Desde el fondo de su corazón.
La mirada de rías Gremory, se encontraba perdida, sus pensamientos se encontraban por las nubes.
La reina Gremory, no savia que decir, no savia como actuar, la preocupación por su maestra le nublaba su mente.
Evitando la obtención de ideas para ayudar a su amiga, desde el medio día la actitud de rías, avía tenido un giro de trescientos sesenta grados.
¿La causa de esto? era aquel chico castaño, aquel con el cual rías avía compartido miradas, haciendo que la intriga matara a Akeno por dentro.
Su amiga rías, no avía dicho ni una palabra, ni una sola desde que Raiser salió de aquel salón, ni siquiera desde que llegaron al café, para compartir una bebida.
Rías, solo miraba por la ventana, mirando solamente a la nada hasta que por fin hablo.
-¿saves? La mirada de ese chico no fue muy distinta que la mía, el solo hecho de pensar que mis sentimientos se revolvieron al solo ver sus ojos, me hace pensar lo feliz que sería si estuviera comprometida con el y no con Raiser.
La mente de Akeno, comenzó a trabajar y la sorpresa para esta no se hizo esperar, pronto dudas surgieron Para Akeno.
Dudas, que no tendrían respuesta En ese momento, Akeno se dio cuenta de la repentina acción de su amiga, su mirada se centró fijamente en el cristal de aquel sitio en que se encontraban.
La curiosidad le ganó y volteó a ver al mismo lugar en que su amiga tenía su vista.
A su campo de visión, llegó la imagen de una chica de cabello azabache hasta sus caderas.
Vestida con una blusa azul marino, falda de pliegues negra y zapatillas de plataforma negras.
La mirada de Akeno, se volvió con nostalgia e ira, la chica a la que ella y su maestra miraban, era un ángel caído.
Un ángel caído, que caminaba como si nada en las calles de Kuoh, como si fuera un humano común y corriente.
Uno que sonreía y caminaba bajo la luz del atardecer, con destino desconocido, siguiendo la ruta hacia el puente cercano a ese lugar.
La acción de Rias, fue seguir al caído y está salió antes que Akeno, la cual pago y salió en dirección del caído siguiendo a su amiga.
Esta misma, se encontraba por interceptar a la angel caído, de pronto a su campo de visión, llegó la imagen de un chico de pelo castaño.
El castaño, se encontraba observando el ocaso con una mirada perdida, llena de preocupación sin hacerle caso a la chica de cabellos azabaches, la cual le estaba saludando.
Está al ver que el castaño le ignoraba, le tomó su hombro y le habló -valla, por fin te saco te Tus pensamiento, ¿algo te preocupa querido?.-
-Aa!! ¿Yuma-Chan?.-
-¿algo te preocupa?, El verte así es signo de preocupación, puedes contarme lo que te ocurre.
Grrrrr, el rugido del estómago de yuma, se escuchó, tal y como si fuera una bestia.
Una vestía salvaje, con cara de ángel, un ángel que no hizo más que ruborizarse.
-jajaja hay un restauran cerca, yo también tengo hambre que dices, ¿me acompañas?.- Toda preocupación que el castaño tenía se avía ido por unos instantes.
Con esto, la típica sonrisa que esté poseía se hizo notar, junto a una pequeña determinación que brilló en sus ojos.
Un brillo, que hasta hace poco apareció en sus ojos, junto a una sonrisa más audaz, que adornaba su rostro, prueba de la seguridad que esté sentía en esos momento.
