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El rubio, al menos la primera semana, evitó a toda costa tener alguna aproximación a dicha pared, por su puesto que no caería en ello, era un chico quién estaba del otro lado, no había nada que ver allí.

Mientras llegaba al complejo apartamental, se estaba haciendo el ánimo para subir esas malditas escaleras, extrañaba la comodidad de su antiguo apartamento, pero no podía quejarse.

Volteó para subir más escaleras y a mitad de camino, un pequeño cuerpo de ropas anchas cargaba más cajas de las que su cuerpo evidentemente podía, así que como buen vecino que era, subió los escalones rápido pretendiendo ayudarle.

— Espere — Dijo YoonGi en cuanto llegó junto a la persona en cuestión — Déjeme ayudarle — Retiró el exceso de cajas, permitiéndole ver el rostro del muchacho que estaba a su lado. YoonGi se quedó congelado, era realmente bello, pequeño, ojos afilados, labios gruesos, nariz diminuta como botón y unos pequeños y pocos lunares esparcidos por su rostro, el rubio se sintió nervioso al instante — ¿A-A dónde va? — Preguntó reacomodando las cajas.

— A la 310 — Sonrió el pelinegro.

"Oh mierda, ¿310?" Era el apartamento del lado ... En dónde estaba el agujero, entonces ¿Era él?

— Ah... ¿T-Tu vives ahí? — Preguntó YoonGi con curiosidad, al tiempo que seguían el camino.

— Si — Respondió el pequeño con simpleza — ¿Y tú quien eres? No te había visto por aquí nunca — Lo miró curioso.

— Soy YoonGi— Sonrió torpe — De hecho, soy tu vecino de la 309 — El rubio se quedó parado en cuanto llegaron al apartamento del pequeño.

— YoonGi, soy TaeHyung — Asintió y miró al lado de su puerta unos segundos — ¿Entonces ahora viven tres allí? — Dejó las cajas en el suelo para buscar lo que el rubio asumió las llaves.

YoonGi no podía evitar mirarlo demasiado, TaeHyung usaba una sudadera mucho más grande que su talla, pero pantalones ajustados y zapatillas. Él recordaba lo que vio hace unas semanas, un cuerpo delgado y tonificado, curvilíneo... De piel acanelada... Todo eso escondido bajo una gran sudadera.

El rubio tragó duro.

— No — Respondió rápidamente — Jimin se fue, yo ahora vivo ahí — Trataba en verdad de no mirarlo, pero ¡Diablos! Era imposible.

— ¿Jimin es el castaño o el pelirrojo? — TaeHyung abrió la puerta y se inclinó para tomar nuevamente las cajas, echándole un vistazo al chico parado tras él — Lo siento — Sonrió avergonzado — No soy bueno con los nombres — Rio bajito.

— El pelirrojo — Carraspeó YoonGi. TaeHyung asintió a modo de comprensión.

El pelinegro entró a su apartamento y dejó las cajas al costado de la puerta.

— Pasa por favor — TaeHyung volteó a YoonGi y agitó la mano para hacerle entrar mientras seguía caminando hasta más adentro del apartamento y desaparecer de la vista del rubio — Deja las cajas al costado de la puerta — Gritó.

Al rubio se le subió todo el nervio, no sabía exactamente qué hacer, pero entró de todos modos, las puertas se cerraban de forma automática así que debía hacerlo antes que se le cerrara en la cara.

La puerta se cerró en su espalda y se inclinó para dejar lo que cargaba en el suelo. A penas se puso de pie, TaeHyung volvió a aparecer, esta vez sin su sudadera, con una camiseta blanca y YoonGi no supo si era porque estaba demasiado atento a los detalles o de verdad era así, pero la tela parecía delgada, podía verle el torso, remarcando en sus pezones.

TaeHyung se acercó al rubio y este tembló ¿Qué iría a hacer? ¿"Déjame compensarte por ayudarme"? ¿Iría así? No sabía si estaba listo para eso, pero tampoco retrocedió o su cuerpo sintió la necesidad de huir de allí.

El Agujero en la Pared ✧ YoonTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora