Mordida de Lobo [ChanHyun/HyunChan]

Primera Mordida: Instintiva

Los pequeños vellos de su cuerpo se erizaron cuando sintió como la brisa fría que iba de paso rozaba su piel caliente, haciéndole soltar un suspiro mientras se dedicaba a sentir el viento.

Su parpado superior se separó del inferior, sin molestarse en mirar hacia otro lugar que no fuera el oscuro cielo azul de la noche que se extendía más allá de su vista, la parte de atrás de su cabeza descansado contra uno de los pilares mientras veía hacia arriba. Sus pulgares pasando por las rendijas que sostenían la correa, manteniéndose de pie mientras pensaba.

Observó las estrellas una por una hasta perderse al contarlas, desde la más brillante a la que menos se notaba, e incluso de grande a pequeña, formando de vez en cuando figuras imaginarias extrañas que podrían hacer enojar a un amante de la astronomía. Unas más grandes que otras, dispersas y sin un orden en específico, las estrellas eran dignas de admirar. No sabía que estaba buscando, pero, sí sabía que podía entretenerse bastante mirando el cielo, sobre todo a la luna a la que solía cantar de vez en cuando en voz baja.

Su boca se abrió, los labios de un rosa suave separándose para dejar salir un suspiro que mostraba su cansancio. Tiró los labios hacia adentro en una mueca, antes de dejarlos descansar como estaban habitualmente, tal vez un poco rojos por la fuerza que ejerció en ellos. No es que él quisiera hinchar aún más su regordete labio inferior, ni siquiera quería hacerlo con el superior, le gustaba la bonita forma marcada que tenía; era un simple gesto que hacía notar sus nervios o incomodidad ante algunas situaciones, al igual que lo era morderlos.

El viento sopló una vez más, chocando contra la piel descubierta de su rostro, y contra la de sus brazos, aquella que la camisa negra no alcanzaba a cubrir por completo. Si era sincero, tampoco le molestaba aquel frío contra su piel clara; al contrario, calmaba de forma leve la sensación dentro de él que se negaba a extinguirse.

Miró hacia la luna rodeada de puntitos blancos, sintiendo como su expresión se suavizaba un poco al mirarla, ladeando levemente la cabeza mientras observaba la fase en la que se encontraba, encontrándola hermosa y tranquilizándose. Sus pequeños ojos almendrados se movieron esta vez para mirar los alrededores del bosque que se extendía frente a él, la oscuridad no siendo realmente un problema para observarlo con detenimiento.

Movió su cuello de lado a lado, intentando relajarse, y no lográndolo. La música de detrás de él no era tan fuerte, pero, podía escucharla y estar atenta a ella, en realidad, a todo a su alrededor, hasta el más mínimo sonido podía alertarlo en ese momento.

Estaba casi cansado, pero más que físicamente, lo era mentalmente. Estaba bastante alegre porque Chang Bin hubiese encontrado a su compañero, aunque este fuera uno de los extraños corazones de estrella, un hecho muy poco común e impactante que nadie en la manada creyó la primera vez que se le dijo, pero, Felix con una sonrisa les había demostrado lo contrario con uno que otro comentario, los pequeños puntos destellantes confirmándolo.

A pesar de ello, no creía estar en un estado de ánimo que le permitiese disfrutar del todo aquel evento que había insistido en celebrar para ellos, por lo que ahora estaba afuera, en un intento de que el helado viento calmara su mente y la temperatura de su cuerpo de alguna forma, buscando respuestas mientras miraba la luna.

Se dejó caer hasta llegar a estar en cuclillas, pasando sus manos frías por los cabellos negros para tirarlos hacia atrás, a pesar de que sabía que volverían a caer al frente, no llegaban a obstruir su vista, pero era consciente de ellos y de como estaban levemente húmedos; no sabría decir si tenía algo que ver la ducha que había tomado antes de ir allí, o si estaba sudando por los nervios.

Soltó otro suspiro, sintiendo como los cabellos se pegaban levemente a su nuca y parte de su cuello debido a los mechones que no mantenía tan largos, pero tampoco tan cortos. No sabía exactamente qué era lo que quería en aquel momento; tal vez un alivio de todo lo que estaba sintiendo y respuestas a sus preguntas.