En nuestra la fiesta, sin saberlo(creo), me hiciste bastante daño. Es muy probable que no lo recuerdes, pero me heriste con unas simples palabras que a cualquiera le hubiesen importado un rábano a cualquiera, pero hay un dicho que afirma: "Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad". Tranquilo, no me dijiste nada directamente, pero aún así me hiciste daño. Yo sé que no tengo nada que reprocharte porque nadie manda en el corazón. Pero justo cuando decido de que de una vez por todas voy a sacarte de mi cabeza y de mi corazón, te vuelvo a ver. Hoy mismo, estaba en la fila del supermercado, cuando apareciste con tu hermano para ayudar a tu abuelo con la compra. No sé si me viste, yo sí te ví, pero decidí ignorarte. Pero mi corazón no podía ignorarte, causando sus fuertes latidos.
Por ahora esta va a ser mi última entrada aquí, siendo un intento de despedirme de un recuerdo de un enamoramiento no correspondido.
Sé que nos veremos en el pueblo, y en nuestra nueva etapa escolar tenemos clases compartidas, pero quiero que entiendas que esto va a ser mi despedida a toda mi etapa en la cual estuve enamorada de tí, es decir, una adiós a este sentimiento.