Segunda Mordida: Impulsiva

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—¿A qué hora regresa Chang Bin? —preguntó, las palabras casi no entendiéndose por la galleta que se estaba comiendo, mirando hacia abajo, a la tableta que tenía en mano.

—Dijo que tal vez a las ocho o nueve —respondió Felix, su voz tan grave todavía sorprendiéndole, de espaldas a él mientras sacaba otra bandeja con galletas. Las miró de inmediato cuando las dejó en la encimera, recibiendo una mirada de ojos entrecerrados, enmarcados en pestañas blancas y curvas que era curiosas—. Ni se te ocurra.

Su labio inferior sobresalió y sus mejillas se inflaron en un puchero cuando el corazón de estrella pronunció aquellas palabras en advertencia. Frunció el ceño después, volviendo a poner su espalda derecha y devolviendo la vista al documento que leía.

—Pensé que los corazones eran seres amables y buenos —dijo, y eso pareció darle risa a Felix, que le miró con ambas cejas alzadas, cruzándose de brazos, como si no fuera a caer.

—Me parece que he sido bueno, dejándote comer, al menos, quince galletas. —Hyun Jin alzó sus cejas, haciendo sus ojos un poco más grandes mientras miraba a ambos lados, como si no fuera con él.

—No es mi culpa, Lix. En mi defensa, cocinas muy rico. —Y sonrió, acentuando sus palabras cuando se metió otra galleta a la boca y la mordió. Felix puso los ojos en blanco, negando mientras volvía a hacer algo en la cocina.

—Hyun Jin —Su tono de voz había cambiado, y eso le tomó por sorpresa. Tragó, dejando la tablet a un lado cuando terminó de leer el documento que Chang Bin le dijo que le echara un vistazo mientras se acomodaba mejor en el asiento y lo miraba, esperando que hablara—. ¿Cómo estás?

El lobo le miró, a pesar de que Felix seguía dándole la espalda y estaba tranquilamente lavando algunas cosas que había usado. Se quedó quieto, pensando en que era lo que quería saber, la pregunta había sido muy repentina.

Los corazones de estrellas no veían las mismas cosas que los humanos, ni siquiera que los lobos, su comportamiento también era bastante diferente y algo impredecible a veces. Su apariencia también era algo destacable, incluso ahora, podía ver los puntitos blancos y de colores muy claros revolotear a su alrededor, incluso algunos entre azul y violeta.

—Estoy bien —Sonó como una pregunta, e hizo una mueca por lo dudoso que salió su tono de voz al decirlo. Felix dio un suspiro, dejando el plato a un lado mientras se giraba hacia él, secándose las manos.

—Estás mejor que antes, físicamente hablando. —Hyun Jin tragó saliva, llevando la mano a su rostro y pasándolo por él—. Puedo asegurar que tus pensamientos son casi un desastre por tus emociones, que están en el mismo estado, chocando unas con otras. Parece que no supieras en cuál de ellas concentrarte. —Y no le sorprendió que supiera aquello, a pesar de que era extraño que pudiera saber algo así, no podía culparlo por aquello.

Pasó las manos por su rostro de nuevo, entrelazándolas frente a él cuando miró hacia Felix —Tuve sexo con Chan. —El corazón de estrella pareció estar verdaderamente sorprendido con aquello cuando sus ojos se abrieron ampliamente, las estrellas a su alrededor deteniéndose por un momento junto a su respiración contenida.

—¿Qué? —murmuró él, parpadeando varias veces—. ¿En serio? —Hyun Jin casi ríe por su shock, pero, no pudo hacerlo.

—Sí. —Bajó la cabeza, sin saber realmente que era lo que quería decir o hacer.

Usualmente aquellas conversaciones las tenía con Chang Bin, ya que, en realidad y a pesar de todo, sus consejos eran bastante buenos y te escuchaba atentamente. A Seung Min solía contarle, pero, al igual que Min Ho, eran más de escucharte que de decirte algo, y estaba algo perdido en aquel momento.

Mordida de Lobo [ChanHyun/HyunChan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora