Capítulo III

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Me sequé los ojos y me obligué a tomar una respiración profunda. No podía desmoronarme ahora. No me desmoroné cuando me senté sosteniendo la mano de mi madre mientras daba su último aliento. No me desmoroné cuando la bajaron en la fría tierra.

Y no me había desmoronado cuando vendí el único lugar que tenía para vivir.

No me derrumbaría ahora. Pasaría de esto. No tenía suficiente para una habitación de hotel, pero tenía mi camioneta. Podría vivir en ella.

Encontrar un lugar seguro para aparcar por la noche iba a ser mi único problema. La ciudad parecía lo suficientemente segura, pero tenía
bastante claro que esta vieja camioneta, estacionada durante la noche en cualquier lugar, llamaría la atención.

Habría policías golpeando la ventana antes de que pudiera conciliar el sueño. Tendría que usar mis últimos cien wons en gasolina. Entonces podría conducir a una ciudad más grande donde mi camioneta pasaría desapercibida en un estacionamiento.

Tal vez podría aparcar detrás de un restaurante y conseguir un trabajo allí
también. No necesitaría gasolina para ir y volver del trabajo. Mi estómago gruñó
recordándome que no había comido nada desde esta mañana. Tendría que gastar un par de wons en un poco de comida. Entonces, recé encontrar un trabajo por la mañana.

Estaría bien. Volteé la cabeza para ver detrás de mí antes de encender la
camioneta y retroceder. Ojos plateados me devolvieron la mirada.

Un pequeño grito se me escapó antes de que comprendiera que se trataba de
JungKook. ¿Qué hacía fuera de mi camioneta? ¿Vino para asegurarse de que saliera de su propiedad? Realmente no quería hablar nunca más con él. Comencé a apartar mis ojos y a concentrarme en salir de allí cuando él arqueó una ceja. ¿Qué significaba eso?

¿Sabes qué? Realmente no me importaba. Aunque parecía ridículamente sexy haciendo eso.

Empecé a poner en marcha la camioneta, pero en lugar del rugido del motor, me encontré con un clic y un poco de silencio.

Oh, no. Ahora no.
Por favor, ahora no.

Moví la llave y recé estar equivocado. Sabía que el indicador de gasolina
estaba roto, pero había estado viendo el kilometraje. No debería estar sin gasolina.

Tenía unos cuantos kilómetros más. Sé que los tenía.
Apreté mi mano contra el volante y le hablé a la camioneta por unos cuantos
nombres, pero no pasó nada. Estaba atorado.

¿Llamaría de prisa a la policía? Tan seriamente me quería fuera de su propiedad que vino hasta aquí para asegurarse de que me fui. Ahora que no podía irme, ¿haría que me detuvieran? O peor aún, llamaría a una grúa. No tenía dinero para sacar mi camioneta de un corralón si lo hacía. Al menos en la cárcel había una cama y comida.

Tragando el nudo aprisionado en mi garganta, abrí la puerta de la camioneta y esperé lo mejor.

—¿Problemas? —preguntó.

Quería gritar desde lo más hondo de mis pulmones en frustración. En su
lugar, hice un movimiento de cabeza.

—Me he quedado sin gasolina. —

JungKook dejó escapar un suspiro. No dije nada. Decidí esperar a que el veredicto fuera la mejor opción aquí. Siempre podía rogar y suplicar después.

—¿Cuántos años tienes?. —

¿Qué? ¿Estaba realmente preguntando mi edad? Me quedé atascado en su
camino, él quería que me fuera y en vez de discutir mis opciones, me preguntaba por mi edad. El tipo era extraño.

—Diecinueve —le contesté.

JungKook alzó ambas cejas.

—¿En serio?. —

Trataba con fuerza de no enojarme. Necesitaba que este tipo tuviera
misericordia de mí. Forcé el comentario sarcástico, que estaba en la punta de mi
lengua, a retroceder y sonreí.

—Sí. En serio.—

JungKook sonrió y se encogió de hombros.

—Lo siento. Simplemente pareces
más joven. — Se detuvo, sus ojos se arrastraron por mi cuerpo y lo recorrió de nuevo lentamente. El repentino calor en mis mejillas era vergonzoso—. Retiro lo dicho. Cada trozo de tu cuerpo parece de diecinueve años. Es esa cara tuya la que parece tan fresca y joven. ¿No usas maquillaje?—

¿Era eso una pregunta? ¿Qué estaba haciendo? Quería saber que me
deparaba mi futuro inmediato, no discutir el hecho de que el uso de maquillaje era un lujo que no podía permitirme.

Además, ChanYeol, mi ex novio y último mejor amigo, siempre había dicho que no necesitaba agregarle nada a mi belleza. Lo que quiera que eso significara.

—Me he quedado sin gasolina. Tengo cien wons conmigo. Mi padre se
ha marchado y me dejó después de decirme que me ayudaría a volver a ponerme de pie. Confía en mí, él era la última persona a la que quería pedir ayuda. No, no uso maquillaje. Tengo problemas más grandes que lucir bonito. Ahora, ¿vas a llamar a la policía o una grúa? Me quedo con la policía en caso de tener una elección. —

Cerré de golpe mi boca al terminar el discurso. Fui demasiado lejos y
no había sido capaz de controlar mi boca. Ahora, tontamente, le había dado la estúpida idea de una grúa. Maldición.
JungKook ladeó la cabeza y me estudió.

El silencio era casi más de lo que podía
manejar. Sólo había compartido un poco de información con este tipo. Él podía
hacer mi vida más difícil si quisiera.

—No me gusta tu padre y por el tono de tu voz, a ti tampoco —dijo
pensativo—. Hay una habitación que está vacía esta noche. Lo estará hasta que mi mamá vuelva a casa. No mantengo a su criada cuando no está aquí. La señora
Solar sólo viene a limpiar una vez a la semana cuando mamá está de
vacaciones. Puedes tener su habitación bajo las escaleras. Es pequeña, pero tiene una cama.—

Me ofrecía una habitación. No me echaría a llorar. Podría hacer eso más
tarde esta noche. No iba a la cárcel. Gracias a Dios.

—Mi única otra opción es esta camioneta. Te puedo asegurar que lo que estás ofreciendo es mucho mejor. Gracias.—

JungKook frunció el ceño un momento, el cual rápidamente desapareció, y
entonces tenía una relajada sonrisa en su cara otra vez.

—¿Dónde está tu maleta?—preguntó.

Cerré la puerta y me dirigí a la parte trasera de la camioneta para sacarla.
Antes de que pudiera alcanzarla, un cuerpo caliente que olía extraño y delicioso me ganó.

Me quedé inmóvil mientras JungKook tomaba mi equipaje y lo sacaba.
Girando, alcé la vista hacia él. Me guiñó un ojo.

—Puedo llevar tu equipaje. No soy
tan imbécil.—

—Gracias, otra vez—tartamudeé, incapaz de apartar la mirada de sus ojos.

Eran increíbles. Las gruesas pestañas negras que los enmarcaban casi parecían delineador de ojos. Era completamente injusto. Mis pestañas eran rubias. ¿Qué no daría yo por pestañas como las suyas?.

🌊🥀.

Tercer capítulo de Fallen, espero les haya gustado ❤.

Al parecer JungKook no era tan malo y dejó que TaeHyung se quedará en casa.

¿Qué pasará después?

Nos leemos luego, besitos, van sin covid.😘

Kim_KeLy.🥀

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⏰ Última actualización: Jun 29, 2021 ⏰

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