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«¡Kacchan!»

Katsuki se despertó tras haber escuchado aquello, un grito resonó en la habitación debido al susto y llevo su mano a su rostro en un intento por detener las lágrimas.

Desde que Izuku se había ido su mente no paraba de reproducir una y otra vez el sonido de su voz al llamarlo por ese infantil apodo.

Lo extrañaba.

Si que lo extrañaba.

No había podido verlo después de meses en el hospital por culpa de sus amigos. Estos temían que pudiera hacerle algo malo, cuando en realidad, estaba preocupado por el estado del pecoso y quería saber como se encontraba.

<<No a despertado aún>>

Recordó que le decía Recovery Girl, cada que preguntaba por el estado de Izuku.

<<No puedes verlo>>

Le decían aquellos extras que decían ser sus amigos cada que trataba de entrar en la habitación del pecoso.

No entendía porque lo alejaban de él, ya no era enemigos a muerte, su relación se había vuelto mas fuerte después  de que aclararon sus sentimientos tras una pelea, y ahora eran rivales que se ayudaban y trataban de superarse dia a dia.

Se motivaban a ser mejor cada dia, a entrenar hasta el cansancio y combinar sus quirk's para lograr aquella meta en conjunto.

<<Salvar para ganar
...
Ganar para salvar>>

Pero su «Salvar», ya no estaba con él.

¿De que servía ganar siempre, si nunca lograba salvar a nadie?

Llevo sus manos a su cara ahogando un grito de total frustración, entre abrió los dedos y fijo la vista en su reloj digital, el cual rezaba un muy brillante 3:47 am.

¿Tan poco había dormido?

No es que haya podido dormir bien últimamente. Sus recuerdos en sueños de esa brillante sonrisa y aquellos hermosos ojos, simplemente no lo deja dormir.

Los demás estaban decaídos y tristes, pero no hacían absolutamente nada para ir a buscarlo.

Aunque tampoco es que pudieran tomando en cuenta las múltiples amenazas y consejos que Aizawa les había dado en una larga, muy larga, y aburría charla.

Katsuki frotó sus ojos los cuales trataban de acostumbrarse a la penumbra de su habitación, y encendiendo su pequeña lámpara, busco en el cajón de su mesita de noche, la carta.

Aquella carta que le había dejado Deku antes de irse... Sólo.

Toda la clase A tenia su propia carta, pero la de Katsuki era especial.

No por ser la mas larga, si no por lo que decía.

Se incorporo sentándose en la cama, y apoyo una almohada en su espalda para mayor comodidad. Cuando sus ojos se hubiesen acostumbrado a la poca luz y las letras en aquellas hojas se hicieron legibles, inició su lectura.

Como hacia cada noche desde que Izuku se había ido.

«Querido Kacchan.

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