Mi pequeña princesa por herencia

Un mal día con muchas sorpresas

-Disculpe, ¿Es usted la princesa de Daegu?

-No señor creo que se equivocó

-Si creo que me equivoqué, quien volvería a ver a esa traidora- el señor se dio la vuelta para seguir con su camino

La chica siguió si camino par ir a un lugar un poco alejado del pueblo, más específicamente un bosque, aquel bosque donde jugaba cuando era pequeña, esos recuerdos que le hacían muy felices, pero al momento la atormentaban. Cuando llegó a una parte un poco alejada del bosque buscó un árbol en dónde hay una puerta, esa puerta que solo pueden abrir cuatro personas.

-Ya llegué-dijo la chica al abrir la puerta

-Ya lo oímos- dijo una voz masculina

-Ajá- contestó la chica

-Chae- se escucharon unos pasos- llegaste

-Si, acabó de gritarlo , Chris

-¿Por qué vienes de tan mal humor?, Solo te mandamos por unas cuantas frutas- dijo el chico de cabello azul

-Solo un mal día, por cierto quiero estar sola, si no es tanta molestia- dijo la chica subiendo unas escaleras que había

-¿Que le habrá pasado, para que llegue de tan mal humor?- pregunto el pelinegro agarrando unas uvas que había traído Chae Rin

-No lo sé- contesto el peliazul

*En otro reino*

-Entonces cuando me casé tendré que tener hijos- preguntó el príncipe

-Si, se necesitan próximos herederos, tu sabes que tendrás que cumplir tu deber como futuro Rey de Incheon- habló el Rey

- Y ¿Que pasaría si no tuvieras hijos?- hablo el príncipe

-¿Cómo de que pasaría?, tendrás hijos quieras o no- ahora el Rey había alzando la voz

-Pues... Yo no quiero tener hijos, sólo quiero ser yo mismo sin las estúpidas reglas del reino, sin tener que fingir una actitud, poder salir sin que me tengan prioridad, vestir como gente normal, no tener que vestir estas prendas tan incómodas y ridículas.

-Mira... sé que es difícil, pero es lo mejor para ti, se que piensas que yo solo quiero perjudicarte, pero sabes, yo sé que tonto todo esto, yo era así, pero tarde o temprano va a venir tu recompensa, te haré una propuesta. Si logras acabar con la maldición del reino de Daegu, podrás divorciarte- el Rey por fin salió de su cáscara y pudo expresar lo que quería decir desde hace tiempo

- Espera ¿Qué?- el príncipe se encontraba demasiado confundido

- Es una propuesta, si logras acabar con la maldición te dejo hacer lo que sea- el Rey expreso sus ideas a su heredero