Sobreviviente

Vive tu vida

“Vive tu vida al cien por ciento en cada momento, ya que es la única que tienes y debes valorarla”

-Me pregunto si la persona que escribió eso vivió su vida de la mejor forma posible o…simplemente se pudrió en el infierno que fue su vida.

“Vive tu vida” Fue la frase que más me llamo la atención de entre todos los párrafos que me ley del mugriento y desgastado libro que encontré tirado en el suelo.

Es una frase tan inspiradora, tan llena de fe, tan optimista. Es una….

-Completa porquería---fue lo primero que se me vino a la mente y se dispusieron a murmurar mis labios después de mucho tiempo. Después de repetirme una y otra vez la misma frase, de leer una y otra vez el mismo párrafo y después de llegar a la misma conclusión una y otra vez.

-Sí, una porquería---después de unos segundos simplemente arroje sin cuidado alguno el viejo libro contra el polvoriento suelo.

Ya no sentía interés alguno por él.

Di una rápida mirada por todo el lugar que me rodeaba. Era una librería, o al menos pudo haberlo sido en el pasado. Era una habitación de tamaño normal, ni muy grande, ni muy pequeña, con anaqueles de madera hecho totalmente pedazos y libros regados por todo el suelo. En las esquinas, en el centro, en los lados, hecho totalmente pedazos, unos mejores conservados por otros, otros eran ya un simple manojo de hojas, incluso había aquellos que eran una gruesa pasta y sus hojas regadas por doquier.

-Supongo que ya es hora de que me valla---agarro con fuerza la manga de la mochila que cargo sobre mi espalda, me doy media vuelta y dejo atrás la destruida y desolada librería para salir a una calle igual de destruida y desolada.

Semáforos con las luces rotas, señaléticas tiradas por todos lados y autos que hoy en día se encuentran tan destruidos y demacrados que posiblemente ya no podrían considerarse ni siquiera chatarra.


Camino en línea recta, siguiendo a cada momento la desolada carretera. Solo soy yo y mi entorno.

Literalmente, ya que el único sonido que logro escuchar a parte de él que producen mis interminables pasos, son el rose del viento con las ramas de los árboles y los trozos de concreto que se desprenden a cada momento de los descuidados y viejos edificios.

Llevo mi mirada atenta de un lado a otro, casi como si buscara algo, pero en realidad no busco nada.

Debo estar siempre atento, ya que en realidad no soy consiente del peligro que me rodea. Entre los vidrios rotos, los autos aplastados y los escombros de los edificios que no pudieron resistir el paso del tiempo, en cada uno de ellos se puede esconder un potencial peligro.

Estoy por acelerar mi paso y salir de esta ciudad, cuando algo capta mi atención y dejo clavada mi mirada en su dirección.

--¿Una mochila? ---me pregunto algo indeciso a pesar de saber lo que ven mis ojos con claridad.

No me lo pienso ni dos veces y voy hacia ella, con pasos suaves y cautelosos.

Al encontrarme a tan solo un metro de distancia vuelvo a inspeccionar el lugar de un lado a otro, tal parece me encuentro en lo que alguna vez fue un centro de venta de aparatos electrónicos; refrigeradores, lavadoras, televisores, computadoras y teléfonos en su mayoría todos están oxidados, cayéndose a pedazos o totalmente destruidos al igual que todo por aquí.

Dejo de observar el alrededor en cuanto creo que es conveniente o no hay peligro. Debo darme prisa, muy pronto se ara de noche y debo encontrar un lugar donde refugiarme.

Me agacho y tomo la mochila entre mis manos, desde la lejanía la veía algo abultada pero ahora que la sostengo me doy cuenta de que se ve aún más llena de lo que pensaba. Tomo firmemente el cierre del bolsillo más grande, la mano me tiembla ligeramente y siento como una gota de sudor me recorrer la cara, siento una extraña sensación en mi interior, es casi como si tuviera miedo a descubrir que contiene la mochila en su interior.

Dejo que pasen unos cuantos segundos y dando un trago de saliva en mi seca garganta me armo del valor suficiente para abrir la mochila.

De un solo impulso abro el cierre y a medida que la oscuridad en el interior de la mochila va desapareciendo me sorprendo al ver lo que hay en su interior.

--¡C-comida! ---Tartamudeo, sin poder creer lo que ven mis ojos y pronuncian mis labios---¡Enlatada, granos y seca! Es mucha comida y no solo eso. También hay botellas de agua, vendajes y unas cuantas medicinas.

Añado después de salir de mi estado de chop, mientras termino de revisar por completo la mochila.

--Parece que es mi día de suerte.

Y valla que si lo es, encontrarse esta variedad de comida, agua embotellada y medicamentos es algo raro en estos días, pero encontrarla en estas cantidades es casi imposible. Era casi como un tesoro caído del cielo.

--Y uno con mucha suerte…

Me digo en un tono no muy emocionado. Ya que a pesar de haber encontrado prácticamente un tesoro frente a mis ojos, estos no brillan de la emoción como lo harían los de cualquier otra persona en mi situación.

Tomo rápidamente las cosas que saque de la mochila y las vuelvo a depositar en su interior, cierro el cierre con rapidez---Tengo una extraña sensación en mi interior---Me apresuro a cerrar los cierres más pequeños, tomo una de las mangas de la mochila y estoy por ponerme de pie.

*Clic*

Cuando escucho un sonoro chasquido a mi alrededor y siento el contacto de mi espalda con dos fríos cilindros de acero.

Es ahí cuando recién me dio cuenta del grave error que cometí.

--No deberías recoger cosas del suelo muchacho---articula una voz masculina detrás de mí---¿O es que acaso no lo sabias?