El Tsenacomoco. [[🌹]]» ¦ᵀᵒᵈᵒˢ ˣ ᵁˢᵃ¦ [Reescribiendo]

Capitulo 2

[Editado]

Silvo la canción que su madre le enseño, cada noche tenía miedo de que el hombre del pozo, una leyenda que cobro relevancia, viniera a por él arrastrándose con solo sus dos brazos careciendo de piernas, su progenitora recurría a sus noches de pesadillas a calmarlo con su silbar.

Por eso la silbaba cada vez que podía, con ella alejaba a ese ser del infierno de sus subordinados.

Exprimió un colorante natural, mezclando con una cuchara de piedra. Lanzó algunas hojas, flores y sacrificios que consistía en animales pequeños, pedazos de carne como el corazón o cerebro y conjuros que aprendió de la mano de su padre. No quería engañarse, le había gustado el sabor del de gorro con cola de ¿hiena? ¿lobo?, tenía planeado untarlo sobre él como una ofrenda a su dios Ahone, entregándoselos y ser bendecido para dar paso al labor de comer. Entendía la diferencia física, por eso machacó una planta para inducirlo a un sueño parcial, la concentró provocando una mayor durabilidad de sueño.

No solo toco sus mofletes por conocer su sabor, si no también para dejar pegado al somnífero lo suficientemente cerca de su respiración.

¿Qué haría con el otro? No lo sabia, no quería consumirlo, con solo verlo le transmitió una mala vibra.

Lanzo el último ingrediente, los intestinos de su anterior víctima.

A su casa entro uno de sus guerreros, hizo una reverencia y solo se levantó cuando su superior le dio permiso. Le dio el último informe: separarlos, al de tres colores dejarlo a su suerte y preparar todo lo necesario para el ritual con el canadiense en mitad.

── Mnumzana, uyakholelwa ngokuqinisekileyo ukuba basilele ekunxibelenlaneni. (Señor, cree firmemente que no se podrán comunicar.)

── Umama undicacisile ngokweenkcukacha, kwaye ukuba baphumelele...la madoda afika ngobundlobongela esinokulwa nabo ngesicwangciso. (Mi madre me lo explicó con detalle, y si lograron comunicarse...estos hombres vienen con violencia que podíamos pelear con estrategia.)

El guerrero no dijo nada más, se despidió y salió de la tienda en dirección en donde estaba el ingles. El de pequeña estatura suspiro pesadamente y regreso a su labor de preparar el mejunje.