Mi despertador suena escandalosamente como cada mañana. Estiro la mano dándole un manotazo exigiendo silencio pero no pasa mucho tiempo cuando la fuerte luminosidad de la mañana termina por despertarme, me había dejado las gruesas cortinas abiertas. Levanto las suaves sábanas de seda aún emitiendo un pequeño bostezo y me coloco mis pantuflas que las empleadas se preocupan siempre por cambiar.
Me dirijo al baño y tomo una deliciosa ducha. Dejé q el agua cálida caiga por todo mi cuerpo acariciando mi cuello logrando q suspirara de satisfacción. Ya envuelta en mi toalla cepillo mis dientes, coloco crema hidratante en mi piel y luego cepillo mi largo cabello castaño hasta que se viera perfecto.
Me tarde más de lo acostumbrado para elegir mi ropa interior, hoy era un día especial tenia q verme bien. Termine por elegir un conjunto rojo con encaje y observo detenidamente mis atuendos para escoger un vestido negro. El vestido era de seda oscura y me quedaba corto, por encima de las rodillas. Me acerco al espejo y una sonrisa juguetona se dibuja en mis labios, mis curvas se marcaban con aquel vestido.
Sentí la puerta a mis espaldas abrirse.
-¿señorita puedo pasar?- habla con tono suave y nervioso.
-si Hannah- dije ya encontrándome sentada frente a mi portátil.
Hannah era mi empleada personal, ella, solo a ella le permitía entrar a mi habitación. Desde q tengo memoria a trabajado con los Lowells, conoce mejor a mis familiares q yo misma y mis padres ya la consideran parte de la familia; yo por otro lado no me podía quejar se había convertido en una madre para mí a pesar de como yo suelo tratar a los empleados, ¿y quién me va a culpar? ¿son empleados no?
-señorita está encantadora hoy-me sonríe amablemente- por cierto muchas felicidades a usted y a Lion.
No pude evitar ruborizarme solo de pensarlo; hoy era nuestro aniversario, el tercero q celebrábamos.
-gracias- contesto sonriente.
Siento el suave pelaje de mi gatito Milo entre mis pies y lo levanto cuidadosamente acomodándolo sobre mis piernas.
-Les traeré su desayuno-la escucho decir después de arreglar mi cama.
Ya encontrándome sola hecho un vistazo a los mensajes de hoy mientras acariciaba a Milo con mi otra mano.
_Felicidades a la parejita.
_Otro aniversario más, uyyy eso amerita casamiento.
_¿Ya tienes su presente?
_Seguro que ya se están comiendo como locos jajaja.
_Felicidades guapa otro año más, me alegro por vosotros.
_¡Yo quiero q me invitéis a la boda jajaj!Reí inconscientemente.
Todos son unos exagerados.
Logre teclear.
Me alegraba saber q todos mis compañeros no olvidaron este día tan especial para mi a pesar de estar pasando estás vacaciones en lugares distintos.
Este invierno era más helado q los anteriores y la mayoría habían optado por pasarlas en un lugar cálidos.
-Vamos Milo- se baja de mis piernas al levantarme.
Bajo las escaleras con Milo a mi lado, no pensaba esperar el desayuno de Hannah q prácticamente demora un siglo.
-Buenos días- mire a mis padres y ambos asintieron.
Se encontraban concentrados conversando entre ellos sobre Dios sabe que.
Me dirijo a la cocina.
-no te molestes Hannah, comeré algo por ahí-
- ¿Como? señorita pero si...
-pero nada, solo dale lo de siempre a Milo- ella asiente y yo salgo en dirección a la entrada con un solo objetivo.
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Almas perdidas
ParanormalTodos están locos... ¡todos! ¿Como podrían hacerme esto? ¡A mi! ¡Justo a mí! ¿Porque tendría q irme con un par de viejos seniles q ni conozco? Eso fue la primero q vino a mi cabeza ese maldito día. Lo q si no esperaba es conocer a alguien como Eva...