Narra Mario
En La junta no pude evitar ver como Gabriela miraba de reojo a Armando de esa manera interesada.
Conque ahora es competencia...bueno, he tenido muchas grandes adversarias y vas a terminar como todas ellas, viendo como yo soy el favorito de Armando.
-Bueno ¿Entonces que tal si vamos a celebrar?
Hablé cuando alfin cerraron el negocio, pero Betty se negó diciendo que tenía una hija.
JAJA La cara que puso Gabriela al escuchar a Armando es comedia pura, si el vicepresidente está casado con Betty ¡ni sueñes con mi hombre, Gabrielita!
Ya habiendo concretado un lugar nos fuimos en el carro de Armando así que en todo el recorrido directo al restaurante me la pasé molestando a mi amigo, cosa que claramente hizo enojar a Gabriela y no es que fuera mi intención inicial terminó siendo satisfactorio.
Cuando llegamos nos recibió una empleo que nos conocía muy bien y eso para mí era un punto a favor.-Doctores, que milagro verlos por aquí ¿la misma mesa de siempre?
-Porfavor, al lado de los baños de damas ¿no hermano?
-No. porfavor consíganos otra mesa.
Solo me resigné con una sonrisa dejando los otros presentes siguieran a la mesera pero inseperademente en el trayecto me encontré con una mujer divina que realmente no tenía previsto verla ahí pero hice parecer que si para deleitarme con el ceño fruncido de Gabriela y la mirada que no reconocía muy bien de parte de Armando lo cual no podía molestarme más, era raro que en especial YO no conociera algo de él.
¿Estará enojado? no.
¿preocupado? tal vez
¿celoso de Suji? ojalá.-Hermano venga un momento ¿nos disculpan?
Las mujeres se sentaron en la mesa mientras seguí a Armando que me esperaba algo lejos de la mesa donde estábamos.
-Calderón, este era un plan de tres, y usted se trajo al sushi.
Habló visiblemente molesto.
-Espere espere, se llama Suji, el sushi es un plato típico japonés y el Suji, esta bueno ¿acaso quiere probar?, o más bien ¿quieres que nos hagamos en otra mesa y luego que nos cojamos a besitos? porque yo si quiero.
-Pues ss- no, no sea bobo.
Solo suspiré con una sonrisa para tomarlo del antebrazo y volver a la mesa donde nos esperaban esas mujeres.
-Bueno ¿y qué vamos a pedir ah?
Ambas mujeres ordenaron mientras yo le coqueteaba a Suji hasta que sentí un apretón en mi muslo viniendo de Armando.
-Bueno ¿y me imagino que los doctores quieren lo mismo de siempre?
Preguntó la mesera por lo que asentí rápidamente guiñándole un ojo.
-Si
-N-no no, a mi tráigame una limonada o si tienes naranjada mejor.
Armando me interrumpió rápidamente.
Bueno, así esta noche no voy a conseguir nada con él
-No pero ¡¿Cuál limonada?!, tráenos dos whiskies de 18 años, gracias.
La chica se fue y sentí como me apretó con más fuerza provocándome un escalofrío.
-¿Q-qué? ¿Acaso quieres lechita más bien?
Dije mientras tomaba su mano por debajo de la mesa llevándola a mi entrepierna, cosa que hizo que se soltara de mi agarre con los ojos bien abiertos, solo sonreí y devolví mi atención a la mujer que tenía al frente, si Armando quería jugar con fuego, él sería el quemado.
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Mi querido imbécil.
Fanfic> Donde muestro que aplicando otro contexto a algunos diálogos de Ecomoda pudo ser una historia ArMario. Solo entra, tal vez te va a gustar