Mi Stiptease | Spin off

Parte 1

Recordad que antes de leer esta historia de 2 o 3 capítulos leerse la oficias de Eyleein-------

Libardo's pov

Recordemos, tras despertarme me puse a leer un libro, estaba en una sala hospitalizada con algunos tubos que llegaban a varias partes de mi cuerpo. Me sentía debil, tras el disparo... bueno, todo eso ha pasado y ahora mismo aunque esté debil sé que me recuperaré.

Mientras leía, se abrió la puerta dejando ver a Jean, dejé el libro de inmediato, abrí los brazos y tras abrazarle y hablar sobre por qué había entrado a buscarle, simplemente se arrodilló y sacó un anillo.

-Libardo Isaza, ¿Aceptarías no volver a separate de mi y estar conmigo toda la eternidad?- Me quedé por unos momentos en shock.

-Pero, ¿Y el divorcio?- Le pregunté mientras se me cristalizaban los ojos.

-A la chingada el divorcio, nos queremos y eso es lo importante- Asentí y se acercó a besarme. Yo le correspondí. Nos fundimos en un beso de amor verdadero, indestructible. 

Tras unos cuantos besos volvió el doctor y nos comentó que debería quedarme esta noche en obsevación pero a la mañana siguiente me podría marchar. Jean, como no, se quedó esa noche conmigo, Darian trajo un tripode para poder ver algo mientras o hacer lo que queramos, eso si, estando yo en la cama. Lo utilizamos para poner una serie, la cual no terminamos ni el primer capítulo ya que nos dormimos, Jean en el sillón y yo en la cama.

Jean's pov

Esa misma noche tuve la peor pesadilla, Libardo moría, y yo no podía hacer nada. Me sacaban de la sala y traian unos desfilibradores, pero nada surgió efecto, Libardo murió. EN ese momento me desperté agitado y miré a Libardo. Dormía tranquilo, le dí un corto beso en la frente y en ese momento me juré que lo protegería de todo. Volví a mi asiento y volví a dormirme en unos minutos. 

Ya entrada la mañana, me desperté pero Libardo seguía durmiendo o eso creía yo. Intenté despertarle, pero no causaba efecto, alterado llamé a una enfermera y vino lo más rapido que pudo. Al ver lo que pasaba me sacó de la estancia mientras llamaba a un doctor, cuando llegó cerraron la puerta, en esta había un sobre pegado donde ponía mi nombre. Lo cogí y dentro había una carta: 

"Jean Carlo León, espero que disfrutes de tu regalo, ¿no decías que querías hacer desaparecer a Libardo de tu vida?, pues te lo he resuelto yo, ha sido facil, los dos dormidos ni os enterasteis cuando cambié el suero por veneno. Cuando leas esto Libardo debe de haber muerto más o menos unas dos horas antes, así que, disfruta tu vida de viudo y todo lo que te dejó Libardo a ti. Ah, por cierto que soy Ralf, no intentes buscarme, yo tampoco estoy entrte vosotros, más que por el hecho de que me he ido de Latinoamérica. Un placer haberos conocido pareja."

Al leer eso no pude más y comencé a llorar culpandome de todo lo que le había pasado. En esos instantes el doctor salió para decirme la noticia de que Libardo seguía vivo, lo único que había hecho Ralf era cambiar el suero por anestesia, nada malo, lo 'nico que estaba dormido. 

Volví a entrar y ví a Libardo dormido de esa manera tierna que tiene, recordé mi promesa de que debía protegerle, así que de quien primero debía de protegerle era de mi mismo, en una libreta comencé a escribirle:

"Hey Libi, tu sabes que te quiero mucho, y con eso me he dado cuenta de que lo mas importante para mi eres tu, y entonces quiero protegerte, y de quien primero debo de protegerte es de mi. Ralf ha estado aquí y ha intentado matarte, o eso creo. Pero bueno, lo ha hecho porque yo solté que no quería que estuvieras más en mi vida, y aunque ahora me arrepiento, lo dije y por eso casi mueres. Solo quiero que sepas que te quiero, y por eso me voy, no quiero ponerte en peligro y que te hagan daño. Te quiero, Jean. "

La dejé en las manos de Libardo y me fui de allí llorando. Llegué a dónde me hospedaba para coger mis cosas e irme para estar lejos de ese lugar antes de que Lib despertara. En uno de los autobuses que había hacia el otro lado del pais me monté y hasta que no llegara a su última parada no bajaría. Me senté en la última fila, el autobús habían más personas que parecían dejar atrás todo. Me puse los audífonos y poco a poco, mientras escuchaba música me quedé durmiendo.