Harry J. Potter ¡ One Shots

One shot: Sneaky

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Harry: Bien. Se han ido a dormir, voy a bajar la escalera y puedes subir

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Pulsas el botón de encendido de tu teléfono y miras hacia la ventana de Harry. Su cabeza de pelo desgreñado asoma y le ves sonreír hacia abajo.

Arroja la tonta escalera de cuerda que ha pasado la última semana fabricando a mano, y tú te agarras a ella, poniendo el pie en el escalón inferior. Empiezas a subir, tratando de ser lo más silencioso posible. Llegas a la ventana y Harry te coge de las manos y te lleva a su habitación.

Sonríe, y tú lo atraes en un fuerte abrazo. Te sujeta la cabeza, acariciándote el pelo, y te besa suavemente la frente.

"Te he echado de menos, cariño". Susurra, apoyando su barbilla en tu cabeza.

"Yo también te he echado de menos".

Harry se retira, "Bueno... ¡esto es todo!" Dice haciendo un gesto alrededor de su habitación. Hay pósters de Gryffindor alineados en las paredes, un armario en la esquina y una papelera llena hasta arriba de profetas diarios arrugados. "No es mucho, pero es suficiente para esconderse de los Dursley".

"Me gustan tus carteles". Dice acercándose para pasar la mano por uno de los estandartes de Gryffindor.

Se ríe en voz baja: "Los tíos los odian". Se acerca por detrás de ti, te rodea el cuello con sus brazos y te besa la mejilla.

Te das la vuelta, y tiras de él por el cuello, para sacarle un largo beso. "¿Quieres ver una película?" Dices sacando tu mochila, "¡He traído bocadillos!"

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Miras a tu novio de ojos esmeralda, que está mirando fijamente la pantalla de tu portátil, que muestra una de tus películas favoritas de todos los tiempos, El Diario de Noa.

Le sonríes... Feliz de estar por fin con él después de todo este tiempo, aunque tengas que irte antes de la mañana.

Él te mira: "¿Qué estás mirando, raro?". Dice con una sonrisa en el borde de los labios.

"Mi sexy novio". Dices inclinándote para besarlo. Te tira encima de él, y empiezas a moler en la creciente tienda de su pantalón de deporte, con los labios aún conectados.

"Me he olvidado de esto..." Harry gime justo después de penetrar en tu zona más sensible. Gritas por la poca fricción que estás recibiendo y Harry te hace callar con otro beso.

"Nena, tienes que estar tranquila..." Susurra, arrastrando la nariz por la línea de tu mandíbula.

"Lo sé." Susurras ahora enterrando tu cabeza en su hombro.

"Podemos hacer el do si estás muy callada". Harry murmura.

"¿Hacer el do?" Te ríes, "¿Qué somos 12?"

Harry pone los ojos en blanco y se baja el chándal y los calzoncillos lo justo para que le quepa la polla.

Ya se había despojado de su ropa interior, odiando estar restringido en la cama. Él se baja y desliza el estrecho trozo de tela hacia un lado.

Te aprietas con fuerza sobre su longitud, lista para sentir tu dulce liberación después de meses de estar separados. Te estremeces ante el estiramiento que tanto habías echado de menos, y miras hacia abajo para ver la cara de Harry ya contorsionada por el placer.

"Joder, qué apretada estás, Merlín". Susurra mordiéndose el labio, tratando desesperadamente de contener el fuerte gemido que quiere escapar. Lo cabalgas más rápido, anhelando la sensación de euforia que él sólo te ha hecho sentir.

Un gemido bajo se escapa de tus labios y la mano de Harry se levanta, cerrando tu boca para contener los sonidos. Por mucho que le gustaran los ruidos que podías producir, no quería dejarse atrapar por los Dursley.

Sientes cómo se agita dentro de ti, alcanzando su máximo nivel, cuando sientes el tan familiar líquido bombeado dentro de ti. Te derrumbas sobre su pecho, con la respiración agitada y sincronizada.

Harry traga saliva, "Siento que no hayas terminado".

Sacudes la cabeza: "No pasa nada. Sólo quería hacerte sentir bien".

Él sonríe, "¿Puedo hacerte sentir bien ahora?"