Capitulo-4 ¿Futura Suegra?

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Que bien que haz despertado,me tenias muy preocupado,temía perderte.-dijo con su hermosa e inigualable voz, acercándose hacia la cama en donde me encontraba.

Pues ya puedes estar tranquilo,me siento mejor.- dije mientras dibujaba una sonrisa en mi rostro.

Te abrazaría  y te llenaria de besos con todas mis fuerzas de no traer esto.- dijo y miro a sus muletas. No sabes cuanto te extrañe, sentí un gran alivio cuando tu madre me dijo que por fin habías despertado... ¿Te duele mucho?.- dijo mirandome directamente a los ojos para después voltear a ver mi cuerpo tapado por la suave y muy delgada manta. 

Un poco, la verdad ya no me duele tanto después de verte ati.- mentira era el peor dolor de toda mi vida, bueno no era el segundo, el peor dolor fue la perdida de mi padre,cuando yo tan solo tenía 7 años.

Me alegro,y por cierto.- hizo una mueca y su sonrisa desaparecio.-

El imbesil que nos choco ya esta pagando todas las cuentas del hospital, por desgracia no paso ni una noche en el recusorio ya que el MP (Ministerio Publico) no lo tomaron como delito grave.

¡Que, no lo tomaron como delito grave,casi muero y por su culpa no pude conocer a mi futura suegra! .- dije ahora ya casi alterada,pero mi reacción pareció causarle alguna gracia a Alonso, pues soltó una carcajada que al parecer se escucho hasta el pasillo.

¿Tu futura suegra?.- dijo con un toque de risa.

Bueno no yo....- me interrumpió .

A mi madre le encantaría ser llamada suegra y mas si se lo digieras tu. Pero por lo menos dejame pedirte matrimonio.dijo mientras se acomodaba en las muletas,y volvía a retomar esa hermosa sonrisa que me mataba por dentro.

En ese momento sentía mis mejillas arder y todo el dolor que estaba sentiendo en ese momento parecía haberse esfumado.

Te he dicho alguna vez que te vez hermosa sonrojada.- dijo Alonso mientras trataba de contener la risa.

Y yo te he dicho alguna vez que tus ojos son los culpables.- dije con un poco sarcasticamente.

En un segundo Alonso se había puesto como un tomate, pero no solo eran sus mejillas, también su nariz y frente.


Por fin en tus brazos (Jos Canela y tu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora