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Narra Anthony.

Después de un largo día de tormento emocional le respondí a Ania y quede de ir a su departamento. Quería hablar conmigo, la escuchaba rara... como si algo no anduviera bien. No creo que se haya enterado de lo que hice anoche... no tiene como hacerlo a menos que Debora se lo dijera.

Abrí mi auto y me subí, en un extraño movimiento mi celular se tiro en el tapete y no podía encontrarlo. Me tuve que bajar y buscarlo pero me encontré algo más... Los viejos trucos de Debora de dejarme su ropa interior para marcar territorio. 

Cuando llegue al departamento de Ania, me abrió la puerta y la noté triste, cansada, incluso tenía ojeras... pero cuando me vio me abrazo muy fuerte, lo cual me indicó que no estaba molesta conmigo.

Narra Ania.

Me sentía fatal. No pude dormir nada por estar pensando, decidí que sería mejor si Anthony escuchara toda la verdad de mi, antes de que Debora lo haga... aunque no estoy segura si solo fue una casualidad o realmente sabe quien soy yo.

–¿Que tienes mi amor?¿Pasa algo?– tomo mi rostro entre sus manos con ternura.

¿Como le explicó que pensé que no me respondía el teléfono por que pensé que ya sabía toda la verdad y me estaba evitando?

–¿De que querías hablar conmigo? – me tomo de la mano y me llevo hasta el sillón para sentarnos ahí.

Mi mente estaba hecha un caos. Quería decirle y ser sincera con él pero no me salían las palabras de la boca. No quiero perderlo.

–Anthony... yo... ¿Has hablado con Debora?– ¿Por que pregunte eso? Soy una estupida.

–¿Que? No... yo no. ¿Por que me preguntas eso?– se veía incómodo con mi pregunta. Seguro siguen molestos.

–Darla salió de fiesta anoche y la vio en un bar con un hombre...

–¿Ella como conoce a Debora?– notaba a Anthony un poco a defensiva.

–Yo se la mostré... tenía curiosidad por saber quien era tu ex. Lo siento– agache la mirada y pase una mano por mi cabello.

–Ayer fue su cumpleaños, seguramente salió de fiesta...

–¿Pero no has hablado con ella?

–Ania deja de darle vuelta a esto. Si tienes algo en concreto que preguntarme hazlo. No estes interrogándome de esta manera– thony estaba muy molesto y ahora no sabía como arreglar este embrollo que yo misma ocasione.

–Yo solo...

–¿Tu solo que Ania? Sabes perfectamente que tengo que estar en contacto con Debora por que tenemos 3 asuntos en común. Si estas celosa... creo que no te he dado motivos.

Anthony está creyendo otra cosa totalmente diferente y si ahora le salgo con que soy stripper me va a mandar al carajo por que ya está molesto. Quizá es una señal divina para no decirle nada aún.

–Perdóname... es solo que ayer y hoy no me respondías el teléfono y pensé que estabas con ella.

–Pues pensaste mal. Estaba en el estudio, trabajando... – su celular comenzó a timbrar y en la pantalla decía "Debora" sentí que se me bajo la presión. Que tal si lo llamaba para hablarle sobre mi.
Anthony no respondió y lo guardo el celular.

–¿Por que no le respondes?– quería escuchar que era lo que ella le decía aunque quedara como una psicopata celosa.

–Por que no quiero. ¿Que es realmente lo que pasa contigo?– Me sentía acorralada.

–Nada no pasa nada. Simplemente no me gusta que esa mujer te llame cada que se le da la gana, que haga contigo lo que quiere. Que si ella te dice algo falso sobre mi seguro le creerías sin siquiera preguntármelo– le grite.

–No tengo ganas de discutir. Estas diciendo cosas sin sentido. Cuando recobres la cordura, hablamos– me dejo hablando sola y se fue.

Soy una estupida. Yo sola me acorrale por el miedo a perderlo, a decirle la verdad solo termine peleándome con Anthony por puras tonterías. Ahora quede como una loca posesiva y celosa cuando no soy nada de eso. Anthony me demostró que quería estar conmigo, no siento celos de Debora... le tengo miedo.

Pase horas y horas pensando en cómo iba a arreglar todo esto, así que me arregle y salí a buscarlo a su departamento. Solo espero esté ahí.

Cuando llegue, la linda señora que le ayuda en el aseo, me abrió la puerta y me dejo pasar.

Entre y lo primero que vi fue a Debora sentada en el sillón individual con las piernas cruzadas y los brazos recargados en los laterales mientras me veía fijamente. Llevaba una falda negra y una blusa blanca con sus tacones de aguja. Este vieja si que imponía.

Mi mente empezó a maquinar un montón de historias. Seguramente ya lo dijo algo a Anthony. ¿Por que está aquí? ¿Están solos? Pero en ese momento escuché los gritos de los niños que venían corriendo desde el pasillo. Mis dos pequeños que tanto extrañaba se me abrazaron de las piernas mientras Matías me fulminaba con la mirada desde el otro sillón que estaba jugando videojuegos.

–¿Que haces aquí? ¿Ya se te bajo tú histeria?– me pregunto Anthony aún molesto.

–Si pero ya veo que estas bien acompañado– cállate Ania por Dios.

Me miro fijamente como si me hubiera dicho un montón de cosas mentalmente. Con una mano me tomo me da la cintura y me guío hacia la sala.

–¿Ya se conocían no?– le dijo a Debora.

Ella asintió dándome una falsa sonrisa. –Claro, un gusto volver a verte.

Me senté en el sillón que estaba frente a ella y Anthony a mi lado. No iba a dejarme intimidar. Yo podía ser incluso mejor que ella.

–Sabes... yo siento que te conozco de algún otro lugar...– por un momento me quede helada.

–Solo de la escuela donde iban tus hijos– respondí segura de mi misma.

–Mmmmm No... estoy segura que te he visto en otro lugar. No se, quizá con otro color de cabello o incluso  simplemente te pareces a alguien más y bueno en las giras de Anthony he visto tanta gente. En fin... Lo siento.

Esta perra me está provocando o yo estoy enloqueciendo.

Double Vision Donde viven las historias. Descúbrelo ahora