La oficina era un laberinto de rutinas que YoonGi conocía demasiado bien. Los mismos papeles, las mismas caras, el mismo maldito aire acondicionado que nunca parecía funcionar. Había días en los que se sentía como un espectador en su propia vida, atrapado en un trabajo monótono que no le ofrecía nada nuevo. Un beta, atrapado en el sistema, observando cómo los alfas y omegas desfilaban con su flexibilidad y privilegios.
Los alfas, con su estampa de poder, caminaban por la oficina como si fueran los dueños del mundo. Los omegas, con su fragilidad aparente, con esa aura de vulnerabilidad que siempre conseguía que todos se volvieran protectores. Y YoonGi... él solo existía entre esos mundos, invisible para muchos, exceptuando para aquellos que, como él, sabían lo que era pasar desapercibido.
A lo lejos, vio cómo una omega pedía permiso para ausentarse. No porque realmente estuviera mal, sino porque su ciclo le daba la excusa perfecta. YoonGi sonrió con amargura. Si bien sabía lo que significaba ese "permiso por razones personales", no podía evitar sentirse algo resentido. En ese momento, deseaba poder decir que necesitaba un permiso porque le dolía la cabeza, o porque simplemente no podía con todo el estrés. Pero no, no era un omega. No tenía ese lujo. Los betas como él simplemente se quedaban ahí, trabajando sin que nadie pensara en su bienestar.
—Otro día más, otro ciclo más —susurró YoonGi, encorvándose un poco en su silla mientras veía el show.
NamJoon, su compañero alfa, se acercó a su escritorio, rompiendo el silencio.
—¿Qué harás ahora? ¿Volverás a sumergirte en esa montaña de papeleo? —preguntó con una sonrisa, notando la ligera mueca en la cara de YoonGi.
YoonGi lo miró sin mucho interés. Las bromas de Namjoon nunca conseguían calmar su malestar, pero al menos servían para darle algo de distracción.
—Claro, ¿por qué no? Al final del día, es mi trabajo de beta, ¿no? —respondió con sarcasmo, dejando que sus palabras flotaran en el aire como una especie de sentencia de vida.
Namjoon soltó una risa nerviosa. Sabía que YoonGi se sentía atrapado, pero no lograba comprender completamente lo que significaba ser un beta en una oficina dominada por alfas y omegas.
—Vamos, YoonGi. No todo tiene que ser tan gris. Tal vez si cambias de perspectiva o eres más flexible... —intentó sugerir NamJoon, con su tono suave pero con la firmeza típica de los alfas.
YoonGi lo miró como si hubiera dicho la cosa más absurda del mundo.
—Flexible —repitió YoonGi con sarcasmo—. Como si tuviera tiempo para ser flexible. La única forma en la que voy a tener algo de flexibilidad es si un camión me atropella o si muero de un infarto frente a mi escritorio. A lo mejor entonces alguien me dará un permiso por "razones de muerte".
Namjoon, que nunca había podido tomar en serio las bromas de YoonGi, soltó una risa baja, pero algo más comprendió en ese momento.
—Oye, ¿por qué no te tomas un descanso? Nadie va a dejarte morir por estar sentado ahí. Aunque, si te atropella un camión, me imagino que el descanso lo tendrías garantizado.
YoonGi lanzó un suspiro, recostándose más en su silla, consciente de lo irónica que era su situación. Todos los alfas parecían tener un permiso para hacer lo que querían, pero los betas no tenían esa opción. La rutina para ellos no era una opción; era una condena.
A lo lejos, vio cómo el nuevo entraba por la puerta. Otro omega. Era difícil no notar su presencia. Tenía esa aura típica, un aire de fragilidad que parecía atraer la atención de todos a su alrededor. Su cara parecía nerviosa, como si todo lo que lo rodeara fuera nuevo y un poco aterrador. Los omegas siempre tenían esa forma de ser, pensó YoonGi, ese delicado equilibrio entre vulnerabilidad y necesidad de protección. No como los alfas, que simplemente existían para imponer su voluntad. Los omegas tenían derecho a todo, incluso a permisos por un ciclo, mientras los betas... bueno, ellos seguían su rutina sin excepciones.
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ALFA, OMEGA , ¿Y YO? | YOONMIN
FanfictionYoongi, un beta atrapado en su monótona rutina de oficina, lidia con la frustración de ver a alfas y omegas disfrutar de privilegios mientras él se ahoga en los problemas de su vida diaria. La llegada de Jimin, un omega que empieza a mostrar signos...