Capítulo 2.

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Campo de trigo con cipreses.

Sentí escalofríos.
Me siento más confundido que antes.
No sé dónde me encuentro, ¿O quizás si?

Alzo mi vista y empiezo a mirar por todos lados, mi mirada rápida se topa con Jash, completamente petrificado.
No tengo idea alguna de lo que hizo, o como eso funcionó, pero aquí nos encontramos.

Estamos... En un campo ¿De trigo?
Aguarda, pronuncié en voz débil y silenciosa pero lo suficientemente alta como para que el pelirrojo me escuche, he visto esto antes, completé de forma entusiasmada e incluso asustada.
Me tomé un momento, inhalé y exhalé de manera increíblemente exagerada, me preparé para lo que iba a decir, simplemente no le encontraba lógica alguna y eso hacia que fuera complicado de admitir.

+ Campo de trigo con cipreses, Jash.
- ¡¿Estamos en el cuadro que mirábamos?!
+ Así parece, tal como si no me hubieras aventado a él.
- ¡Era más probable una habitación secreta o algo por el estilo! Nunca pensé...

El minusioso sonido de unas hojas cayendo interrumpieron la conversación, ¿Habría alguien más aquí?
De nuevo, antes de cuestionarlo en voz alta, otro sonido que no llegué a reconocer con claridad interrumpió mi pensativa.

No teníamos idea de que hacer, mi compañero lucía sumamente asustado, se espectada en cada facción e inclusive en la tez de su rostro.
No hubo otro ruido. Puedo señalar que respiramos de manera lenta, en forma de alivio. Nos detuvimos un momento para observar todo lo que nos rodeaba, la totalidad del escenario se veía cautelosamente detallado, de una manera increíble.

El cielo, contaba con una variedad de tonos azules; se componía de suaves remolinos, algunos daban la impresión de nubes.
El trigo, a primera estancia no lucía como tal, pero al caminar en este se lograba una sensación única, suave, era divertido, de momento me gustaría seguir caminando entre el trigo.
Se veían los arbusto de manera peculiar, al igual que el cielo, poseían distintas tonalidades de lo que vendría siendo verde, y como mencionó Jash "Parecen nubes verdes de algodón", aúnque no le encontré mucho sentido.

Nos acercamos de manera lenta a los grandes cipreses mientras admirabamos todo con cautela. Estos poseían, en compás a los arbustos, un color verde delicado, con distintivos trazos verticales.
Era completamente diferente el hecho de tan solo ver este cuadro, que el de vivirlo, encontrarse en él y caminar dentro de la imágen.

Tratamos de acercarnos un poco más a los cipreses, intentando ver qué había más allá. El pelirrojo se encontraba muy callado ante todo lo que estaba pasando, aunque como pude apreciar, no poseía más la cara de asustado de hace rato.

Eso hasta que escuchamos una voz externa.
Alto!" Pronunció una voz severa, a regañadientes, procediente de lo que suponemos es una mujer.
En ese momento nos quedamos, de nuevo, petrificados, con la respiración entrecortada y los pelos de punta.

No pudimos ver el rostro de aquella voz, pero, continuó resitando.
- ¿Quienes son y que los trae hasta aquí? Sostuvo firme.

Aún desconocía la procedencia de la voz, me ví dispuesto a contestar, solo que antes de poder pronunciar una palabra Jash posicionó de manera brusca su brazo en mi pecho, impidiendomelo de manera poco sutil.
Procedió a hablar él, cosa que no tuve que permitir.

+ Déjate ver. Dijo puntual, aunque se notaba que seguía asustado.
- Vuelvan por donde vinieron, no deberían estar aquí. Añadió lo que creíamos que era una chica.
+ ¿Donde se supone que deberíamos de estar? ¿Como se supone que llegamos hasta aquí? Dijo de manera molesta el pelirrojo.

Resfeber.
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