El cambio

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Desde que tenía 3 años me encantaba escuchar las teclas del piano creando ese sonido tan ligero y a veces intenso que aceleraba o relajaba mi corazón y cada día era más mi amor por esa música y mi deseo más grande era tener un piano y aprenderlo a tocar pero mis posibilidades de tener ese piano eran de un 30% o menos porque como era tímida no tenía el valor de pedírselo a mis padres.

Un día empecé a soñar cosas tan extrañas que yo ni siquiera entendía pero tenía que descubrir ese misterio y desde ese momento fui mi propia inspectora.
Pasaron los días y no podía descubrir lo que me hacía soñar esas cosas tan extrañas pero no me daba por vencida así que seguía inspeccionando. Ese día mi papá llego con una hermosa noticia y al mismo tiempo triste, mi mamá y yo teníamos la duda de que era esa noticia y mi papá nos dijo que había una casa hermosa donde podíamos vivir mejor estaba en el centro de la ciudad donde vivíamos y nos convenía.


En ese momento sentí tristeza y alegría, tristeza porque en ese lugar había crecido y estaban mis mejores recuerdos desde que tengo memoria y cuando me fuera me daría nostalgia aparte de que iba a extrañar la escuela donde iba porque el centro que daba muy lejos de ella así que me debía despedir de mis amigos y compañeros por que no los iba a volver a ver y alegría porque conocería gente nueva y empresaria una vida nueva y tal vez podría resolver mis dudas que tenía de mis sueños.


La última noche que soñé en esa casa solo escuchaba una voz que decía mi nombre y al mismo tiempo se iba perdiendo con la música de piano.

Al día siguiente agarre mi mochila y me fui con mi mamá al auto para irnos al nuevo hogar, estaba tan emocionada de vivir en esa casa que ni siquiera sabía que podía alcanzar ese nivel de felicidad.

Cuando llegamos a la casa era tan grande tanto fuera como por dentro, cuando me enseñaron mi habitación me emocione mucho porque pensé que de tan grande que estaba podría poner mi piano que deseaba tanto y ya me imaginaba ahí tocando mis propias melodías.


Estaba tan feliz que me olvide de todos mis problemas pero no dejaba de pensar en mis sueños extraños y no sabía que hacer al respecto y solo me dije a mi misma es mejor que te olvides de todo eso.


Cuando mis papás estaban tranquilos y despreocupados me arme de valor y les dije que quería un piano, los dos se miraron a los ojos y sonriendo me dijeron que si, salte y grite de felicidad, enseguida me puse en 50 hojas a hacer mis partituras.

¿un sueño o realidad? (deemo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora