Una lección dolorosa

1.5K 70 90
                                    

Segunda parte (final)

Jaken se enteró esa misma noche sobre la propuesta de matrimonio, Sesshōmaru le dijo que al día siguiente los llevaría a cenar para pedirle oficialmente la mano de Rin; el anciano no pudo más que aceptar, ya no había marcha atrás, la boda se llevaría a cabo y él ya no tenía corazón para romper las ilusiones de su inocente nieta, confiaba en que a pesar de ser una farsa, Sesshōmaru la haría feliz y, lo más importante, Rin ya no viviría sufriendo por no tener ni para comer.

La boda se planeó para el mes entrante, a la castaña le pareció raro que su prometido tuviera tanta urgencia porque se casaran, ella ni siquiera conocía a la que sería su suegra; a su cuñado Inuyasha, lo veía de vez en cuando pero el peliplata le pidió que no le contara nada sobre su "relación" según él, porque no lo consideraba su hermano y, por lo tanto no lo invitaría a la boda.

Aunque todo fuera una mentira, aunque él solo se casaría con ella para poder obtener su herencia, Rin le resultaba una mujer tentadora; su inocencia, su sencillez, lo bondadosa que era y ese carácter tan dócil, le gustaban, muchas veces se descubrió mirando no solo su lindo rostro sino también las curvas de su delgado pero atractivo cuerpo, incluso, cuando la besaba, le parecía excitante esa timidez que la castaña mostraba, sobre todo cuando la besó por primera vez, ella se sonrojó tanto que tuvo que esconder su rostro detrás de sus manos, permaneció así por varios segundos, sin querer mirarlo a los ojos; poco a poco logró que Rin le tuviera más confianza, lo necesitaba, pues, sin importar nada, ella sería la mujer con la que viviría por un tiempo.

El día de la boda llegó en un abrir y cerrar de ojos, la boda civil, la única que tendrían, se llevaría a cabo en el jardín de la casa de su madre que, hasta ese momento, no había visto a Rin nunca. El peliplata se dio cuenta de lo extraño que comenzó a ser todo para su futura esposa, pero se encargó de tranquilizarla diciéndole que si no había invitado a nadie a su boda era porque no quería a la prensa rondando, también le había pedido no decir nada en la empresa pues, según él, los empleados podrían comenzar a aprovecharse de su posición para obtener algo de él. A pesar de todo eso, Rin estaba muy feliz. No le vio el caso a comprarse un vestido muy ostentoso aunque Sesshōmaru le había dado el dinero suficiente, optó por usar uno muy sencillo, con las mangas largas de encaje al igual que el pecho, la falda corta, un poquito más arriba de las rodillas y con vuelo: utilizar los bonitos zapatos de tacón blancos sería toda una odisea pues nunca había usado ese calzado nunca.

Jaken la observaba y pensaba que tal vez no todo era un error, su nieta estaba feliz, muy feliz, sonreía todo el tiempo, cantaba a todas horas, todo el estrés que la pobre cargaba sobre su espalda se disipó cuando por fin pudo renunciar a su trabajo. Lo único que lo mantenía nervioso, era ver a la madre de Sesshōmaru, esa mujer sí sabía quién era él y, conociéndola, estaba seguro que se escandalizaría cuando supiera que su nuera era la nieta del conserje de la empresa de su hijo.

Irasue ya los esperaba a las puertas de su enorme casa, cuando los vio descender del auto, no le pareció del todo mal la chica, muy sencilla y joven para su gusto pero, era linda y se veía educada, pero cuando vio a Jaken, se impresionó al verlo de la mano de la prometida de su hijo. Sesshōmaru le hizo una seña para que no dijera nada dando a entender que después hablaría con ella.

- Ōmori Irasue, mi madre- comenzó a presentarla con su "novia" y el abuelo de esta.
-Es un placer, Señora, mi abuelo Sasaki Jaken- Rin se acercó a la peliplata, nerviosa pero con una enorme sonrisa -mi nombre es Sasaki Rin, le agradezco que haya aceptado que la boda se lleve a cabo a su casa- la castaña reverenció respetuosamente.

Ahora comprendía Irasue el plan de su hijo, seguramente le ofreció dinero al conserje para dejarlo casarse con su nieta, él obtendría la herencia y después la desecharía, no era mala idea pero, todavía estaba el tema del hijo, porque recordaba que Tōga también dejó estipulado que debía casarse y tener un hijo, uno que lo ataría de por vida a esa chica sin clase.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 21, 2021 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Herencia de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora