lo necesitara. Termino 1 hora más tarde y me dedico a caminar por la aldea, casi es mi cumpleaños estamos a principios de marzo solo falta unos días, por esta fecha siempre estoy melancólica y a la vez expectante, pues sé que Sasuke me enviara una carta con su Alcón para felicitarme, y aunque para algunos quizás sea poco para mi significa un recordatorio de que no ha olvidado la promesa que me hizo.
Sin percatarme mis pies me han guiado hasta esta banca nuevamente. Me siento y recuerdo todos los momentos del equipo 7 cuando aún Sasuke nos acompañaba. Una sonrisa se dibuja en mis labios, pero al momento se borra pues me viene a la mente el momento en que nos abandonó y en el que fui débil e impotente para detenerlo. Lagrimas clandestinas resbalan por mis mejillas, siento esa opresión en el pecho que me acompaña siempre que me recuerdo que aun soy muy débil para caminar a su lado. Tapo mi rostro con mis manos y los sollozos no se hacen esperar, por suerte a esta hora no pasa nadie cerca de este sitio, no me gusta que me vean en estas condiciones, principalmente mis amigos que me ven con lastima. Estoy tan sumergida en mi dolor que no noto que un conocido chacra esta acercándose a la aldea.
Sasuke
Cada vez me acerco más, estoy nervioso. No sé qué me espera y al no haber avisado a nadie de mi regreso no espero recibimiento alguno. Solo me falta un kilometra para llegar y mis inseguridades aumentan, sé que ella me está esperando, porque si ha soportado tanto por mi este tiempo no es nada. Siento un chacra familiar, es cálido y agradable, pero tiene algunas alteraciones. Me voy dando cuenta a quien pertenece ese chacra mientras más me acerco, algo le ocurre. Corro a todo lo que dan mis cansados pies, ya estoy en la entrada de la aldea. Paso ignorando a los guardias que al reconocerme se sorprenden, pero igual me dejan pasar. Entonces la veo, está llorando, sus hombros bajan y suben debido a sus sollozos. Me acerco en silencio para no llamar su atención. Esta sentada de lado con su cara apoyada en el codo que descansa sobre el espaldar de la banca, así que no me ve acercarme. Sondeo el lugar buscando al posible causante de su tristeza, pero las personas más cercanas son los guardias de la entrada y no creo siquiera que hayan notado su presencia. Me percato que es la banca donde la despedí la primera vez que me fui de la aldea, mi corazón se estruja de tristeza al darme cuenta que el posible causante de ese llanto sea yo. Poco a poco veo que deja de sollozar y su respiración se normaliza, temo que levante la cabeza y me vea, pero se está quedando dormida seguro por el cansancio, por kakashi sé que trabaja mucho y se sobre exige con sus pacientes en el hospital. Me acerco un poco más y en efecto se quedó dormida. La abrazo con cuidado de no despertarla, mi corazón brinca al sentir por fin su olor es como el de la flor de la que lleva el nombre dulce y delicado. Con mi único brazo y un gran esfuerzo logro acomodarla contra mi pecho para llevarla a su casa. Con mi kamui me teletransporto a su casa, específicamente a su cuarto. La coloco sobre la cama y me quedo observándola en silencio. Ella se remueve un poco y en un susurro pronuncia mi nombre y una lagrima sale de uno de sus preciosos ojos.
- Sasuke... vuelve...
La escucho rogarme que vuelva y se siente peor que una catana en mi pecho. Me rasga el alma saber que le he causado tanto sufrimiento y dolor. Algo salado se cuela en la comisura de mis labios y gotea en el piso, me doy cuenta que estoy llorando en silencio. Seco mi cara con el dorso de mi mano y la dejo para ir a la oficina del Hokage.
Toco la puerta y tras el "pase" de mi sensei entro.
-Te estaba esperando-me dice con una sonrisa que se ve bajo su máscara-veo que fuiste a ver a sakura primero.
-hum-respondo sonrojado, como diablos se dio cuenta
-jjjj siempre tan comunicativo-sus ojos brillan de felicidad- Ya era hora de que volviera. A Naruto le va a encantar la noticia.
-Lo sé-respondo con media sonrisa, pues a mi también me alegra poder verlo, aunque no lo admita.
-Mañana necesito que te hagas una revisión médica y me la entregues junto al informe de la misión.
-tsk bien-digo a regañadientes, no se para que necesito un examen medico
-Bueno imagino estarás cansado y querrás descansar y quitarte esos harapos de encima-dice sin quitar la sonrisa de su cara y me extiende una llave- es la de tu antiguo apartamento, sakura lo ha mantenido en condiciones para cuando volvieras.
Menciona su nombre con toda intención, sabe que me ha tomado por sorpresa. Tomos las llaves y sin agregar nada más salgo rumbo a mi viejo departamento que esta cerca del barrio uchiha. Al llegar meto la llave en la cerradura y entro. No puedo evitar notar que efectivamente está en óptimas condiciones, un olor a flores se encuentra en el aire, respiro profundamente y es su perfume lo que siento. Debe haberlo limpiado hoy mismo, entonces la recuerdo en aquella banca donde la encontré hace unas horas llorando por mí y mi cuerpo se estremece. Saber que no ha dejado de esperarme me llena de felicidad, pero a la vez de tristeza pues yo soy el causante de todo el dolor que ha sentido todos estos años desde que emprendí mi camino de venganza.
