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A las 10:58 p.m Melina se encontraba caminando lentamente, con sus manos cubriendo sus brazos por el frio. Iba en rumbo a una Pizzeria que estaban a punto de cerrar.
Al llegar, entra lentamente y se sienta en un puesto estirando la mitad de su cuerpo en la mesa como si estuviera cansada.

- Disculpa -Le habla un chico de los que atendía.

- Si.. quiero una pizza familiar con extra queso, por favor. -Responde la chica con voz agotada y una expresión de tristeza.

El chico noto el cansancio de la chica. Se preguntaba ¿Qué hacia una escolar a estas horas de la noche? Pensó que quizá ella se adelanto para que no cerraran y pudiera comer con su familia ya que había pedido la pizza familiar. El sentía que quería decirle que lo hará de inmediato pero era su primer día de trabajo en ese lugar y no podia arruinarlo, debía pedirle que se fuera porque ya estaban por cerrar.

- Lo lamento pero... -Es interrumpido por uno de sus compañeros de trabajo.

- Novato que esperas, ven y danos su pedido ¡Ya!

El novato se dirige al mostrador y da la orden. Estaba confundido con todo lo que estaba pasando.

- Crei que esto era contra las reglas. -menciona el novato.

- El encargado ya se fue. Podemos hacer lo que queramos. -lo mira seriamente.

- ¿Es en serio?

- No, claro que no. Si hacemos lo que quisiéramos, el jefe nos mataría. -mira a la chica- Ella siempre viene a estas horas. Cuando veía que estaban cerrando, solo se iba. Un día simplemente entro y pidió su orden como si nada...

El novato gira su cabeza para observar a la chica solitaria que se encontraba sentada cabizbaja.

-  ...no se cual es la razón para llegar justo cuando estamos por cerrar. Su mirada siempre es de agotamiento, su voz es baja y levemente ronca...

- ¿No te preguntas por qué siempre es así? -interrumpe.

- Claro que si, pero encuentro inapropiado preguntarle. -Es interrumpido nuevamente, esta vez por una llamada. Revisa el telefono que estaba en su bolsillo- Es mi novia. Vuelvo en un segundo. -Se dirige a la puerta de atrás.

Pasan unos minutos, El chico se dirige con la orden hacia la chica. Al entregárselo le deseo un buen provecho.  Se quedo observando a la chica, sentía una gran curiosidad después de lo que su compañero de trabajo le había contado. No se aguanto la curiosidad y decidió hacer una pregunta de lo cual era lo que menos quería escuchar Melina.

- ¿Y tu familia? -Pregunta demostrando una sonrisa en el rostro.

La chica deja su rebanada de pizza en su lugar. Seguía cabizbaja, aun así deseó no responder la pregunta del chico.

- Hm.... dije algo...

Melina lo interrumpe levantándose de la mesa.

- Disculpa... No tengo ganas de que se burlen de mi. -Su voz era suave y baja, como si hubiese quedado sin voz después de haber gritado un buen rato. Aun con la mirada baja, deja el dinero y se dirige a la salida.

- ¿Dije algo que te molestara? -menciona el chico- No pretendía burlarme de ti. Por favor no te vayas por mi culpa.

La chica voltea para observarlo. Decide hacerle caso y vuelve a la mesa en la que estaba para seguir comiendo.

- ¿Puedo sentarme? -Pregunta el chico alzando una ceja mirando a Melina. Esta acepta con desconfianza.- Me llamo Ethan -menciona al sentarse- ¿Cuál es tu nombre?

Con timidez, Melina le dice su nombre al chico que estaba enfrente de ella. Sentía desconfianza hacia el por lo repentino que era, aun así compartió su comida descubriendo que tenían muchas cosas en común. Rieron y se divirtieron juntos hablando. La chica sentía una gran emoción. Era la primera vez que encontraba a alguien que la comprendiera tan a la perfección.

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