Me dirijo al baño tiro toda la ropa desflecada y sucia que llevo encima a la basura y me meto en la regadera dejando que el agua caliente haga correr toda la suciedad de mi cuerpo. Las lágrimas corren por mis mejillas y me permito desahogarme por una vez, necesito liberar todo esto que llevo sintiendo desde que fui consciente del daño que le causé a las personas importantes de mi vida. Una hora después salgo de la ducha ya la tarde dio paso a la noche y en el cielo se ven las estrellas más brillantes que nuca con la luna nueva. Busco ropa con la toalla enrollada a mi cintura y me percato que incluso hay chaquetas con el símbolo uchiha cosido en la espalda. Tomo un piyama negro y una camiseta azul obscuro y siento su aroma en ellos, kami como me torturas de esta manera. Me acuesto en la cama y trato de dormir, pero no hay forma, imágenes, recuerdos me vienen a la mente para torturarme.
Sakura
Despierto en mi cama, vuelvo a cerrar los ojos por la molesta claridad que entra por la ventana e intento seguir durmiendo. Doy un brinco y me siento al recordar que estaba sentada en aquella banca llorando y parece que por el cansancio me quede dormida, pero como llegue aquí, aún tengo la ropa del hospital puesta es extraño. Tengo un vago recuerdo que alguien me abrazaba, pero debe de haber sido un sueño. Me doy una ducha caliente, dejo que el agua baje por mi cuerpo y relaje mis cansados músculos. Salgo envuelta en la toalla y al mirar por la ventana me doy cuenta que demoré más de lo que creí, las estrellas alumbran el cielo en todo su esplendor. Me pongo el pijama y bajo a prepararme algo de comer. Mis padres se fueron esta tarde de viaje al país de la cascada y no regresan en varios meses. Ya los extraño un poco. Me preparo un sándwich de mantequilla de maní y un té. Mi apetito no es mucho así que solo como la mitad y bebo mi te. Subo al cuarto y me dejo caer en la cama. Cierro mis ojos y trato de conciliar el sueño. Caigo en un estado de duermevela hasta que siento que alguien me observa. Rápidamente me siento y busco en la habitación, pero nada, debe haber sido imaginaciones mías, pues aun no resuelvo el misterio de como llegue a mi cuarto. Camino hasta el balcón y corro las puertas de cristal y la cortina. El aire fresco de mediados de marzo eriza mi piel y remueve mi cabello. Tomo una de las puntas que cae por mi pecho, debería cortarlo, desde que se fue no lo he hecho y ya me llega hasta el final de mi espalda, sé que le gusta largo, es por eso que no lo he hecho. Siento como una rama se mueve en el árbol que está cerca de mi ventana, pero no siento chacra, debe ser algún animal. El aire fresco comienza a calar en mis huesos, así que entro y dejo las cortinas descorridas para poder seguir viendo las estrellas. Poco a poco me voy relajando y me dejo caer en brazos del sueño. Mañana presiento será un día agitado.
Sasuke
Me doy por vencido, el sueño no llega a mí. Me pongo unas sandalias y salgo por la ventana, decido recorrer la villa por los tejados. Mi mente vuela a todos los recuerdos que tengo aquí, las misiones con el equipo 7, el entrenamiento con kakashi, las peleas con naruto. Una sonrisa se dibuja en mi cara cuando recuerdo nuestra rivalidad, pensar que estuvo tan obsesionado con sakura todos estos años y ella solo tuvo ojos para mí, a pesar de todo lo que hice nunca dejo de amarme. Ahora está casado con esa hyuga que al igual que sakura siempre lo amo, pero el muy dobe tuvo que estar a punto de perderla para darse cuenta. Me alegro mucho por él, sé que lo veré mañana y que no dejara de darme la lata con sus impertinencias, pero lo quiero como a mi hermano.
Mis erráticos pies me han conducido cerca de su casa y no soporto la tentación de verla dormir. Me poso sobre una rama alta seca de su ventana desde la que se ve perfectamente su cama, las cortinas están corridas, pero puedo ver a través con mi sharingan. Da vueltas de un lado a otro, entre dormida y despierta. Escondo mi chacra lo mejor que puedo para que no note mi presencia, pensaría que soy un pervertido por verla dormir, pero en realidad me transmite paz, parece un ángel del cielo. Se sienta en la cama de un brinco y mira hacia todos lados. Veo que sacude la cabeza y una media sonrisa se dibuja en su cara. Su cabello roza la cama, lo lleva muy largo justo como a mí me gusta, me pregunto si será por mí que lo tiene así. Se levanta y camina hasta las puertas corredizas, las abre y sale. Su cabello se mueve con la briza fresca, cierra los ojos y suspira. Lleva una camiseta pegada que deja ver más de lo que a mi cordura le gustaría y un blanco short corto que trasluce su ropa interior. Kami, me volveré loco. Toma un mechón de pelo que tapaba su ceno derecho y lo mira pensativa. Se ve adorable y tan inocente que me siento sucio por estar observando la ligera curva que marcan sus pechos poco voluptuosos, pero perfectos para mí. Debo irme o me ganara la tentación de acercarme y apretarla contra mi pecho para sentir su dulce aroma a inocencia.
Regreso a mi apartamento y me tumbo en la cama boca arriba, coloco mi único brazo sobre mis ojos y revivo su imagen en ese balcón una y otra vez hasta que me gana el sueño.

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